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Varias oenegés insatisfechas con el informe de EEUU sobre el ataque al hospital afgano

Un pasillo del hospital de la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) atacado en un bombardeo en octubre, que dejó 30 muertos, el 10 de noviembre de 2015 todavía destrozado por el "error humano" del ejército de EEUU afp_tickers

El hecho de que Estados Unidos admitiera un “error humano” en el bombardeo que mató el 3 de octubre a 30 personas en un hospital del norte de Afganistán no basta a varias oenegés, que exigen una investigación independiente.

El “trágico, pero evitable accidente lo causó principalmente un error humano”, declaró el miércoles el general John Campbell, que dirige las fuerzas de la OTAN en Afganistán, al referirse al bombardeo en Kunduz de un hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF).

Pero MSF considera que, más allá del error, se trata de una violación del derecho de la guerra.

“El aterrador cúmulo de errores revela la grosera negligencia de las tropas estadounidenses y las violaciones del derecho de la guerra”, reaccionó el director de MSF Christopher Stokes.

Para Human Rights Watch (HRW), “una investigación independiente sigue siendo urgentemente necesaria”. El relato del general Campbell “justifica una investigación penal por eventuales crímenes de guerra”, añade HRW.

El general alegó que el “agotamiento” de las tropas estadounidenses, tras duros combates contra los talibanes, explicaba ese error.

“El centro médico fue identificado erróneamente como un blanco” militar, declaró el general al anunciar los resultados de la investigación. Los soldados estadounidenses “creyeron que estaban atacando otro edificio a cientos de metros de distancia, donde se había informado que había combatientes”, agregó.

El bombardeo, que provocó 30 muertos entre pacientes y empleados de MSF, obligó a esta organización a cerrar su hospital de Kunduz, el único de la región, y provocó una ola internacional de indignación.

Las convenciones de Ginebra, base del derecho humanitario internacional, prohíben todo tipo de ataque contra centros sanitarios.

– Divergencias –

Christopher Stokes consideró “chocante que un ataque pueda ser llevado a cabo mientras las tropas estadounidenses no tienen los ojos fijados en el objetivo, y carecen de una lista de lugares intocables”, como un hospital.

MSF sigue exigiendo una investigación “imparcial e independiente”, pues la del ejército norteamericano, llevada a cabo por tres de sus generales, no puede ser a la vez juez y parte.

Sin embargo, el general Wilson Shoffner, portavoz de la OTAN que tomó el miércoles la palabra tras el general Campbell, aseguró que la investigación estadounidense era “exhaustiva e imparcial”.

Los elementos citados por el general Campbell muestran que el relato de los acontecimientos, entre las 02h00 y 03h00 de la madrugada del 3 de octubre, diverge ampliamente según los diferentes actores.

MSF, que había advertido a los estados mayores en cuanto empezaron a caer las primeras bombas, asegura que ello no impidió que prosiguiera el bombardeo “durante cerca de una hora”, mientras que el ejército estadounidense asegura que el ataque duró “29 minutos”.

MSF exhibe como prueba las llamadas telefónicas y los SMS de su personal a la OTAN, la Cruz Roja y al Pentágono. Según esta ONG, el último SMS fue enviado a las 2H56 de la madrugada para pedir a la OTAN que “parara los bombardeos”, es decir 20 minutos después de que, según la versión estadounidense, estos cesaran.

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