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Seguridad, inmigración y armas, temas centrales en la campaña por la Casa Blanca

El precandidato presidencial republicano estadounidense Donald Trump, el 18 de enero de 2016 en un mítin en una universidad de Lynchburg, Virginia (EEUU) afp_tickers

El difícil tema del control de armas, medidas de seguridad nacional, los desafíos de la inmigración y la situación de la economía son las preocupaciones fundamentales entre los aspirantes a la Casa Blanca en las elecciones estadounidenses de noviembre.

Si en las elecciones de 2012 la discusión se centró en la economía, después de la crisis financiera de 2008 y 2009, esta vez el foco parece haberse movido hacia la seguridad nacional y la necesidad de garantizar la seguridad de los estadounidenses.

Después de los ataques en París reivindicados por el grupo radical Estado Islámico (EI) y la matanza de 14 personas en San Bernardino, California, el apetito de Estados Unidos por acciones militares contra el EI parece haber crecido.

El tema ocupó el primer lugar entre las prioridades para los electores en por lo menos dos sondeos y los aspirantes presidenciales -muy especialmente los republicanos- de inmediato comenzaron a responder a esos miedos.

El polémico millonario Donald Trump salió adelante, al insistir -sin ninguna evidencia- en que miles de musulmanes en Nueva Jersey habían festejado los ataques de septiembre de 2001 en Nueva York.

Trump, sin embargo, rápidamente fue acompañado por los aspirantes republicanos Ted Cruz y Chris Christie, quienes desenvainaron la espada y aumentaron la retórica militar, criticando la política del presidente Barack Obama por considerarla demasiado ‘blanda’ y para pedir aumento de los bombardeos y tropas terrestres.

Los aspirantes republicanos también denunciaron el acuerdo firmado con Irán por su programa nuclear, por considerar que Washington cedió demasiado sin recibir poco o nada a cambio.

En contrapartida, los candidatos demócratas han coincidido en condenar la agresividad de las posiciones republicanas, alegando que esa visión sólo acentuará la idea de un “choque de civilizaciones” que el Estado Islámico usa para reclutar combatientes.

– Qué hacer con los inmigrantes –

Las preocupaciones con la seguridad se han trasladado también al cambio de la inmigración. Los aspirantes demócratas sugieren la bienvenida a refugiados de Siria, pero los republicanos no están tan seguros.

Nuevamente fue Trump quien delimitó el campo de batalla, al proponer el cierre del país al ingreso de musulmanes, una idea que generó intensa polémica y que le valió el desprecio internacional.

Aunque admitieron que cerrar el país era quizá demasiado, el resto de los aspirantes republicanos menciona la necesidad de contener la llegada de refugiados desde Siria e Irak hasta que el gobierno pueda tener claro quiénes son los que piden refugio.

De igual forma, los demócratas en general apoyan medidas que ayuden a legalizar a la mayoría de los aproximadamente 11 millones de inmigrantes que viven en el país en forma irregular, en su mayoría provenientes de México y América Central. Como era previsible, los republicanos se oponen a esa idea de forma vehemente, aunque el aspirante Jeb Bush admite que es necesario iniciar una reforma de la legislación migratoria.

Como también era previsible, Trump es el más explosivo de ellos, al afirmar que expulsará a los 11 millones de indocumentados y construirá un gigantesco muro en la frontera con México.

– Armas y economía –

Otro tema áspero es el del control de armas. Desafío tradicional estadounidense, vuelve al tope de las discusiones después de cada matanza indiscriminada de inocentes, para después volver a bajar el tono hasta la siguiente matanza, en un ciclo constante.

El presidente Obama anunció una serie de decretos para tornar más rigurosas las regulaciones de la venta de armas, en especial las que son negociadas en internet.

Históricamente defensores de las armas y más próximos del ‘lobby’ ejercido por los fabricantes, los aspirantes republicanos reaccionaron con furia, alegando que las nuevas normas sobre chequeo de antecedentes viola la Constitución, pero si bien los republicanos insisten con las preocupaciones con la seguridad nacional, la inmigración y la posesión de armas, los demócratas tienen su principal carta de victoria en el desempeño económico de años recientes.

El desempleo actualmente ha caído a 5%, el nivel más bajo desde febrero de 2008, antes del estallido de la crisis. Desde entonces se han creado más de 13 millones de puestos de trabajo, aunque en meses recientes se verificó un freno en los mercados financieros.

En ese escenario, resta un debate considerable sobre los impuestos.

Entre los aspirantes demócratas, Bernie Sanders e Hillary Clinton han propuesto un aumento de los impuestos a los más ricos. En especial, Sanders defiende que ese aumento ayude a pagar la implantación de un sistema universal de salud pública.

Los aspirantes republicanos, de otro lado, se oponen a rajatabla a cualquier aumento de impuestos. Cruz ha propuesto una tasa única y Trump defiende una reducción generalizada de impuestos que sería balanceada con un aumento de las tasas a productos chinos.

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