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Sessions en el Senado, un nuevo testimonio de alto riesgo para la Casa Blanca

El fiscal general estadounidense, Jeff Sessions, pronuncia un discurso durante una conferencia en Washington, el 24 de abril de 2017 afp_tickers

El fiscal general estadounidense, Jeff Sessions, se enfrenta este martes a la Comisión de Inteligencia del Senado en una audiencia de alto riesgo para la Casa Blanca, ya que será interrogado sobre sus relaciones con funcionarios rusos y sobre el despido del exdirector del FBI James Comey.

Sessions será el funcionario de más alto nivel en prestar declaración ante esta comisión, a raíz de la controversia sobre la eventual colusión de la campaña de Donald Trump con Rusia en las elecciones presidenciales del año pasado.

Esta audiencia ocurre escasos días después del explosivo testimonio que Comey ofreció ante la misma comisión y que generó un terremoto político en la capital estadounidense.

Esa expectativa se traslada ahora a Sessions en un contexto de gravedad política tan extrema que no se descarta que el secretario de Justicia y fiscal general prefiera mantenerse en silencio ante determinadas preguntas.

“Dependerá de la amplitud de las preguntas”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, respecto a la posibilidad de que Sessions opte por no responder. “Hacer hipótesis en este momento es prematuro”.

El testimonio está previsto para las 14h30 locales (18h30 GMT).

La Comisión de Inteligencia del Senado conduce una de las varias investigaciones en marcha en el país sobre el supuesto papel desempeñado por Rusia durante las presidenciales en las que resultó victorioso Donald Trump.

Sessions ya se declaró impedido para participar en una investigación sobre el mismo asunto que realiza el Departamento de Justicia, para la cual se designó a un fiscal especial independiente, Robert Mueller.

– Controversia que no se disipa –

Durante toda la campaña de 2016, Sessions, que fue uno de los primeros legisladores en apoyar la candidatura de Trump, mantuvo contactos con funcionarios rusos, incluyendo reuniones que ocultó a los senadores durante las audiencias para su confirmación.

La interminable controversia que se instaló como una sombra negra sobre la Casa Blanca ya surgió durante la campaña con el pirateo informático al Comité Nacional del Partido Demócrata.

Más tarde, miles de correos electrónicos del comité de campaña de la candidata demócrata Hillary Clinton fueron distribuidos en el sitio web WikiLeaks.

A finales de 2016, diversos órganos de inteligencia estadounidenses afirmaron -con diverso grado de certeza- que Rusia estaba detrás de esas operaciones para ayudar a Trump a ganar.

Ese escándalo se vio apoyado en diversos contactos que mantuvieron personas ligadas a la campaña de Trump con altos funcionarios rusos, alimentando las sospechas.

Como director del FBI, Comey conducía una investigación que centró su atención en el general Michael Flynn, que fue nombrado asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.

Flynn había mantenido conversaciones con un alto diplomático ruso ya antes de asumir su cargo, y posteriormente ocultó a sus superiores esos contactos.

En mayo, Trump despidió a Comey alegando que la investigación sobre Rusia era una “nube” que el FBI era incapaz de disipar.

– Cuestionamientos generalizados –

Ante el Senado, Comey aseguró que Trump le pidió que dejara tranquilo a Flynn, un gesto que, de acuerdo con la legislación estadounidense, puede ser visto como un intento de obstrucción de la justicia.

Comey además cuestionó duramente el papel de Sessions.

Si el fiscal general se había declarado impedido para participar en la investigación sobre Rusia, ¿por qué estuvo involucrado en el despido del director del FBI, si, como admitió el propio Trump, ese despido estaba relacionado precisamente con la cuestión rusa?, cuestionó Comey.

Este escenario caótico motivó el nombramiento de Mueller como fiscal especial para investigar el caso.

Sin embargo, en la noche del lunes, un amigo personal del presidente, Christopher Ruddy, dijo a la prensa que Trump “consideraba despedir” a Mueller, una versión que la red de televisión CNN había divulgado ya el fin de semana.

“Si el presidente despide a Bob Mueller, el Congreso inmediatamente lo restablecerá en su puesto. No nos haga perder el tiempo”, tuiteó el líder demócrata del comité, Adam Schiff.

Otros senadores, en tanto, no olvidan que durante la audiencia de confirmación como fiscal general, Sessions mintió al negar sus encuentros con funcionarios rusos.

“No nos dijo la verdad”, dijo el senador demócrata Patrick Leahy. “Veremos qué pasa ahora bajo juramento”, añadió.

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