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Vecinos del nuevo aeropuerto mexicano en vilo por amenazante cantera

Vista aérea de la cantera de El Tezoyo, de donde ese extraen el tezontle y otras piedras para la construcción del nuevo aeropuerto de Ciudad de México, en La Concepcion, municipio de Tezoyuca, México, el 31 de julio de 2018 Residents demand the closure of the quarry since the constant detonation of rocks is causing damage in nearby houses. afp_tickers

“¡Estamos aterrados!”, dice casi llorando Angélica González, señalando su casa amenazada por el descomunal hoyo cavado en un cerro para extraer el tezontle, la piedra rojiza utilizada para la construcción del nuevo aeropuerto de Ciudad de México.

“Con ese temor vivimos, de que cualquier día colapsen nuestras viviendas… No tengo a dónde irme”, dice encogiéndose de hombros esta septuagenaria de aspecto frágil en Tezoyuca, a unos 10 km de Texcoco, donde se erige la terminal aérea cuyo destino se debatirá desde este miércoles.

El intenso sol que cae sobre el empobrecido Barrio de la Concepción de Tezoyuca acentúa el contraste de la oquedad rojiza de esta cantera de unas 40 hectáreas de extensión y 100 metros de profundidad contra el verde de lo que queda del cerro y el celeste del cielo, un mural donde las casas se ven diminutas y endebles.

El nuevo aeropuerto, que será el segundo más grande del mundo después del de Estambul, en Turquía, se ha vuelto un tema candente para el presidente electo Andrés Manuel López Obrador.

Durante su campaña, “AMLO” prometió que cancelaría su construcción, que tildó de “obra faraónica” manchada de corrupción. Tras una ola de críticas del empresariado local, el izquierdista matizó su discurso y ahora dice que lo someterá a debate.

Pero el proyecto sigue asustando a pobladores de la zona.

Se construye sobre lo que fue el Lago de Texcoco –muy importante en la antigua capital azteca, Tenochtitlan–, sobre un suelo que se hunde poco a poco y además tiene altas concentraciones de salitre.

Para que ese hundimiento sea parejo, las pistas estarán construidas sobre una capa de dos metros de tezontle, una piedra volcánica que es tan ligera como firme, más otros dos de basalto.

La construcción comenzó en 2016, año en que según los vecinos del Barrio de la Concepción comenzó a multiplicarse el paso de camiones cargados de tezontle de la cantera Ocopulco. La responsable legal dijo no tener autorización para hablar sobre las denuncias de los lugareños.

En total son 80 las casas que corren riesgo de derrumbe en esa zona, aseguró a la AFP Octavio Jiménez, uno de los afectados e integrante de la organización Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, que se opone a la construcción del aeropuerto porque considera que además atenta contra el medio ambiente.

La extracción de estas rocas rojizas “está afectando nuestra ecología, nuestra flora, nuestra fauna y está poniendo en riesgo nuestra vida”, denuncia.

El cerro del Barrio de la Concepción, que además es zona sísmica, no es el único que está sufriendo la “extracción desmedida” de tezontle, asegura David Delgado, académico del departamento de Agroecología de la Universidad Autónoma de Chapingo, quien ha hecho varios estudios sobre los impactos de la terminal.

“Se están sobreexplotando unos cien cerros en el corredor que va del Estado de México a Tlaxcala. Acaban con cerros enteros”, enfatiza.

Con la destrucción de los cerros, la captación y filtración al subsuelo de agua se verá afectada y con ello “el abastecimiento de toda esta región”, sostiene.

– Promesa de AMLO –

El miércoles, López Obrador publicará un dictamen técnico de especialistas que abrirá dos meses de debate para una consulta en que “los mexicanos decidan qué es lo que debemos hacer”, dijo en días recientes el presidente electo.

Pobladores de la Concepción, junto a medio centenar de vecinos de otras comunidades que denuncian estar siendo afectados por la construcción, protestaron este martes frente a la oficina de transición del futuro mandatario, donde entregaron un documento en el que exigen participar de la discusión.

“Estamos convencidos de que el proyecto debe cancelarse y podemos defender esa posición con argumentos técnicos y científicos frente a quien sea”, dijo Adela Romero, una de las integrantes del colectivo Pueblos Unidos contra el Nuevo Aeropuerto.

López Obrador, que asumirá el 1 de diciembre, dijo que la consulta planteará tres opciones: seguir con la construcción, frenar la obra y construir dos pistas en el aeropuerto militar de Santa Lucía, o dar en concesión su edificación sin dinero público.

“Suspender el proyecto es suspender el crecimiento del país”, ha dicho el magnate Carlos Slim, que participa en la construcción del aeropuerto. La advertencia ha sido secundada por otros empresarios y el gobierno actual.

México “necesita urgentemente” un nuevo aeropuerto que esté cerca de la capital, ha argumentado el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz.

“Un aeropuerto genera empleo, genera turismo, genera inversiones, genera negocios y hoy México es un centro importante de eso”, agregó Ruiz.

De continuarse, se prevé que la primera parte del aeropuerto, diseñado por el británico Norman Foster, esté lista en 2020 para atender a 70 millones de pasajeros, y hasta 125 millones en 2060. La actual terminal capitalina tiene capacidad para 32 millones de viajeros, pero el año pasado atendió a 44 millones.

Por lo pronto, Angélica solo piensa en la existencia estable que tenía antes de 2016. “Están destruyendo nuestra vida. Esperemos que (López Obrador) cumpla y que sus promesas no sean solo eslóganes de campaña”, concluye antes de emprender el camino a su casa, pasando entre las grietas del cerro.

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