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Matteo Renzi, un político impetuoso pero derrotado, que ahora tiene su revancha

El ex primer ministro italiano Matteo Renzi (izq) saluda a Mari Zicardi, antigui minero italiano residente en Bélgica, en su campaña por el liderazgo del Partido Demócrata, en Bruselas el 28 de abril de 2017 afp_tickers

Matteo Renzi, el ex primer ministro italiano, que había renunciado al cargo tras perder un referéndum constitucional, parece listo para responder a su reputación de ser un joven político impetuoso y ambicioso, con su reelección el domingo como líder de su partido, con lo que comienza “una nueva historia”.

Renzi, que en 2014 se convirtió en el jefe de Gobierno más joven de la historia de Italia, con 39 años, se jugó el todo por el todo tras casi 1.000 días al poder y arriesgó su carrera en diciembre por sus deseos de cambiar Italia. Entonces perdió.

Pocos meses después, este político con fama de combativo volvió a la cabeza del Partido Demócrata tras ganar una elección en la que votaron casi dos millones de personas.

“Una nueva historia comienza”, lanzó Renzi en su discurso de la victoria, asegurando que buscaba una revancha tras el revés del referendo constitucional que lo obligó a dimitir como presidente del Consejo.

El joven florentino, en su afán reformador, fiel a su fama de político fresco y comunicador con deseos de cambiar Italia, dimitió como jefe del Gobierno en diciembre tras perder el referéndum y en febrero renunció también a la cabeza de su partido, dejando siempre la puerta abierta para volver con más legitimidad en una nueva votación.

Como primer ministro quiso reformar la Constitución de 1948 y cambiar el Parlamento que lo eligió. Paradójicamente, salió de la escena política por querer reducir los poderes del Senado. Su idea era garantizar una mayor gobernabilidad y acelerar el proceso legislativo.

Cuando Renzi llegó al cargo de jefe de Gobierno, no tenía experiencia alguna como parlamentario o ministro, tan solo tenía en su currículo el puesto de alcalde de Florencia.

Ahora, Renzi deberá conducir al PD a las próximas elecciones legislativas, previstas en la primavera de 2018, salvo si los parlamentarios acuerdan antes una reforma electoral para celebrar elecciones anticipadas.

“Es una responsabilidad extraordinaria, gracias de corazón a esta comunidad de mujeres y hombres que creen en Italia, adelante juntos”, tuiteó Renzi.

Mientras estuvo en el poder, su capacidad de seducción alcanzó al electorado de derecha y hasta el ex jefe de Gobierno conservador y magnate de las comunicaciones Silvio Berlusconi, quedó impresionado por la nueva estrella de la política italiana.

Luego, como mucho otros, le retiró su apoyo en el referéndum.

Pero Renzi nunca bajó totalmente los brazos y ahora vuelve con las pilas cargadas tras obtener 70% de los votos, según las estimaciones preliminares.

“Una nueva historia comienza”, lanzó Renzi en su discurso de victoria. “No es un segundo tiempo del mismo partido, es un nuevo partido”, insistió.

– Del “Yes we can” a “¡En Marcha!” –

Como jefe del gobierno Renzi había prometido aplicar un programa de reformas en menos de 100 días, como respuesta al desconcierto que padecen muchos italianos. Reformó el mercado del trabajo, el llamado ‘job act’, un cambio que impuso a los sindicatos y que al final tuvo pocas repercusiones para reducir el desempleo.

Reformó también la pública administración pero no logró tocar el sistema judicial, un hueso duro de roer, aunque fue la tarea de reformar el sistema político la que lo superó totalmente.

Incansable, muchas veces parafraseó la consigna de campaña de Barack Obama, “Yes we can” (Sí se puede). Ahora se renovó y pidió prestado el eslogan del aspirante centrista a la presidencia francesa Emmanuel Macron ¡En Marcha!.

“Tenemos el deber histórico de no abandonar a Italia en la marisma”, dijo. Y “queremos cambiar Europa con humildad y con responsabilidad. Necesitamos una Europa con un alma solidaria”.

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