Talento en busca de éxito digital
Detrás de los científicos de la computación de Zúrich que este año fueron galardonados con el Óscar para la Tecnología, hay una pequeña pero muy calificada fuerza de trabajo en efectos visuales (VFX). Mirada de swissinfo.ch a la dinámica y competitiva industria y a los desafíos que enfrentan sus iniciadores.
“Me sorprendió”, admite Markus Gross, profesor de infografía en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ) y director del Disney Research Zurich.
“Sabía que la tecnología que desarrollamos hace algunos años había sido utilizada para diversos efectos visuales y que era empleada en películas de Hollywood, pero no esperaba que la Academia nos premiara tan pronto”.
El software desarrollado por Gross, que desde su publicación hace cuatro años se ha convertido en modelo estándar de la industria, genera humo realista y explosiones de forma rápida y, lo más importante, barata (ver video).
“El problema en Suiza es que los clientes no están realmente conscientes de los costos de los efectos”, explica Vincent Frei, cofundador y presidente de Swiss Made VFX, una asociación con sede en Lausana, que tiene como objetivo promover a los artistas suizos que trabajan en efectos visuales.
“Piensan que pulsamos algunos botones y aparece un dinosaurio, y cuando descubren el presupuesto, se retiran”.
Frei admite que desde un punto de vista global, Suiza “apenas figura en el mapa VFX”.
“Nosotros no tenemos una industria del cine. Muchos diseñadores se ven obligados a laborar fuera de Suiza. Yo trabajé en París, Londres y Montreal. Otros artistas van a Zúrich, que junto con Ginebra es el centro de efectos visuales en Suiza, en lugar de viajar a Los Ángeles o a Alemania”.
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Guerras de subvenciones
Señala también la dificultad de las empresas suizas VFX, en el plano competitivo, merced a las cargas fiscales.
En comparación con los gobiernos de otros países, como Canadá, Gran Bretaña y Nueva Zelanda (que pagó 35 millones de francos en subsidios fiscales a los Estudios Fox por realizar ahí Avatar), el Gobierno suizo ofrece poco apoyo.
Sin embargo, pese a esa falta de incentivos para que los estudios de cine internacional recurran al talento suizo, Frei dice que el Tech Oscar fue una “muy buena noticia”, que hace de la colaboración entre las instituciones académicas y los estudios de cine una situación en la que todos ganan.
“Es bueno para ambas partes debido a que las universidades cuentan con muy buenos investigadores para desarrollar nuevas tecnologías. Pretender lograrlo en el interior de un estudio resulta muy caro”, señala a swissinfo.ch.
“La universidad goza de la gloria si su trabajo es elegido por un estudio, si aparece en grandes películas como Avatar, por ejemplo, es un tipo de publicidad para la universidad. Y es tiempo y dinero ahorrado para el estudio”.
Otro desafío que enfrenta la industria suiza VFX, según Frei, es que los directores suizos prefieren hacer “pequeñas películas en un apartamento”, en lugar de grandes producciones.
“Por ejemplo, hace tres años concluyó la primera película suiza de ciencia ficción, Cargo. Su realización llevó siete años. Esos proyectos son realmente complicados en Suiza”.
Entre los ganadores en la 85 entrega de premios de la Academia, realizada el 24 de febrero en los Angeles:
Mejor película: Argo
Mejor director:Ang Lee, Life of Pi
Mejor actor: Daniel Day-Lewis, Lincoln
Mejor actriz: Jennifer Lawrence
Mejor película de animación: Brave
Mejor película extranjera. Amour (Austria)
Mejor documental: Searching for sugar man
Mejores efectos visuales: Life of Pie
No había suizos en liza. Markus Gross, Nils Thürey, Doug James y Theodore Kim recibieron el Premio al Logro Técnico en una ceremonia en Beverly Hills el 9 de febrero.
Agunas escenas de películas que utilizaron el software premiado fueron proyectdas en la ceremonia principal.
Colaboraciones
“Todo el mundo decía que Cargo no era posible, pero lo fue”, asienta Miklos Kozary, supervisor de efectos visuales en Elefant Studios, con sede en Zúrich, y que contribuyó a la realización de Cargo.
