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Los civiles huyen del avance de las fuerzas turcas contra los kurdos en Siria

Columnas de humo en la localidad siria de Tal Abyad vistas desde Akçakale, en Turquía, el 10 de octubre de 2019 afp_tickers

La ofensiva de Turquía contra una milicia kurda en el noreste de Siria provocó este jueves la huida de miles de civiles ante el avance de las fuerzas turcas, una operación que suscita las críticas internacionales.

En Nueva York, al cabo de una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU, los cinco países europeos miembros -Francia, Alemania, Bélgica, Reino Unido y Polonia-, exigieron el cese de esta “acción militar unilateral”.

Por su parte, el secretario general, Antonio Guterres, expresó su “profunda preocupación”.

El miércoles por la noche, Turquía lanzó su asalto terrestre y sus fuerzas atravesaron la frontera, concentrando sus operaciones en los sectores limítrofes de Ras al Aín y de Tal Abyad, controlados por las fuerzas kurdas.

Las fuerzas turcas conquistaron 11 pueblos cerca de estas dos ciudades, de acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que informó sobre bombardeos aéreos turcos.

Desde el miércoles, al menos 29 combatientes kurdos y 10 civiles murieron por los bombardeos aéreos y disparos de artillería turcos, según el OSDH.

Por su parte, las autoridades turcas dieron cuenta de al menos seis civiles muertos, incluidos un bebé y una niña, y de varios heridos por proyectiles kurdos lanzados desde ciudades fronterizas turcas, como Akçakale.

De lado sirio, más de 60.000 personas se vieron desplazadas desde el miércoles por la violencia, huyendo de sectores en la frontera, según el OSDH.

Mujeres y niños, cargados con sus pertenencias, llegaron en camionetas a la ciudad de Tall Tamr, más al sur y a salvo de los combates, constató un corresponsal de la AFP en el lugar.

Ante el aluvión de desplazados, la oenegé Save The Children advirtió sobre “un desastre humanitario inminente”.

– Tercera operación militar –

Según medios turcos, Ankara busca tomar el control de una franja de territorio entre Ras al Aín y Tal Abyad, de 120 km de largo y unos 30 km de profundidad.

El objetivo declarado de la operación es alejar de la frontera a la principal milicia kurda de Siria, las Unidades de Protección Popular (YPG).

Las YPG, aliadas de los occidentales en la lucha contra el Estado Islámico (EI), son consideradas por Ankara como una organización “terrorista”.

Ankara prevé crear una “zona de seguridad” donde podrán instalarse una parte de los 3,6 millones de refugiados sirios que viven en suelo turco.

Enfrentado a las críticas europeas, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, amenazó con enviar a Europa a millones de refugiados.

La ofensiva de Turquía, realizada en cooperación con una coalición de exrebeldes financiada y entrenada por Ankara, es la tercera en Siria desde 2016.

Desde 2011, el conflicto en este país ha dejado al menos 370.000 muertos y millones de desplazados.

– Amenazas de EEUU –

Sin aviación parece difícil que los kurdos puedan resistir ante el ejército turco.

“Las FDS no pueden defender toda la frontera entre Siria y Turquía”, consideró Nicholas Heras, analista del Center for New American Security.

“La pregunta es hasta dónde puede avanzar Turquía antes de ser frenada por actores regionales e internacionales”, agregó.

El presidente estadounidense, Donald Trump, confió en que su homólogo turco actúe de manera “racional” y “humana”, y amenazó con “paralizar” la economía turca si la ofensiva se tornaba “injusta”.

Sin embargo, fue la retirada de tropas estadounidenses del sector lo que abrió la vía a esta incursión.

Al ser preguntado este jueves sobre la línea roja a la que se refirió el presidente Trump, un alto responsable del Departamento de Estado mencionó una “limpieza étnica” o ataques “indiscriminados contra la población civil”. “Hasta ahora no hemos visto ejemplos significativos de eso”, dijo ante la prensa, bajo condición de anonimato.

Trump aludió también este jueves por primera vez a la posibilidad de una “mediación” estadounidense. El alto responsable del Departamento de Estado confirmó que el presidente encargó a la diplomacia estadounidense “intentar ver si hay un terreno de entendimiento entre los dos campos y si hay forma de que podamos labrar un cese el fuego”.

La ofensiva fue condenada por varios países occidentales, preocupados por la incertidumbre del destino de miles de yihadistas prisioneros de las FDS.

El jefe de la diplomacia francesa, Jean-Yves Le Drian pidió una “reunión de urgencia” de la coalición internacional liderada por Washington en la lucha contra el grupo Estado Islámico (EI).

Unos 12.000 combatientes del EI, sirios, iraquíes, pero también entre 2.500 y 3.000 extranjeros originarios de 54 países, se encuentran detenidos en prisiones kurdas, según un alto responsable de la administración semiautónoma, Abdel Karim Omar.

Las autoridades kurdas, que gestionan siete prisiones de alta seguridad, según una fuente kurda, afirmaron que una prisión con yihadistas extranjeros del EI fue alcanzada por bombardeos turcos.

La OTAN, a la que pertenece Turquía, pidió por su parte a sus países miembros “mantenerse unidos contra [su] enemigo común”, el EI.

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