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Rousseff y su equipo quieren acelerar el proceso de impeachment

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff (C) participa de la 15ª Conferencia Nacional de la Salud, el 4 de diciembre de 2015 en Brasilia afp_tickers

La presidenta de Brasil Dilma Rousseff quiere enfrentar rápidamente el proceso de impeachment iniciado en su contra, y su ministro de Hacienda, Joaquim Levy, hasta lo considera positivo para despejar la tormentosa incertidumbre sobre la mayor economía latinoamericana.

El oficialismo se considera capaz de bloquear el proceso contra Rousseff pero una luz amarilla se encendió en sus filas este viernes: el ministro de Aviación Civil, Eliseu Padilha, considerado cercano al vicepresidente Michel Temer, eventual sucesor de Rousseff, estaría próximo a renunciar por desacuerdos con la designación de un funcionario de su cartera.

¿Será que los aliados de Temer, líder del poderoso partido PMDB, empiezan a romper filas con el gobierno?, se preguntaban este viernes los políticos en Brasilia.

Las especulaciones divulgadas en la prensa local están alimentadas con el mutismo de Temer, quien no ha dicho ni una palabra desde que hace dos días el presidente de la Cámara de Representantes, Eduardo Cunha, también del PMDB, dio inicio al proceso de impeachment contra Rousseff.

El PMDB es pieza clave para la gobernabilidad con su bancada de legisladores tan grande como variopinta, al extremo que incluye a desafectos con el gobierno como el propio Cunha.

La presidenta dijo que dará su batalla, “por la salud de la democracia”. “Debemos defenderla contra el golpe”, dijo durante una ceremonia ante funcionarios de la salud que devino en un acto político en el que se escucharon consignas como “No al golpe” y “Fuera Cunha”.

“No tiene fundamento ese proceso de impeachment”, les dijo Rousseff.

La mandataria no ha sido involucrada directamente en actos de corrupción, pero un grupo de juristas pidió someterla a juicio político por autorizar gastos públicos adicionales sin permiso previo del Congreso.

El pedido fue admitido por Cunha, quien a su vez es investigado por supuestamente esconder en bancos suizos dinero proveniente del millonario esquema de corrupción descubierto el año pasado en Petrobras.

Para el gobierno y miembros del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), Cunha resolvió ir contra Rousseff cuando advirtió que perdería su batalla en el Consejo de Ética de la Cámara, que le juzga por haber mentido sobre sus cuentas en el extranjero y podría acabar con su mandato.

– Una carrera –

Ministros, legisladores y el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva fueron desplegados para acelerar un proceso que puede llevar varios meses, justamente cuando Brasil camina hacia su peor recesión en 85 años y Rousseff tiene una popularidad de apenas 10% a solo 11 meses de haber comenzado su segundo mandato.

“Tenemos que resolver esto ya”, dijo Lula, quien junto a varios líderes oficialistas quiere suspender el tradicional receso estival del Congreso que se extiende desde el 22 de diciembre al 1 de febrero.

En una entrevista con el canal GloboNews, el Ministro de Hacienda, Joaquim Levy, dijo este viernes que el inicio del proceso de impeachment puede ser positivo para la economía.

“Esa cuestión del impeachment, lo que va a hacer es dar más claridad. En vez de que quede como una amenaza colgada, la enfrentamos”, dijo.

Por lo pronto, la Bolsa de Sao Paulo refrenó el entusiasmo que le despertó la noticia el jueves, cuando subió más de 3%. Este viernes bajó 2,23%.

“Muchos inversores acaban actuando en efecto manada y eso resulta en una fuerte alza, que luego retorna”, valoró a la AFP el economista independiente Felipe Queiroz.

El gobierno confía en que salvará a Rousseff. Cree contar con los 172 votos requeridos para impedir que el plenario de la Cámara de Representantes logre separar del cargo a Rousseff e iniciar el juicio de destitución.

Dirigentes opositores han dado señales de que no tienen mayoría. Empero calculan que cuanto más se extienda el tema, mayor será el desgaste de Rousseff pues el horizonte económico se vislumbra cada día más complicado y es previsible que comiencen protestas callejeras.

“Hacemos ahora el carnaval del impeachment y después hacemos el impeachment propiamente dicho”, dijo el diputado opositor Rodrigo Maia, para quien la votación del juicio político debería realizarse a partir de febrero.

– Probables manifestaciones –

La presión de la opinión pública es un factor clave y tanto los partidarios de Rousseff como sus adversarios saben que eso puede hacer cambiar de posición a muchos legisladores.

“Es muy probable que sean convocadas manifestaciones para presionar al Congreso a votar a favor del impeachment”, estimó Rubens Figueredo, profesor de ciencia política de la Universidad de Sao Paulo, en declaraciones a la AFP.

La mayoritaria central sindical CUT, afín al gobernante PT, convocó a respaldar a Rousseff este viernes en Brasilia pero la respuesta fue mínima. Al mismo tiempo, varios grupos de corte liberal planean manifestaciones contra el gobierno para el domingo 13 de diciembre.

Brasil tiene presentes las gigantescas movilizaciones populares de 1992 a lo largo y ancho del territorio que acabaron forzando al presidente Fernando Collor a renunciar horas antes de que el Senado se reuniese para votar su destitución por corrupción.

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