La película VFX fue aclamada por la crítica. “El gran éxito de Cargo está en sus efectos especiales. Con un presupuesto total de (4,5 millones de francos), medio millón de los cuales fue usado para la postproducción, es encomiable lo que los cineastas lograron”, se lee en la crítica del AFI FEST, celebración anual del cine internacional organizada por el Instituto Americano del Filme.
“Desde el inicio de la película, usted queda impactado por la notable labor del equipo en los efectos especiales”, enfatiza.
Kozary cree que la colaboración entre universidades y estudios continuará porque la investigación es un aspecto clave para la producción de efectos visuales, “sobre todo en el caso de elevados presupuestos para producciones que requieren una gran cantidad de efectos nunca antes realizados”.
Una mirada a las películas más taquilleras del año pasado (ver enlace) muestra que las producciones más exitosas tuvieron en gran medida efectos visuales, lo que comprueba que la industria VFX es más central en el modelo de negocios de Hollywood que las estrellas de renombre.
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Fuga de cerebros
Además de asociaciones como la que existe entre la EPFZ y Disney, Kozary informa que hay cooperación de Suiza en niveles inferiores.
“Elefant Studio, por ejemplo, tiene una colaboración con la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zúrich, en la que estamos trabajando en la investigación de canales que permitan a los artistas y diseñadores avanzar juntos en la producción de efectos visuales”, precisa a swissinfo.ch.
“Tratamos de competir a escala internacional. Eso es nuevo para Suiza y también muy difícil, ya que no hay una verdadera educación en efectos visuales – en comparación con Alemania y Francia – lo que dificulta conseguir artistas jóvenes cualificados para trabajar en proyectos”, agrega.
“Hay una gran cantidad de talentosos artistas suizos que trabajan en el extranjero en algunas de las más grandes producciones de Hollywood. Y la mayor parte, después de unos años, quieren volver a casa, por lo que tenemos siempre una afluencia de artistas hábiles y experimentados”.
Kozary dice que Elefant Studios cuenta con una plantilla de 20 personas, 95% de los cuales son suizos y la mitad adquirieron experiencia en el extranjero y luego volvieron.
Obstáculos
Un joven suizo que no renunció a su sueño americano es Raffael Dickreuter, un diseñador y fotógrafo afincado en Los Ángeles, quien trabajó en éxitos de taquilla como Terminator Salvation, The Incredible Hulk, Superman Returns e Iron Man.
“Fue muy duro y me llevó mucho tiempo. Cuando tenía 16 años, supe que quería trabajar en esta industria, pero esperé ocho o nueve años, hasta que finalmente sucedió”, narró a swissinfo.ch.
Dickreuter, ahora de 32 años, enumera varios obstáculos que enfrentan los artistas suizos que se trasladan a Hollywood, desde obtener un permiso de residencia o visa de trabajo, hasta reunir una buena cartera de contactos.
“Yo estaba en Suiza, no conocía absolutamente a nadie en la industria, por lo que parecía una tarea imposible. Terminé en una empresa de diseño web y aprendí 3D y efectos visuales”, puntualiza.
“(En 2006) me ofrecieron una pasantía en Los Ángeles y trabajé en mi primera gran película, Superman Returns, y así es como empezó. Fue un camino largo y duro, con una cantidad interminable de obstáculos, pero siempre supe que no tenía más remedio que seguir adelante”.
Los efectos especiales (SFX) son producidos en un estudio por una cámara. Los efectos visuales (VFX) son añadidos en la postproducción con un ordenador.
Los VFX implican la integración de metraje de acciones en vivo e imágenes generadas por ordenador (CGI) para crear entornos que parezcan realistas, pero que sería peligroso, costoso o simplemente imposible capturar en la película.
La CGI es la aplicación de gráficos de computadora para crear o contribuir a las imágenes en el arte, los medios impresos, juegos de video, películas, programas de televisión, comerciales, simuladores y la simulación en general.
Traducción Marcela Águila Rubín
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