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Reajuste ministerial en Japón, con una ministra nacionalista en Defensa

La nueva ministra de Defensa de Japón, Tomomi Inada (c), llega a la residencia oficial del primer ministro en Tokio el 3 de agosto de 2016 afp_tickers

El primer ministro japonés, Shinzo Abe, confortado en su posición por las recientes elecciones senatoriales, realizó un reajuste de su Gobierno, guardando a parte de sus hombres-clave y designando a una mujer nacionalista en Defensa, un hecho excepcional.

Desde que regresó al poder, a finales de 2012, tras un primer mandato fallido en 2006-2007, el Partido Liberal Demócrata (PLD), de Abe, ha ganado todas las elecciones importantes y ha instaurado una línea de derechas que mantiene e incluso refuerza en cada reconfiguración de su Gobierno.

Permanecen los titulares de Finanzas y viceprimer ministro, Taro Aso; Fumio Kishida, en Exteriores; y el secretario general, Yoshihide Suga, portavoz gubernamental, pilares desde hace tres años.

También siguen el ministro para la Revitalización Económica, Nobuteru Ishihara; Sanae Takaichi, en Asuntos Interiores; y Yasuhisa Shiozaki, en Sanidad.

Al frente del Ministerio de Economía, Comercio e Industrias (Mertu) llega Hiroshige Sejo.

El cambio más notable es el nombramiento en Defensa, en lugar de Gen Nakatani, de la muy conservadora Tomomi Inada, que fue ministra de la Reforma Administrativa en un Gobierno precedente de Abe.

Sólo una mujer había asumido tales funciones en Japón, Yuriko Koike (elegida el domingo gobernadora de Tokio), por espacio de varias semanas en 2007.

– Defensa reforzada –

Inada, abogada diplomada por la Universidad de Waseda, deberá acompañar la aplicación concreta de la nueva interpretación de una parte de la carta magna, posibilitada por recientes leyes de defensa y seguridad queridas por Abe y que refuerzan las prerrogativas de las fuerzas armadas japonesas en el exterior.

Llega además recibida por un lanzamiento de misil norcoreano (caído en el mar de Japón).

En un libro blanco publicado el martes, el Gobierno japonés reiteraba oficialmente su inquietud por las iniciativas de China, que lleva a cabo una política de hechos consumados al decretar de forma unilateral su soberanía en grandes zonas marítimas de Asia.

Elegida diputada por primera vez en 2005, Inada, de 57 años, no está bien vista en China porque visita regularmente el santuario Yasukuni de Tokio, para enfado de los vecinos chino y coreanos, que consideran el santuario shintoista un símbolo del pasado imperialista japonés.

Yasukuni honra las almas de 2,5 millones de muertos por Japón, entre ellos 14 criminales de guerra condenados por los Aliados después de la Segunda Guerra Mundial.

Inada tiene por divisa “defender las tradiciones y la creatividad japonesas para hacer de Japón un gran país de la moral”.

Con su nuevo equipo, Abe deberá centrarse en la reactivación económica del país -el Gobierno validó el martes un plan de 28 billones de yenes 273.000 millones de dólares, 240.000 millones de euros)-, que sigue lastrado por la deflación desde hace dos décadas.

Al mismo tiempo, tiene grandes ambiciones en materia diplomática y de defensa, con un objetivo final de reformar la Constitución pacifista dictada por Estados Unidos, que ocupó Japón entre 1945 y 1952.

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