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Supuesto acuerdo de “tercer país seguro” con EEUU desata polémica en Congreso mexicano

El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, habla en el Senado sobre el acuerdo migratorio con Estados Unidos, el 14 de junio de 2019 afp_tickers

El canciller Marcelo Ebrard aseguró este viernes ante legisladores que México no se ha comprometido con Estados Unidos a ser “tercer país seguro” para migrantes indocumentados, lo que sin embargo no convence a opositores que aseguran que hay un acuerdo en ese sentido.

Ebrard acudió a comparecer ante la comisión permanente del Congreso mexicano, que reúne a senadores y diputados, para responder reclamos tras las negociaciones que encabezó la semana pasada para impedir que el presidente estadounidense Donald Trump aplicara aranceles a México en represalia por no detener las oleadas de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos.

“México no aceptará (…) iniciar suscribir o pactar un acuerdo de tercer país seguro y menos aún en estas condiciones y esto quedó claramente establecido”, dijo Ebrard tras una primera ronda de cuestionamientos de los legisladores.

El canciller aseguró que la orden del presidente Andrés Manuel López Obrador fue clara en el sentido de no aceptar un acuerdo de tercer país seguro, lo que significaría que migrantes que lleguen a su territorio tendrían que pedir asilo a México y no a Estados Unidos.

“¿Por qué razón? Porque es una decisión del Senado y así se los dijimos”, dijo Ebrard.

Según las leyes mexicanas, todo acuerdo o pacto de carácter internacional debe ser aprobado por el Senado, por lo que Ebrard fue llamado, por presiones de la oposición minoritaria, a comparecer para responder a las inquietudes sobre el verdadero alcance de las negociaciones.

Al malestar han contribuido los continuos amagos de Trump de imponer aranceles si México no demuestra ser capaz de contener a los migrantes y sus declaraciones de que existe un acuerdo secreto acompañadas con un misterioso documento que mostró a la distancia a la prensa.

“¿Hay otro pacto o no hay otro pacto? Estados Unidos dice que sí y que además van a revelar poco a poco las cosas que hablaron con los mexicanos como si fueran secretas o altamente pecaminosas”, dijo con tono teatral el diputado Porfirio Muñoz Ledo, del partido mayoritario Morena y una de las pocas voces oficialistas críticas al desarrollo de la negociación.

La senadora Dulce María Sauri, del Partido Revolucionario Institucional (PRI, tercera fuerza), se refirió al contenido del documento mostrado por Trump, y conocido este viernes, en el que se evoca que México hará cambios legales si Estados Unidos determina que no se consigue frenar la ola de migrantes hacia su frontera norte en 45 días.

“Esto, señor canciller, en buen lenguaje es vinculante”, dijo la legisladora.

El añadido del acuerdo bilateral alcanzado el viernes de la semana pasada y que fue distribuido a periodistas dice que México “aceptaría la devolución y procesaría las solicitudes del estatus de refugiado”. Este documento está firmado por un asesor jurídico de cada parte, y la cancillería aseguró que no es obligatorio.

– Muro humano –

Como hizo a lo largo de la semana, Ebrard presentó como mayor logro de la negociación el plazo de 45 días que obtuvo de Washington para poner en marcha medidas que ordenen el tránsito de migrantes, en su mayoría centroamericanos.

La principal acción es el despliegue de 6.000 elementos de la naciente Guardia Nacional en la frontera sur de México, lo que parece satisfacer de inicio a Trump.

“Entre la semana pasada y ahora, hay una gran diferencia en la frontera. México ha hecho un trabajo sensacional. Ey, 6.000 soldados y si no funciona, entonces volveremos a medidas fuertes”, dijo Trump el viernes a la cadena Fox News.

Para la oposición, más que una negociación, en Washington hubo una imposición de parte de los estadounidenses hacia los mexicanos.

“Continuamos con el ultimátum (de los aranceles) y les entregamos la joya más preciada que es la aceptación de tercer país seguro”, denunció Damián Zepeda, del conservador Partido Acción Nacional (PAN), al señalar que Estados Unidos continuará con esa exigencia.

Zepeda reclamó además que el despliegue de la Guardia Nacional implica para México una fuerte inversión en recursos, lo que equivale a pagar el muro fronterizo que Trump tanto ha reclamado. “Muro humano conformado por los elementos de la guardia nacional”, añadió.

Beatriz Paredes, del PRI, cuestionó si ante la situación actual es pertinente que el Senado mexicano apruebe en lo inmediato, como está previsto, el nuevo acuerdo comercial de México con Estados Unidos y Canadá, el T-MEC.

“¿Hay un contexto diferente que amerite una táctica distinta de nuestro país?”, lanzó Paredes.

El acuerdo debe ser aprobado por dos tercios del Senado y aunque Morena goza de una amplia mayoría en la cámara, se requieren los votos de la oposición.

La oposición hizo sentir su fuerza al aplazar el miércoles una primera votación del T-MEC en comisiones.

Mientras se desarrollaba esta sesión legislativa, se conoció la renuncia del comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Tonatiuh Guillén, quien fue substituido por Francisco Garduño, anteriormente comisionado del sistema carcelario.

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