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La amnistía fiscal española, benévola con el evasor

Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, calificó la medida como "un gravamen a activos ocultos". Reuters

Madrid acepta regularizar las fortunas no declaradas que se encuentran en centros financieros como Suiza. A cambio cobrará un impuesto equivalente al 10% del valor de los fondos. Un gravamen “más que favorable”, según un experto suizo.

España anunció en abril una amnistía fiscal que estará en vigor hasta el próximo 30 de noviembre.

La mira del gobierno conservador de Mariano Rajoy está puesta en la regularización de fondos no declarados de contribuyentes españoles, muchos de ellos invertidos en plazas extranjeras como Suiza, Andorra, Luxemburgo o el Principado de Liechtenstein.

Las arcas de Madrid requieren fondos urgentemente. Si bien la deuda pública de España cerrará este año en alrededor del 80% del PIB –un nivel inferior a la media de la zona euro–, una quinta parte de esos pasivos se vencen en 2012.

Concretamente, las deudas del gobierno con vencimiento este año totalizan 107.268 millones euros (128.861 millones de francos suizos), lo que convierte a España en “una de las economías más vulnerables” de la eurozona, según el más reciente análisis que el Banco Central Europeo (BCE) presentó en abril pasado.

“El gobierno español tenía varias alternativas. Una de ellas era aumentar el IVA, pero se planteó también regularizar los importes no declarados que existen dentro y fuera de España”, declara a swissinfo.ch Roberto Ruiz Scholtes, director de Estrategia de UBS Wealth Management Research España.

 

“Existe un cambio de regulación importante en todo el mundo. Muchos países que habían operado como paraísos fiscales ahora están pactando acuerdos de intercambio de información. Cada vez será más difícil tener capitales en el extranjero que sean no declarados”, agrega.

Beneficio inmediato

La amnistía fiscal de España es el colofón de una lista de esquemas de este tipo que han instrumentado países como Italia, Portugal, Reino Unido o Alemania durante la última década.

Sobre el caso español, el profesor de Derecho Comercial y Director del Master en Derecho Empresarial de la Universidad de Ginebra, Henry Peter, explica a swissinfo.ch:

“El gobierno se ve beneficiado con cuantiosos montos derivados de la penalización que aplica a los patrimonios. Pero además, al ser oficializados dichos activos, quedan sujetos al pago de otros impuestos como el del patrimonio o el de la herencia. Y los ingresos adicionales llegan en un momento que es delicado para las finanzas públicas”.

 

Una amnistía fiscal es ante todo la decisión unilateral de un Estado. “En Suiza, por ejemplo, la última amnistía fiscal general tuvo lugar hace casi 50 años. En Italia, en contrapartida, se han verificado tres amnistías fiscales sucesivas durante los últimos años”, precisa Peter.

“Esto se debe a diferencias de naturaleza cultural y moral. En Suiza consideramos que una amnistía fiscal representa un premio a los defraudadores, lo que, por definición, es inaceptable. Pero hay países con una visión distinta y más pragmática, como Italia”.

¿Premio a los incumplidos?

El Plan de Regularización Tributaria de España busca hacer aflorar fortunas que el propio gobierno del Partido Popular (PP) estima pueden ascender hasta los 25.000 millones de euros (30.034 millones de francos suizos), según han publicado los diarios El País, El Mundo o Expansión.

 

La aplicación de un “impuesto especial” del 10% permitiría al fisco español ingresar este año alrededor de 2.500 millones de euros (unos 3.000 millones de francos) adicionales.

Henry Peter califica el gravamen del 10% como “más que favorable”, ya que “las personas que no han pagado impuestos sobre el ingreso ni sobre el patrimonio, y eventualmente sobre la sucesión, pueden blanquear sus activos por solo el 10% de su valor”.

Se trata de un impuesto “muy bajo” para contribuyentes que tendrán la oportunidad de restablecer una suerte de virginidad fiscal, agrega.

Roberto Ruiz Scholtes, por su parte, matiza que la tasa del 10% supondrá un ahorro muy distinto según el declarante. “Todo dependerá de la antigüedad de los fondos, o si de solo han omitido la declaración de los rendimientos. Para algunos un 10% será un gran ahorro, pero para otros será un monto semejante al que habrían pagado si hubieran declarado sus activos desde el principio”.

El caso Urdangarín

Las cuentas en Suiza de españoles famosos han sido noticia de primera página en más de una ocasión. El caso más reciente corresponde al duque de Palma, Iñaki Urdangarín. En diciembre de 2011, el juez José Castro imputó al yerno del rey Juan Carlos por presuntos delitos de evasión, fraude fiscal, prevaricación, y malversación de caudales públicos ligados a su desempeño en el Instituto Noos.

Iñaki Urdangarín admitió recientemente ser titular de una cuenta en Suiza -según confirmó su secretaria personal, Julita Cuquerella-, que corresponde a su patrimonio personal y no guarda relación con los fondos investigados.

Folco Galli, portavoz de la Oficina Federal de Justicia, corroboró a swissinfo.ch que hasta el momento “las autoridades españolas no han presentado ninguna clase de solicitud de asistencia legal a Suiza en el contexto de este caso”.

Mario Tuor, director de Comunicación de la Secretaría de Estado de Asuntos Financieros Internacionales (SIF), declinó precisar a swissinfo.ch si Suiza ha bloqueado recientemente alguna cuenta de Urdangarín debido a las investigaciones en curso.

Italia. Ha echado mano de este esquema en diversas ocasiones durante el gobierno de Silvio Berlusconi. Cada vez el impacto es menor porque la gente se ha acostumbrado a ellas.

Alemania (2003). El entonces canciller Gerard Schröder concedió a los empresarios el derecho de repatriar los fondos que tenían en el extranjero sin penalizarlos, pero debían pagar una tasa del 25%.

Francia. En 2004, el ex primer ministro Jean Pierre Raffarin intentó repatriar capitales vía una tasa liberatoria de retorno de entre 10 y 20% de los fondos, pero dio marcha atrás antes las presiones internas. No obstante, en 2009 permitió un régimen especial de regularización para gestionar la repatriación de fondos de paraísos fiscales.

Portugal(2010). Aplicada a depósitos bancarios, bienes inmobiliarios y otros instrumentos financieros como fondos de inversión y seguros. En este caso, se aplicó una tasa equivalente a 5% del valor de los activos.

Reino Unido(2010). Aceptó regularizar todas las cuentas bancarias off-shore, a cambio de que los contribuyentes pagaran los impuestos adeudados más una sanción equivalente al 10% de la deuda.

Suiza realizó tres amnistías fiscales generales, sin penalizaciones ni consecuencias jurídicas derivadas del incumplimiento.

En 1940 se aplicó una contribución única sobre las fortunas bajo el nombre de “sacrificio para la defensa nacional”. La amnistía buscaba motivar a los contribuyentes a declarar sus fortunas, a cambio de evitar el pago de gravámenes sobre los rendimientos.

La de 1945 fue posterior a un aumento del 15 al 25% en la tasa del impuesto anticipado, introducido un año antes para luchar contra el fraude fiscal.

La de 1969 fue sometida a votación popular y tenía por meta obtener ingresos fiscales suplementarios.

En los años 80 fracasaron varias tentativas. El tema cobró fuerza a partir de 2000, tras las experiencias de Italia, Portugal, Polonia, Alemania, Austria, Bélgica, Chipre y Grecia.

En 2008, el gobierno suizo se pronunció a favor de una nueva amnistía parcial, que entró en vigor en 2010. Está diseñada para facilitar la regularización de fondos heredados, que no habían sido declarados por el difunto.

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