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Evo Morales convoca a diálogo en una Bolivia bajo tensión máxima

En La Paz, decenas de policías marchan en una columna de opositores, el 9 de noviembre de 2019 afp_tickers

El presidente boliviano, Evo Morales, convocó este sábado a los partidos políticos opositores a un diálogo del que excluyó a los poderosos comités cívicos regionales que lo tienen en jaque, en un momento de gran tensión tras motines policiales y protestas en demanda de su renuncia.

“Convoco al diálogo a los partidos que han obtenido asambleístas en las últimas elecciones nacionales, son cuatro partidos”, dijo Morales en un mensaje desde la base aérea de El Alto, en el que pidió también a los policías que pongan fin a sus motines y retomen las labores de preservar la seguridad.

Morales propuso “una agenda abierta para pacificar Bolivia” de manera “urgente” e invitó a la ONU, a la Organización de los Estados Americanos (OEA) y a las iglesias a acompañar el diálogo.

El país es escenario de protestas multitudinarias, paros y episodios violentos, que han dejado tres muertos desde los comicios del 20 de octubre, en los que Morales obtuvo la reelección a un cuarto mandato de cinco años, y que la oposición ha denunciado como fraudulentos.

Morales, de 60 años, se niega a dimitir y afirma que los comicios fueron transparentes, aunque aceptó una auditoría de los resultados electorales, que la OEA lleva a cabo actualmente.

En medio de las protestas, una turba ocupó este sábado en La Paz las instalaciones de dos medios estatales, la televisión Bolivia TV y Radio Patria Nueva, y obligó a los trabajadores a abandonarlas.

Otros manifestantes tomaron la radio de un sindicato campesino, del cual el presidente Morales es afiliado, según denunció el propio mandatario en un tuit. “Al estilo de las dictaduras militares, los golpistas atacan sedes sindicales”, escribió.

Minutos después de la convocatoria a instalar una mesa de diálogo, el principal candidato opositor, el centrista Carlos Mesa, rechazó la iniciativa. “No tengo nada que negociar con Evo Morales y su gobierno”, señaló el expresidente (2003-2005) que encabeza la alianza Comunidad Ciudadana.

Entre los demás invitados, el excandidato presidencial del Partido Demócrata Cristiano, Chi Hyun Chung, tercero en el cómputo final, aceptó la oferta de diálogo del mandatario, mientras que el dirigente Rubén Costas, del partido Bolivia Dijo No, declinó sentarse a hablar con Morales.

El otro partido convocado es el del propio presidente, el Movimiento al Socialismo (MAS).

– “Diálogo vacío” –

Morales no invitó, sin embargo, a los poderosos comités cívicos regionales que lideran las protestas contra él desde hace días. Esos grupos opositores civiles, liderados por Luis Fernando Camacho, de la región oriental de Santa Cruz, se han sumado a las denuncias de fraude electoral y a los pedidos de renuncia del presidente.

En ese contexto, el analista Iván Arias considera que la iniciativa del presidente es “un diálogo vacío, porque no están los sectores que están protestando”.

En la misma línea, el líder cívico Waldo Albarracín, rector de la Universidad Mayor de San Andrés, cuyo personal y alumnos están movilizados contra Morales, advirtió: “La movilización (…) la está realizando la sociedad civil, no los partidos políticos”.

El analista político y académico Carlos Cordero consideró “altamente positiva” la convocatoria, pero insuficiente. “Para que sea efectiva el presidente debe considerar que en esta mesa de dialogo deberían estar todos los partidos políticos que participaron en las elecciones, porque hasta el más pequeño tiene 20.000 votos en la espalda”.

– “Cumplir con su honor” –

Morales pidió este sábado a los policías que retomen sus labores, un día después de los motines que varios de ellos protagonizaron en distintas regiones del país. “Convoco a los comandantes nacionales, departamentales, a ese policía que es comprometido con su pueblo, a cumplir con las normas, a cumplir con su honor”.

La rebelión policial comenzó el viernes por la tarde con las fuerzas especiales (UTOP) en la ciudad central de Cochabamba, y se expandió inicialmente a los comandos de Sucre (sur, la capital de Bolivia) y Santa Cruz, un bastión opositor.

Durante la noche se extendió a las demás regiones (de un total de nueve), pero no afectó a La Paz y Pando (norte), según medios locales.

Los agentes de la UTOP de La Paz, que mantenían restringido el acceso a la plaza donde está la casa de gobierno, se retiraron sin embargo a su cuartel el sábado en apoyo a los motines.

La rebelión se desató mientras la oposición exigía en las calles la renuncia de Morales, quien volvió a afirmar este sábado que hay un “golpe de Estado” en marcha en su contra.

El gobierno descartó enviar a tropas militares a someter a los policías rebeldes, mientras que la oposición saludó los motines y pidió a las Fuerzas Armadas que los siguieran.

El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, dijo que los militares no reprimirán a los manifestantes.

Las calles de La Paz han estado ocupadas por opositores, quienes confraternizaron el viernes con los mismos policías que en noches anteriores los habían reprimido.

La violencia se cobró este sábado las primeras bajas políticas entre oficialistas con las renuncias del gobernador y el alcalde de Potosí (sur), Juan Carlos Cejas y Williams Cervantes.

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