Berna expone su rica tapicería
El Museo Histórico de la capital helvética posee una de las más bellas colecciones de tapices medievales del mundo.
Ese precioso legado procede de dos fuentes principales: la batalla de Grandson, y el pillaje de la Catedral de Lausana.
1476 … El Ducado de Bourgogne, que en esa época incluye el noreste de Francia, Flandes y Luxemburgo, es un serio concurrente para el trono de Francia. De ahí que Luis XI observe con fruición cómo las tropas confederadas apalean a su primo Carlos “El Temerario”, Duque de Bourgogne, en Granson, luego en Morat y, finalmente, en Nancy (1477) a donde pierde la vida.
Pero ya durante la batalla de Granson los suizos pudieron hacerse de un botín inestimable: armas, oro, plata, muebles y tapices. Recuérdese que en aquella época, los poderosos, inclusive los belicosos, viajaban con equipajes pesados.
Tras la conquista del País de Vaud, los berneses vuelven a casa, en 1536, con el Tesoro de la Catedral de Lausana, que incluye las “Tapicerías de César”. Las bellas colecciones no tienen siempre el origen más limpio que digamos.
Salen de la penumbra
Con “Nobles tramas, nuevas luces sobre las tapicerías de Bourgogne”, las más bellas tapicerías del Museo Histórico de Berna salen de su tradicional penumbra para mostrarse, sino a pleno día, al menos bajo una bella luz 20 veces más fuerte que la habitual.
Y esa mayor luminosidad permite escrutar hasta el menor detalle, lo que ya es decir: en los “Tapicerías de César”, por ejemplo, se cuentan no menos de 512 personajes.
La mayor parte de las obras presentadas son narrativas, por ejemplo, los tapices de Trajano o de César. Acompañados de textos, los dibujos cuentan una historia … casi a la manera de dibujos animados.
En esas ilustraciones de la gloria de los héroes evocados, sobresale la multitud de detalles históricos -atuendos, arquitectura- que hacen apasionante la “lectura” de esos tapices.
Destacable también es “La tapicería a las mil flores” (1446), pieza particularmente suntuosa que procede del botín de las Guerras de Bourgogne y que representa paradisíacos lagos de flores que rodean el blasón del Duque de Bourgogne.
Museografía inteligente
Como para su exposición precedente, consagrada al iconoclasmo, el museo bernés encuentra con “Nobles tramas” una soberbia manera de exhibir sus propias colecciones. La iluminación, pero también la sobriedad de cada sala, permiten focalizar toda la atención del visitante en las imágenes de lana, de seda, de oro.
En forma paralela a la exhibición bernesa, el Museo Histórico de Lausana propone una exhibición intitulada “Estolas y bordados -vestimentas y adornos litúrgicos del Tesoro de la Catedral de Lausana” constituida con piezas pertenecientes al Museo Histórico de Berna.
Bernard Léchot
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