Renault abre su primera fábrica en China pese al estancamiento del mercado
El constructor francés Renault inauguró este lunes su primera fábrica en China, donde lleva a cabo una implantación industrial tardía en el principal mercado mundial del automóvil y en un momento de estancamiento.
“Es la primera gran etapa” para el desarrollo de Renault en un mercado crucial, en el que estaba prácticamente ausente, declaró su director ejecutivo, Carlos Ghosn, durante una ceremonia celebrada en las nuevas instalaciones situadas en la metrópolis de Wuhan, en el centro del país.
La fábrica de Wuhan, fruto de una empresa conjunta con el chino Dongfeng, dispone de una capacidad de producción de 150.000 vehículos anuales, un ritmo que deberá alcanzar progresivamente.
En un primer momento, la fábrica montará el Kadjar, el último ‘crossover’ de Renault, en una versión ligeramente modificada para seducir a unos consumidores chinos amantes de los 4×4 urbanos. A continuación, un segundo ‘crossover’ saldrá al mercado en 2016 desde las cadenas de Wuhan.
“Vemos una explosión en este segmento en China y esto no se detendrá. Llegamos tarde pero con el buen producto” para conquistar China, apunta Jacques Daniel, director de la empresa conjunta, si bien reconoce que la implantación tiene lugar en una coyuntura complicada.
Las ventas de automóviles en China progresaron un 4,7% en 2015, a 24,6 millones de unidades, pero esto representa una clara desaceleración respecto a los aumentos del 14% y del 7% registradas en 2013 y 2014, respectivamente.
Con todo, “China continúa siendo el principal motor del crecimiento de la industria del automóvil mundial”, insistió Ghosn.
China podrá representar el nuevo foco de crecimiento del grupo, que ve sus ventas replegarse en importantes mercados en dificultad, en América Latina o en Rusia.
