Alcaldía de Quito prohíbe espectáculos con sufrimiento de animales
Quito, 9 ene (EFE).- La Alcaldía de Quito expidió este sábado una ordenanza que prohíbe los espectáculos donde haya sufrimiento de animales, lo que sería una estocada casi mortal a la fiesta brava en la ciudad, donde defensores de la tauromaquia intentan revertir legalmente la prohibición de corridas con muerte del animal.
En el apartado «De los animales destinados al entrenamiento, el artículo 46 de la ordenanza reza: «De peleas o combates públicos o privados. Queda expresamente prohibido todo tipo de espectáculos públicos o privados que impliquen sufrimiento, maltrato, muerte o cualquier tipo de atentado al bienestar animal».
Asimismo, «cualquier tipo de espectáculo que involucre combates entre animales o entre animales y personas, así como el entrenamiento de animales para estos fines en el Distrito Metropolitano de Quito».
Con ello, el Municipio de Quito mantiene su política animalista en momentos en que se mantiene un litigio en la Corte Constitucional de Ecuador en la que los amantes de los toros pretenden que prevalezca lo que llaman «derecho a la cultura».
Y por ello buscan que en la Corte se revierta el resultado de la Consulta Popular de 2008, en la que más del 50 % de los habitantes de Quito apoyaron la prohibición de espectáculos que tengan como finalidad dar muerte al animal.
Con la ordenanza emitida hoy, la abolición definitiva de la tauromaquia se siente más cercana en la capital, que tras la consulta popular dejó de albergar la tradicional corrida «Jesús del Gran Poder», una de las más importantes de América.
HISTORIA TAURINA
En la época de la colonia ya se hablaba de tauromaquia en Quito con la llegada del «juego de toros». Los padres jesuitas fueron los primeros en traer al astado de lidia a tierras americanas.
Desde aquel entonces la tradición española y americana se juntaron en la cultura mestiza. Específicamente en lo taurino, los primeros toreros fueron los indígenas nativos, quienes esquivaban la embestida a fin de llevarse parte de los cultivos y animales de los padres jesuitas.
La tradición se fue afianzando y tomando los aspectos propios de la idiosincrasia quiteña, lo que dio origen a la Feria «Jesús del Gran Poder», que se desarrolló en la Monumental Plaza de Toros Quito hasta 2011.
El español David Fandila «El Fandi» se había referido a esa feria como la mejor de América, pero hoy la historia es diferente, pues la plaza luce ahora como un monumento de recuerdos.
Se han acabado los colores, la música y la mística que vivía en la arena del coso capitalino. La historia tuvo un giro drástico en 2011, cuando en mayo la población decidió en la consulta popular modificar el último tercio de la lidia para Quito y otros cantones del país.
Las acciones continuaron según el interés de cada parte. Los taurinos se atrincheraron en cantones donde sí se permite la fiesta brava y exigen que les devuelvan su añorada feria de Quito, mientras los antitaurinos defienden el resultado de la consulta popular.
La ordenanza de hoy se suma a la decisión de la actual alcaldía de Quito de eliminar de la centenaria Plaza Belmonte todos los festejos taurinos, dejando a Quito sin rastros de la fiesta brava en la conmemoración de fundación cada diciembre.
Así, la fiesta brava en Quito vive un estado de agonía a la espera de que la Corte Constitucional se pronuncie sobre la pretensión de los taurinos de retomar las corridas de toros, y sobre la posición de quienes insisten en rechazarlas porque representan sufrimiento para los animales. EFE
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