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Chocolate: un binomio de placer y rentabilidad

Los suizos consumen 12,3 kilos de chocolate por persona al año. Keystone

La industria suiza de los alimentos nació en el siglo XIX con la iniciativa de Louis Cailler de establecer el primer molino de chocolate del país.

Hoy, la producción suiza de chocolates, lácteos y alimentos procesados se exporta a más de 130 países y genera 30.500 empleos fijos.

Narra la leyenda que Hernán Cortés y Moctezuma compartieron una generosa vasija de chocolate durante los encuentros políticos que sostuvieron antes que la Gran Tenochtitlán, hoy México, fuera dominada por los españoles.

“Bebida de los dioses”, como fue bautizada en el siglo XVI, el chocolate era sinónimo de estatus en la civilización azteca.

Su nombre tiene origen en el término náhuatl ‘xocoatl’, que significa ‘agua agria’, debido a que la bebida original consistía en una mezcla de semilla molida de cacao, vainilla, fécula de maíz, pimienta y agua.

Tras la conquista de los aztecas, el chocolate emigró a Europa y pronto ganó adeptos entre las cortes del Viejo Continente del siglo XVI, que preferían beberlo endulzado y con leche tibia.

Camino a Suiza

A principios del siglo XVIII, Heinrich Escher, alcalde de Zúrich, realizó un viaje a Bruselas, ciudad en la que probó por primera vez un chocolate caliente. La bebida lo fascinó.

Pese a ello, fue hasta 1819 cuando un emprendedor suizo, llamado Louis Cailler, se animó a establecer en Vevey el primer molino de chocolate 100% suizo.

Cailler llevaba varios años trabajando en ese proyecto personal, razón por la cual vivió los cuatro años previos en Turín, con objeto de aprender todos los secretos de la elaboración del chocolate italiano.

Un poco más tarde, en 1826, Philippe Suchard, fundó su propia marca chocolatera y en 1875 inició la comercialización formal del chocolate mezclado con leche por iniciativa de Daniel Peter y Rodolph Lindt.

Con ello, el siglo XIX dio origen a la industria de los alimentos en Suiza, la actividad industrial más importante luego de los sectores farmacéutico, de maquinaria y relojero.

Numeralia alimenticia

En el 2004, la industria suiza de la alimentación está integrada por 200 empresas que proveen 30.500 empleos fijos para el país.

Este sector le genera cada año al país una riqueza neta (ventas totales menos gastos de las empresas y el pago de impuestos) superior a los 10.500 millones de francos suizos, confirman las estadísticas del 2003 elaboradas por Swissfood.

Esta organización aglutina a entidades como la Federación de Industrias Suizas de la Alimentación; la Sociedad Suiza de Ciencias y Tecnologías Alimentarias; la Sociedad Suiza de Higiene Alimentaria o la Sociedad Suiza de Química Alimentaria, entre otras.

En general, son tres tipos de productos eje del sector: chocolates; lácteos (y quesos) y alimentos procesados.

En el rubro chocolatero, en particular, hay 18 empresas que proveen empleo a 4.350 personas actualmente, según la Unión de Fabricantes Suizos de Chocolate (Chocosuisse).

La lista de productos es casi infinita. Sin embargo, algunas de las marcas más conocidas están ligadas a Cailler, Lindt o Nestlé (esta última especializada en producción a gran escala).

Contra el principio de negocios que se aplica en sectores como el relojero, el de la maquinaria y equipo, más de la mitad de los chocolates producidos en la Confederación Helvética se consumen en su propio territorio.

Los suizos son, de hecho, los únicos habitantes del planeta que comen 12,3 kilos de este producto al año.

Lácteos y alimentos procesados

La economía suiza es conocida a escala internacional por su crianza de bovinos y por la calidad de sus lácteos (las dos razas bovinas más importantes son la Schwytz y la Simmental).

Su industria de los lácteos se especializa en la fabricación de mantequilla, quesos, derivados de la leche y, como ya se citó previamente, en la chocolatería.

Grandes sociedades agroalimentarias como Nestlé, Jacobs-Suchard o empresas como Lindt o Tobler, han sabido aprovechar este potencial y representan más del 85% del mercado.

Los quesos, en particular, se producen lo mismo de forma artesanal que a nivel industrial, para abastecer a los mercados más diversos.

En lo relacionado con los alimentos procesados, Suiza tiene presencia mundial a través de Nestlé. Marcas como Maggi o Buitoni son conocidas en todo el mundo, y Nescafé, Nestea, Nesquik o Nido son parte del mismo fenómeno.

Problemas sectoriales

La industria suiza de los alimentos es estable dentro de la economía helvética, pero reconoce actualmente una necesidad por interactuar más con Europa, condición para que las exportaciones no puedan expandirse.

Actualmente requiere una revisión de la legislación helvética de modo tal que se adapte a las normas europeas de la industria de los alimentos..

Los productos helvéticos deben satisfacer las exigencias de 25 países y se necesita también una reorientación de la política agrícola, sector que actualmente está fuertemente subsidiado.

swissinfo, Andrea Ornelas

La industria alimentaria suiza tiene su origen en el siglo XIX.

Actualmente es la actividad industrial más rentable detrás de los sectores farmacéutico, de maquinaria y relojero.

Las grandes firmas del sector son Nestlé, Jacobs-Suchard o Lindt, entre otras. Poseen el 85% del mercado y su producción se exporta a más de 130 países.

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