La producción industrial de Brasil retoma una tendencia alcista
La producción industrial brasileña creció 1,1% en junio respecto de mayo, en la medición desestacionalizada, y retomó una incipiente tendencia alcista tras una prolongada y honda caída a consecuencia de la recesión económica del país.
La actividad fabril acumula un fuerte retroceso de 9,1% en lo que va de 2016 y de 9,8% en la medición a doce meses, en ambos casos sin ajustes por factores estacionales, informó este martes el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
En la comparación con junio del año pasado, el indicador retrocedió 6% y sumó “su 28a. tasa negativa consecutiva, aunque la menos intensa desde junio de 2015 (-2,5%)”, apuntó el organismo, reflejando la larga saga que golpea a la industria de la mayor economía latinoamericana.
Las previsiones de los operadores del mercado recogidas en un informe semanal del Banco Central indican que la producción industrial cerrará 2016 con una merma de 5,95%.
Los bienes de capital y los durables acumulan una caída en términos anualizados de 26,2 y de 22,8%, respectivamente. Los de consumo, por su parte, registran un retroceso de 8,8% en la misma medición.
La industria apenas consiguió un resultado positivo en todo 2015, en la medición mensual, y debió esperar un año entero en rojo antes de obtener otra vez una tasa que no fuera negativa: 0,6% en enero de 2016.
Los automotores encabezaron los rubros que tuvieron buen desempeño en el pasaje de mayo para junio, con una mejora de 8,4%, mientras que los productos alimenticios hicieron el mayor contrapeso, por su fuerte ponderación en el indicador, con un retroceso de 0,7%.
La economía brasileña entró en recesión en el segundo trimestre de 2015 y cerró el primer trimestre de 2016 con una contracción de 0,3%.
El país se encamina a su primer bienio recesivo en más de 80 años, luego de que en 2015 su PIB se contrajera 3,8%. Según las previsiones del mercado este año la actividad caerá 3,24%.
La crisis disparó el desempleo, la inflación y acrecentó la brecha fiscal, proyectada en más de 45.000 millones de dólares este año.
Además, el país atraviesa una grave inestabilidad política que mantiene suspendida a la presidenta Dilma Rousseff, a la espera de que el Senado juzgue si pierde su cargo en forma definitiva por supuesta manipulación de las cuentas públicas.
