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Si las paredes hablaran

El 'Café du Commerce' existe desde el siglo XIX. Sammlung Dolores Rossetti-Augé

Durante varias décadas artistas y personalidades de renombre internacional se dieron cita en el ‘Café du Commerce’ de Berna.

Dos catalanes, Juan Augé y Enrique Ros, fueron los dueños del legendario restaurante de cocina española en la época de mayor esplendor.

Los orígenes del ‘Café du Commerce’, situado en el número 74 de la calle Gerechtigkeitsgasse, bajo el entramado de soportales que recorren el centro histórico de Berna, se remontan al siglo XIX.

Pero fue en 1947 que Juan Augé, un catalán nacido en un pueblo de Lérida, lo transformó en un restaurante de cocina española, reputado no solamente por sus especialidades culinarias como la paella o las gambas al ajillo.

Tiempos de auge artístico

“Desde finales de los años 40 hasta la década de los 70 el ‘Commerce’ fue el lugar de encuentro predilecto de los artistas e intelectuales”, explica a swissinfo Ralph Gentner, coautor del libro ‘Café du Commerce: Eine Berner Kulturgeschichte’ (Café du Commerce: una reseña cultural de Berna), que se publica próximamente.

El arquitecto del célebre estudio bernés ‘Atelier 5’ comenzó a frecuentar el local en 1958 tras su llegada a la capital suiza. “Era un lugar ineludible para cualquiera que quisiera codearse con el mundillo del arte”, destaca.

Y cita como una de las figuras clave de ese auge cultural a Harald Szeemann, bajo cuya dirección la pinacoteca ‘Kunsthalle’ ganó renombre internacional y se convirtió en un centro neurálgico para la nueva generación de artistas europeos y americanos.

Gran conocedor del arte contemporáneo y comisario de muestras internacionales tan prestigiosas como la Documenta de Kassel (1972) y la Bienal de Venecia (2001), Szeemann fue un asiduo cliente del ‘Commerce’, que llegó a ser el equivalente bernés de ‘Els Quatre Gats’, de Barcelona, o el ‘Café Gijón’, de Madrid: un lugar de animada tertulia y de enriquecedor intercambio intelectual.

“Lo que aprendí en el ‘Commerce’ fue muy fructífero para mi trabajo”, recuerda el filósofo Gerhard Lischka en el libro de Ralph Gentner y Markus Jakob, periodista suizo radicado en Barcelona.

Un sinfín de recuerdos

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Una larga e intensa trayectoria

Este contenido fue publicado en Una vida marcada por el sacrificio y el trabajo, llena de altibajos, de los que siempre ha salido adelante. La vida de Enrique Ros es digna de ser contada en un libro. Nació el 24 de febrero de 1914 en Fígols d’Organyà (provincia de Lérida), un pueblo del Pirineo catalán donde no había ni electricidad…

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Por el ‘Commerce’ han pasado, además de artistas de la talla de Alberto Giacometti, Meret Oppenheim, Tinguely o Bernhard Lunginbühl, entre muchos otros, estrellas de cine como Jean-Paul Belmondo y Ursula Andress, así como el pentacampeón de Formula Uno, Juan Manuel Fangio, que en 1951 ganó el primero de sus títulos en el circuito de Berna.

“Venía siempre a comer y los chicos esperaban para que les firmara un autógrafo a la salida”, recuerda el antiguo camarero y dueño del conocido restaurante, Enrique Ros, sucesor y amigo de Juan Augé, “que era del mismo pueblo y había nacido el mismo año”.

También Rómulo Betancourt, ex presidente de Venezuela que vivió varios años en Berna, “venía siempre a casa”. En una ocasión le regalaron un cochinillo y fue la esposa de Enrique Ros, María, quien preparó el manjar en la cocina del ‘Café du Commerce’.

De las personalidades políticas que acudían con frecuencia al restaurante el antiguo patrón recuerda con especial afecto a los ministros suizos Max Petitpierre, Nello Celio y Rudolf Gnägi, así como al antiguo secretario de Estado Paul Jolles, que “vivía al lado del Casino” y al que solían servir a domicilio las famosas paellas que preparaba María.

Fueron los años de esplendor del ‘Café du Commerce’ que hoy, a sus 90 años, Enrique Ros rememora con cariño. Cuenta que una de las especialidades de la casa era el ‘filet beefsteak’ y confiesa que el secreto consistía en “comprar carne de primera calidad” y en dejarla macerar “por lo menos dos o tres días en aceite”.

“Y así sale una carne tan tierna” que le valió al antiguo dueño el título de ‘campeón del mundo del beefsteak’, copa que le regaló un grupo de clientes y que aún conserva.

Nueva generación

Durante tres generaciones, el ‘Commerce’ ha permanecido en manos catalanas: de la familia Augé pasó a Enrique Ros y éste lo traspasó a su yerno e hija, Mario y María Teresa Sesiani-Ros. Aunque ha cambiado de propietario, más de medio siglo después de su fundación el restaurante preserva las características que lo han hecho emblemático, entre ellas el decorado y la carta.

Los nuevos dueños, el matrimonio portugués formado por Rui y Anabela Pacheco, tardaron un año en comprender que el éxito del negocio pasaba por conservar ese ambiente desnudo y ese decorado un poco viejo y anticuado, donde los clientes pueden sumergirse en los recuerdos que los trasladan a un glorioso pasado. Los únicos adornos son un acuario, un fresco de Lindi (Albert Lindegger) junto a la denominada mesa del torero y una placa del FC Barcelona.

Y, sin embargo, el ‘Commerce’ rebosa de vida y energía, porque está lleno de historias y vivencias que perduran en el tiempo. Su encanto radica en la simplicidad y familiaridad de un espacio que alberga una riqueza cultural e histórica de gran valor. Es lo que atrae a la gente.

Rui y Anabela Pacheco han sobrevivido a los difíciles comienzos y han sabido ganarse a la clientela. “Ahora vienen artistas jóvenes y vuelven los antiguos que habían dejado de venir”, confiesa el patrón.

“Y los viejos hablan siempre de Gabriel”, el mítico camarero vasco que trabajó cuarenta años en el ‘Commerce’, hoy ya fallecido. De él se cuentan tantas historias. Dicen que tenía un temperamento impetuoso, unos rasgos marcados, el pelo muy negro, un aire a lo Humphrey Bogart y que las mujeres fueron su perdición…

Ay, si las paredes hablaran qué no dirían… Pero el ‘Commerce’, mudo como los peces que nadan en su acuario, guarda en su interior los secretos más inconfensables…

El ‘Café du Commerce’ existe desde el siglo XIX. Hasta 1850 se llamó ‘Café Giudice’ y también ‘Café Juge’ y en 1836 ‘Kaffeehaus Käser’.

En 1947 un catalán, Juan Augé, lo convirtió en lo que es todavía hoy: un restaurante de cocina española.

Durante tres generaciones, el ‘Commerce’ ha permanecido en manos catalanas: de la familia Augé pasó a Enrique Ros y éste lo traspasó a su yerno e hija, Mario y María Teresa Sesiani-Ros.

Los nuevos dueños, Rui y Anabela Pacheco, son portugueses y, pese a los difíciles comienzos, han sabido ganarse a la clientela.

Restaurante Commerce: Gerechtigkeitsgasse 74
3011 Berna
Teléf: +41 (0)31 311 11 61
e-mail: restaurantcommerce@bluewin.ch

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