Boualem Sansal, ‘rehén’ entre París y Argel, liberado a petición del presidente alemán
Argel, 12 nov (EFE).- El escritor argelino Boualem Sansal, nacionalizado francés en 2024 y cuyo encarcelamiento en Argel disparó la tensión entre Francia y Argelia, fue indultado este miércoles a petición del presidente alemán Frank-Walter Steinmeier, que pidió el lunes su liberación en una carta a Abdelmadjid Tebboune.
Considerado un rehén de las delicadas relaciones entre Argelia y Francia, el escritor de 76 años -aunque se le atribuye mayor edad por un error en el registro de nacimiento- pasó de ser alto funcionario en el Ministerio argelino de Industria a ser un intelectual proscrito tras la publicación de su primera novela, «El juramento de los bárbaros» (1999), cuando tenía 50 años.
Nacido en la localidad de Theniet El Had, Sansal cuestionó el año pasado en una entrevista con la revista francesa ‘Frontières’, de ultraderecha, las actuales fronteras occidentales de Argelia, que atribuyó a «territorios de la vecina Marruecos antes de la colonización francesa en 1830».
El 16 de noviembre de 2024, el afamado escritor, enfermo de cáncer, fue detenido en el aeropuerto de Argel cuando regresaba a su país natal y puesto en prisión preventiva hasta su condena en marzo a cinco años de prisión por atentar contra la unidad y la economía nacionales, entre otros cargos.
El presidente francés, Emmanuel Macron, que le concedió el año pasado la nacionalidad francesa, había pedido en varias ocasiones la liberación de Sansal a su homólogo argelino.
Este caso escaló aún más la tensión entre Argelia y Francia, que mantienen una crisis diplomática desde el pasado verano cuando París se posicionó a favor de la tesis marroquí sobre el Sáhara Occidental.
Hoy, el primer ministro francés, Sébastien Lecornu, expresó su «alivio» ante la decisión de Tebboune de aceptar positivamente la solicitud de Steinmeier, lo que hizo posible el traslado de Sansal a Alemania y el tratamiento para su enfermedad.
La Academia de las Artes de Berlín también había exigido su liberación y destacó que Sansal siempre analizó de forma crítica el papel de la religión en la región, las relaciones de poder, el islamismo, que considera que también se expande en Europa, y el régimen argelino.
Numerosos escritores y destacadas figuras se sumaron a un manifiesto como cuatro Nobel (Annie Ernaux, Jean-Marie Gustave Le Clézio, Orhan Pamuk y Wole Soyinka) y autores como Salman Rushdie y Roberto Saviano. La iniciativa fue promovida por el francoargelino Kamel Daoud, premio Goncourt 2024, perseguido y exiliado actualmente.
Galardonado con el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa en 2015, su primera obra, ‘El juramento de los bárbaros’ (1999), recibió en ese paíslos premios a la Ópera Prima (Prix du Premier Roman) y Trópicos (Prix Tropiques).
A partir de este libro, donde un policía denuncia la corrupción y el fanatismo religioso, empezó una campaña de acoso contra él y su familia: perdió su empleo de funcionario; su mujer no pudo seguir trabajando como maestra y su hermano, que tenía una pequeña empresa, terminó en quiebra por intervenciones del fisco.
‘El juramento de los bárbaros’ se publicó inicialmente por la editorial francesa Gallimard, que recomendó a Sansal que usara seudónimo para ahorrarse problemas, pero él se negó a hacerlo y entró en confrontación directa con el régimen argelino.
En entrevistas con EFE con motivo de sus visitas a España para presentar su obra, Sansal afirmó que no se sentía amenazado porque «escribo ficción y lo que aquí se plantea se discute en público y son viejas discusiones, y no he hecho ni lo que hizo Salman Rushdie, que habló del Corán, ni Charlie Hebdo, que dibujó a Mahoma como terrorista».
Desde su primera obra ha publicado una decena de novelas y ensayos, entre ellos ‘La aldea del alemán o el diario de los hermanos Schiller’ (2007)’ o ‘2084. El fin del mundo’, por el que recibió el premio de la Academia Francesa.
Sansal es uno de los autores más leídos y traducidos a distintos idiomas, aunque sus textos no tienen mucho éxito en su país natal.
«Nuestros libros sólo se venden y se leen en el extranjero, pero las ideas circulan, y es importante para la gente saber que hay personas que luchan por la democracia», explicó a EFE.
Sansal estableció un paralelismo entre el papel que pueden desempeñar los intelectuales árabes en la lucha por la democracia y el que tuvo Alexander Solzhenitsyn para la oposición contra el régimen soviético. «Los libros de Solzhenitsyn no se conocían en la URSS, pero todo el mundo sabía quién era él y lo que significaba», dijo.
A su juicio, los intelectuales árabes pueden ser símbolo de la resistencia contra la opresión, independientemente del grado de difusión de sus libros.
En 2012, en la Feria del Libro de Fráncfort, presentó el proyecto de la Unión de Escritores por la Paz que ideó conjuntamente con el israelí David Grossman y al que se han sumado más de cien autores de todo el mundo, como el colombiano Héctor Abad, el español Carlos Castresana-Fernández, el brasileño Milton Hatoum, el chino Liao Yiwu o la ucraniana Oksana Zabuzhko. EFE
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