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Los islamistas de Abu Sayyaf, una pesadilla para Filipinas

Un soldado filipino toma posiciones cerca de la ciudad de Paktikul, en la isla de Mindanao, el 29 de agosto de 2016, durante una operación contra el grupo islamista Abu Sayyaf afp_tickers

Los islamistas filipinos que decapitaron a un rehén alemán constituyen una de las principales amenazas en el archipiélago: cuentan con lanchas rápidas, millones de dólares y el apoyo de parte de la población local.

El grupo Abu Sayyaf, cuyos bastiones se encuentran en las islas del extremo sur, está integrado por varios cientos de combatientes armados.

Aún así, a raíz de una serie de secuestros, las autoridades han pedido ayuda al extranjero para combatirlos en el mar.

Las declaraciones de adhesión de dirigentes de Abu Sayyaf a la organización yihadista Estado Islámico (EI) y su promesa de crear un califato no han hecho más que aumentar la preocupación.

“El problema de la nación, la mayor amenaza para los próximos años, diría que es el terrorismo. Sin duda, llegará”, afirmó recientemente el presidente filipino, Rodrigo Duterte.

En una entrevista reciente concedida a la AFP, el ministro de Defensa, Delfin Lorenzana, citó también a Abu Sayyaf y otros grupos “terroristas” afiliados al grupo EI como la principal amenaza interna de Filipinas.

“Intentamos hacer más esfuerzos para reprimir el crecimiento del EI en el sur” de Filipinas, dijo.

En los últimos años, Abu Sayyaf ha estado implicado en el secuestro de decenas de personas en operaciones cada vez más audaces, la mayoría de las veces contra barcos extranjeros, pero también contra centros turísticos, en el sur del archipiélago y en la vecina Malasia.

El lunes, el grupo colgó el vídeo de la decapitación del alemán Jurgen Kantner, de 70 años, secuestrado en noviembre en su yate. El rescate exigido (560.000 euros) no se pagó.

– “Mejores barcos” –

Dos rehenes canadienses secuestrados en una isla turística padecieron el año pasado la misma suerte. Entonces tampoco se pagó el rescate exigido.

Abu Sayyaf mantiene aún cautivos a 19 rehenes extranjeros en las islas de Sulu o Basilan, a unos 1.000 kilómetros de Manila, según el ejército. La mayoría son marineros vietnamitas, indonesios o malasios secuestrados en el mar.

Estos secuestros hacen temer que esta región, en la que hay una importante vía de flete marítimo internacional llamada Paso de Sibutu, se transforme en un paraíso para piratas, parecido al de los somalíes.

Manila dice haber llamado a fuerzas chinas y estadounidenses para patrullar estas aguas. Paralelamente, Filipinas ha iniciado negociaciones con Malasia e Indonesia para llevar a cabo patrullas conjuntas.

Lorenzana había explicado que los barcos de la marina y los guardacostas filipinos eran importantes para perseguir a los de los piratas, que pueden llegar a los 80 kilómetros por hora. “Abu Sayyaf tiene mejores barcos que nosotros”, agregó.

Según los analistas, el aumento de secuestros se explica por dos acontecimientos ocurridos en 2014.

Primero, por el fin progresivo de un programa del ejército estadounidense para formar a las fuerzas filipinas y suministrarles servicios de información. Estados Unidos consideró entonces que los islamistas se transformaron en “grupos desorganizados”.

El otro es que en 2014, a Abu Sayyaf le tocó la “lotería” al afirmar que había recibido más de cinco millones de dólares reclamados para liberar a dos rehenes alemanes.

Este pago de rescate fue un “momento decisivo” que alentó a más gente a lanzarse al negocio del secuestro, según Marc Singer, analista del centro de inteligencia Pacific Strategies & Assessments.

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