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Macron llega a la presidencia con una coyuntura económica favorable en Francia

El presidente electo de Francia, Emmanuel Macron, estrecha la mano, el 8 de mayo de 2017 en París, a los veteranos de la Segunda Guerra Mundial, durante la ceremonia del 72º aniversario de la victoria aliada sobre la Alemania nazi afp_tickers

El futuro presidente francés, Emmanuel Macron, se beneficia de una coyuntura económica más bien favorable y de un entorno positivo para los negocios, aunque la incertidumbre sobre las elecciones legislativas podría limitar su margen de maniobra.

Aunque sigue sufriendo de los mismos males, la economía francesa se ha beneficiado de un ligero repunte en los últimos meses.

El crecimiento sigue una línea ascendiente, la actividad del sector privado está en expansión, las perspectivas de los inversores son bastante positivas y el desempleo sigue una tendencia general a la baja, pese al aumento de marzo.

Con su programa de supresión de empleos públicos, reducción de gastos, bajada de impuestos para las empresas o simplificación de la legislación laboral, Macron es una bendición para los defensores del liberalismo económico y de la integración europea.

– “Macronomics” –

Empiezan las “Macronomics”, estimaron los analistas del banco estadounidense Morgan Stanley, uniendo las palabras ‘Macron’ y ‘economics’ (economía). Comienza también una agenda favorable al mercado, “moderada y progresiva” y también “proeuropea”. Los analistas señalaron además que su proyecto de reforma del mercado de trabajo será crucial.

Sin embargo, Macron dirigirá un país dividido por el auge de la extrema derecha de Marine Le Pen, su rival en la segunda vuelta de las presidenciales.

Y de momento no dispone de mayoría parlamentaria, por lo que franceses “están poco motivados (con Macron) pese al resultado neto del nuevo presidente”, apuntan los analistas de Mirabaud Securities Ginebra.

“Aunque la clase política europea haya suspirado aliviada, esto no esconde la insatisfacción de los franceses, dado que cerca de la mitad de los electores han votado por un partido antiglobalización”, destaca Michael Hewson, jefe economista de CMC Markets.

“Una cosa es querer suprimir 120.000 empleos públicos, recortar 60.000 millones de euros de gasto público y volver al 7% de paro, pero llevarlo a cabo en el Parlamento francés será otro cantar”, estima.

“Su programa puede devolver a Francia a un crecimiento más fuerte, pero es posible que en junio no obtenga más que una escasa mayoría. La parte positiva es que las últimas evoluciones sugieren que el partido Los Republicanos (la derecha tradicional) apoyará la mayoría de sus iniciativas”, según Marion Amiot, de Oxford Economics.

El test de viabilidad de la “Macronomics” tendrá lugar el 11 y 18 de junio en las legislativas, en un contexto político nuevo en Francia.

Los candidatos de las dos grandes familias que han dominado la vida política francesa desde hace décadas, los socialistas y la derecha tradicional, quedaron fuera de las presidenciales y muchos de sus dirigentes se han unido a Macron.

El movimiento del presidente electo, En Marche!, todavía no ha demostrado su capacidad de ganar unas legislativas. Por su parte, el Frente Nacional de Marine Le Pen, que a causa del sistema electoral no dispone de la base parlamentaria que correspondería al número de sus electores, intentará convertirse en el partido de la oposición.

– Legislativas cruciales –

En este contexto de recomposición política, “el voto es crucial y determinará la capacidad del nuevo presidente para poner en marcha su programa”, analiza Kit Nicholl, del gabinete IHS Markit.

“Para gobernar eficazmente, Macron necesita una mayoría parlamentaria (289 escaños o más en la Asamblea Nacional), pero la probabilidad de que su gobierno lo consiga, partiendo de cero, es débil”, augura.

Laurence Boone, responsable de Investigación y Estrategia de Inversiones en AXA Investment Managers, fue consejera económica del presidente saliente, François Hollande, igual que Macron, y cree que el nuevo presidente sí tiene posibilidades de constituir una mayoría.

“Pese al carácter inhabitual de esta elección presidencial (…), los franceses tienen una tendencia histórica a favorecer al partido del presidente electo”, recordó.

En cualquier caso, “para los inversores extranjeros, los tres escenarios (mayoría absoluta, mayoría relativa o mayoría para la derecha tradicional) son relativamente positivos porque deberían generar reformas estructurales que refuercen el crecimiento potencial” de la economía francesa, según Boone.

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