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La intervención turca, última tentativa de Ankara para evitar un “Kurdistán sirio”

Un militar turco sostiene un banderín de su país en un tanque que avanza hacia la ciudad siria de Jarablos, en una fotografía tomada este jueves 25 de agosto unos cinco km al oeste de la ciudad fronteriza turca de Karkamis afp_tickers

La intervención de Turquía en Siria, con la ayuda de los rebeldes afines a Ankara, busca evitar que su pesadilla de que aparezca un “Kurdistán sirio” se vuelva realidad, estiman los expertos.

Sin embargo, Ankara va a tener difícil frenar las ambiciones territoriales kurdas, a menos que se enfrente militarmente con ellos de forma directa, en especial si quieren hacerse con la ciudad de Al Bab, actualmente en manos de los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).

“La cuestión kurda es ahora la principal de las prioridades de (el presidente Recep Tayyip) Erdogan en Siria”, explicó Aron Lund, del Centro de estudios Carnegie Endowment para la Paz Internacional.

“Las facciones vinculadas al PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán, considerada como ‘terrorista’ por Ankara) se ubicaron en amplias extensiones en el norte”, explicó.

“Y la perspectiva de un miniestado del PKK, financiado por el petróleo y apoyado por Estados Unidos en su frontera sur, es una pesadilla para Ankara”, agregó.

Aprovechando el caos de la guerra civil siria que comenzó en 2011, los kurdos, que representan un 15% de la población, autoproclamaron en marzo “una región federal” compuesta por tres “cantones”. Hasta ahora controlan un 18% del país, donde viven dos millones de personas, de las cuales un 60% son kurdos.

Para Aron Lund, la toma de Manbij en junio, que estaba en manos del EI, y sobre todo la voluntad explícita de los kurdos de avanzar hacia el oeste, fueron las razones que precipitaron la intervención turca.

Estados Unidos prometió a Ankara impedir que las Fuerzas democráticas sirias (FDS), milicia de mayoría kurda, atraviese el Éufrates hacia la provincia de Alepo.

Este jueves, el ministro de Defensa turco, Fikri Isik, insistió en que “Turquía tiene todo el derecho a intervenir” si las fuerzas kurdas no se retiran rápidamente al este del río.

– Neutralidad de Asad –

“Está claro que la toma de Manbij por las FDS irritó profundamente a Ankara y, desde entonces, Turquía ha actuado para contrarrestar este avance”, estimó Mutlu Civiroglu, experto en temas kurdos, con sede en Washington.

“Las fuerzas del FDS se preparan para ir a tomar Al Bab, una localidad que es crucial para juntar los cantones de Kobane y de Afrin. Ankara piensa que impedir que las FDS lleguen a Afrin es muy importante para sus intereses. Es en este contexto que hay que situar la ofensiva en Jarablos”, la ciudad fronteriza entre Siria y Turquía rápidamente arrebatada a los yihadistas este jueves, estimó.

Entre Kobane y Afrine hay 200 kilómetros. Cuando el 23 de junio los milicianos kurdos entraron en Manbij dieron un paso importante para concretar la creación de una gran región autónoma kurda en el norte de Siria, que tendría que incluir a Al Bab, salvo que Turquía lo impida.

“Según creo yo, los kurdos van a perseverar en su sueño y no van a dejarse acobardar”, aseguró Civiroglu.

Un portavoz de la Unidades Kurdas de Protección del Pueblo Kurdo (YPG), Redur Xelil, afirmó a la AFP que “la YPG está formada por sirios, así que los turcos no pueden imponer restricciones de movimiento a los sirios en su territorio”.

En esta operación, los turcos saben que pueden contar con una neutralidad del régimen de Bashar al Asad, pese a sus otros desacuerdos en el conflicto.

“El Gobierno turco se lanzó en la operación de Jarablos sabiendo que Asad se iba a contentar con una condena simbólica, ya que ambos países consideran a los kurdos como una amenaza”, señaló Civiroglu. “Es por este motivo que consideran que es necesaria una acción urgente para bloquear los avances de los kurdos y para impedirle que creen una federación”.

Por su parte, Fabrice Balanche, un geógrafo francés experto en Siria, sostuvo que “bloquear el avance de los kurdos no va a ser fácil. Por el momento la toma de Jarablos no impide que se unan los cantones kurdos, salvo si Turquía envía sus tanques más al sur, hacia Al Bab”.

Pero el experto dijo que duda que Rusia se mantenga impasible. “Probablemente hubo un acuerdo en Rusia y Turquía para una intervención de máximo 15 kilómetros en territorio de Siria, pero no más”, informó. Y Al Bab está situada a unos 30 kilómetros de la frontera.

“Los kurdos siempre van a poder conectar Afrin y Manbij por un pequeño corredor, que podrá ser cortado cuando lo estimen conveniente (el binomio) Asad-Putin, si los kurdos no se portan bien”, advirtió Balanche.

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