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Varios líderes europeos buscan un acuerdo antes de la cumbre sobre migración

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker (dcha), saludando al presidente chipriota, Nicos Anastasiades, antes de su encuentro bilateral en la sede de la Unión Europea (UE) en Bruselas, el 16 de marzo de 2016 afp_tickers

Varios dirigentes europeos intentaban encontrar este miércoles un consenso de último minuto sobre el controvertido plan con Turquía destinado a atajar el flujo migratorio, la víspera de una nueva cumbre en Bruselas.

El plan con Turquía es controvertido para empezar desde el punto de vista jurídico, dado que todos los migrantes que llegan ilegalmente a Grecia desde Turquía serían devueltos a ese territorio. Pese a que a cambio la UE acogería a un refugiado sirio ya presente en Turuqía por cada uno de los expulsados, para la ONU, las oenegés y ciertos Estados miembros, este mecanismo supone una expulsión colectiva, prohibida por el derecho comunitario.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, debía recibir este miércoles al jefe de Estado chipriota, Nicos Anastasiades, quien amenazó con torpedear el proyecto de acuerdo entre la UE y Turquía, lanzado por la canciller alemana, Angela Merkel, y criticado por numerosos actores.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, reconoció, tras un encuentro en Ankara con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, que en el camino hacia un acuerdo antes de la cumbre de los 28, prevista para el jueves y el viernes, seguía habiendo numerosos obstáculos.

Los detractores del proyecto consideran que éste sometería a la UE al dictado del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, muy criticado por su deriva autoritaria. Este miércoles, tres universitarios turcos fueron detenidos por “propaganda terrorista” tras firmar una petición en la que se denunciaba la violencia del ejército en sus operaciones contra los rebeldes kurdos.

Como contrapartida por su ayuda para frenar el flujo de refugiados hacia Europa, Turquía reclama hasta 6.000 millones de euros en concepto de asistencia, la aceleración de las negociaciones de su adhesión a la UE -actualmente congeladas- y la supresión de los visados de tránsito en el continente europeo para sus nacionales.

Chipre, en conflicto con Ankara desde hace décadas por la partición de la isla, amenazó con bloquear el inicio de las conversaciones.

– No es un cheque en blanco –

Por su parte, Merkel defenderá este miércoles su postura ante los diputados alemanes en Berlín. Pese a su flagrante derrota en las elecciones regionales del pasado domingo, debida en buena parte a su política de acogida de refugiados, advirtió esta semana de que no cambiará de postura.

Ante las críticas dentro de su propio bando por su acercamiento a Ankara, la canciller aseguró el lunes que el acuerdo no es un cheque en blanco para Turquía y que dicho país debe cumplir “todas las condiciones sin excepción” para integrarse en la UE.

La dirigente alemana, opuesta a las soluciones “nacionales” y al límite del número de refugiados aceptados en Europa, llamará a los diputados a la solidaridad y al respeto de los valores europeos, en un momento en que decenas de miles de migrantes se agolpan en Grecia tras el cierre de la ruta migratoria de los Balcanes.

Pese a todo, la canciller ha admitido que la medida de cierre beneficia a su país, que ha visto descender en caída libre el número de demandantes de asilo. Alemania acogió en 2015 1,1 millones de refugiados.

Por su parte, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, negó estar chantajeando a los socios europeos.

La Unión Europea trata por todos los medios de reducir la llegada de migrantes por el mar Egeo y quiere que Ankara haga más contra los traficantes que llevan hasta Grecia a los candidatos al asilo en el norte de Europa.

La tensión sigue siendo palpable en la frontera greco-macedonia, donde se encuentran bloqueados en terribles condiciones miles de migrantes desde el 7 de marzo.

– Otras vías, misma migración –

Por otra parte, más de 2.400 inmigrantes han sido rescatados en las últimas 24 horas frente a las costas de Libia, informó este miércoles la Guardia Costera italiana en un nuevo balance. Tres cuerpos fueron recuperados en el curso de la operación, que involucra a varias naves militares. Después de varias semanas de relativa calma en el sur del Mediterráneo, 951 inmigrantes fueron rescatados el martes, entre ellos 615 por la Marina alemana, precisó la guardia costera italiana, que coordina todas las operaciones.

Los inmigrantes rescatados por el buque alemán ‘Frankfurt-am-Main’ fueron trasladados al puerto siciliano de Pozzallo. Este miércoles, un barco de la Guardia Costera italiana rescató en total 1.467 indocumentados, que viajaban a bordo de doce barcos diferentes, donde fueron hallados los cadáveres.

Las autoridades subrayaron que las condiciones en que viajan los indocumentados son muy difíciles, sin agua ni comida, estrujados y al borde del sofocamiento por los gases del combustible.

Paralelamente, la marina italiana anunció que rescató a 130 inmigrantes la mañana de este miércoles que se encontraban en una canoa.

Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), unos 9.500 inmigrantes llegaron a Italia por mar desde el comienzo del 2016, mientras que más de 143.000 han cruzado el mar Egeo entre Turquía y Grecia.

En Libia, el caos reina desde la caída de Muammar Gadafi en 2011 y las redes de traficantes de personas organizan la travesía hacia Italia en función de las condiciones meteorológicas.

A finales de enero, más de 2.500 emigrantes fueron rescatados en cuatro días, de los cuales 1.270 en la sola jornada del 26 de enero.

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