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Una cortina que ‘atrapa’ más ruido que otras

La diseñadora textil Annette Douglas con muestras de su nuevas cortinas. swissinfo.ch

Una diseñadora suiza, junto con investigadores de materiales y una fábrica de tejidos de seda, ha desarrollado una cortina transparente que absorbe cinco veces más ruido que las otras conocidas hasta hoy. Un estreno mundial en tres actos.

Primer acto, se levanta el telón: Wettingen, cantón de Argovia. Una sala de reuniones en la antigua hilandería en el río Limago.

La diseñadora Annette Douglas presenta muestras de sus tres modelos. A primera vista parecen cortinas totalmente comunes y corrientes, como aquellas que penden en las ventanas de casi todos los hogares.

Solo cuando se mira con más cuidado se observa que las cortinas están hechas de un poliéster ignífugo (que restringe la expansión del fuego), tejido muy finamente.

Douglas ha diseñado tres modelos en estrecha colaboración con investigadores del Instituto Federal Suizo de Investigación y Prueba de Materiales (EMPA) en Dübendorf y la fábrica de tejidos de seda Weisbrod-Zürrer, en Hausen am Albis.

 
El hecho que el material absorba hasta cinco veces más ruido que los convencionales, según las mediciones de las frecuencias, se debe, según Douglas, a la combinación de varios factores: “la técnica de tejido, el material en sí y el diseño. También fue parte de nuestro proyecto de investigación determinar la influencia de estos factores y examinarlos”.

Las cortinas, que ya se pueden adquirir en el mercado, fueron concebidas principalmente para edificios públicos, grandes oficinas, vestíbulos de hoteles, salas de reuniones y escuelas. Pero “también hay modelos para viviendas”, dice Douglas. “La reacción a este descubrimiento novedoso es grande ya llegaron encargos de Estados Unidos, Australia y Asia”, dice la zuriquesa.

Tradición y tecnología de punta

Para ella, el desafío en este proyecto fue la combinación de estética y funcionalidad. “Cada persona anhela la calma, un clima interior agradable. Creo que esta es una aspiración profunda del ser humano. Y me parece que siempre es fascinante si se puede unir la estética con alguna función”.

Para Douglas, con ello también es evidente que Suiza, en el ámbito de los materiales funcionales con tecnología de punta, dispone de un gran potencial. Un papel importante que Suiza ya desempeñó en el tiempo de las primeras hilanderías. “Debemos tratar de mantener esta posición de liderazgo. Tenemos el know-how y este debe aplicarse”.

Fascinación por los textiles

La idea se le ocurrió a Douglas hace cinco años. Pero el que tenga que ver con textiles no es pura casualidad: ya el abuelo y el padre de su familia procedente de Inglaterra trabajaron en la industria textil. “Por ello era fácil de explicar que yo también seguiría este camino”

Los textiles son mi pasión, dice esta diseñadora de 40 años mientras muestra otros productos que ha creado. “Cuando uno ingresa a un ambiente, este tiene otra atmósfera con textiles, independientemente de la forma que tengan”. 

Para entenderse mejor

Segundo acto, se levanta el telón: Dübendorf, cantón de Zúrich. Una sala  mal desprotegida contra el sonido. Reflectores de plexiglás y micrófonos cuelgan del techo.

En esta sala se llevaron a cabo las mediciones de ruido, de acuerdo con los estándares internacionales de ruido, con el producto terminado. Los reflectores garantizan la incursión del ruido que viene de todas direcciones.

El técnico eléctrico Reto Pieren y su jefe, el ingeniero Kurt Eggenschwiler, demuestran las características de la zona de ensayo: la gran cabina de concreto, que está amortiguada sobre pilotes en una sala sin contacto con las paredes exteriores, dispone de una resonancia de 5 a 10 segundos. Quien quiera tener aquí una conversación, debe susurrar.

Doce metros cuadrados de cada una de las tres cortinas nuevas se han probado aquí. “La cortina absorbe el sonido que se refleja de las paredes. Por lo tanto, reduce el eco en la sala y con ello aumenta la inteligibilidad de la conversación”, explica Pieren.

La cortina es especialmente útil allí donde otras medidas arquitectónicas no funcionan. “Sobre todo en la arquitectura moderna de hoy se dispone de muchas áreas con vidrio. Allí, con los amortiguadores tradicionales o convencionales se llega al límite de la tolerancia acústica”.

Las cortinas se componen de tres a cuatro hilos de poliéster diferentes. La forma en que se entretejieron desempeña un papel muy importante. Durante la fase de investigación, Pieren simuló las más diversas estructuras tridimensionales en la computadora. “De este modo se necesitaron mucho menos pruebas”.

Ruido, un factor económico

Se levanta el telón para el último acto: Una oficina de EMPA en Dübendorf.
 
Kurt Eggenschwiler, jefe de la sección Acústica y miembro de la Comisión Suiza sobre el Ruido, comunica en el trayecto algunas de sus ideas a los visitantes.

Según el investigador, la acústica de un ambiente tiene una influencia determinante en el rendimiento de los empleados. Especialmente en Suiza, con un sector de servicios tan fuerte, con oficinas amplias, hay “mucho por hacer”.

La llamada “curva fonológica” en el cerebro se sobrecarga con tantos sucesos acústicos.  “O sea, uno trata siempre de constatar si ha entendido algo o no, si lo que ha escuchado es significativo para uno. Y sobre todo si se trata de lenguas extranjeras que uno apenas entiende. Durante este tiempo uno no se puede concentrar”.

Eggenschwiler también abandona el escenario, después de demostrar todavía brevemente el eco de un repetido aplauso entre dos edificios. Va a una reunión, y cae el telón.

La ‘Silent-Space-Collection’ de ‘Annette Douglas Textiles Acoustics” se compone de tres tipos de cortinas: Whisper, Liquid y Streamer.

La diseñadora textil trabaja con diferentes productores conocidos y ya ha recibido varios premios prestigiosos.

El otoño próximo ofrecerá además una colección propia de cortinas a jóvenes aspirantes a diseñadores suizos, en el estudio Pfister.

El proyecto financiado (50%) por la Comisión de Tecnología e Innovación. El otro 50% fue cubierto por el socio financiero de Annette Douglas, Textiles y Weisbrod-Zürrer.

Este organismo de promoción de la Confederación apoya, según propia descripción,  “la investigación orientada a la aplicación, el desarrollo y la promoción del espíritu empresarial, y la creación de nuevas empresas”.

Desde 2011, la CTI es independiente de la administración federal. Dispone de un presupuesto anual de alrededor 200 millones de francos.

Conocido oficialmente como el Instituto Federal Suizo de Investigación y Prueba de Materiales, EMPA dispone de instalaciones de investigación en St. Gall y en Dübendorf, cantón Zúrich.


Es parte de la división de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH, por sus siglas en alemán), a la que también pertenecen el Instituto Paul Scherrer, el Instituto Federal de investigación de bosques, nieve y paisaje (WSL) y el Instituto de Investigación de Agua (EAWAG).

Las actividades de investigación y desarrollo de EMPA, según información propia, se orientan “a las exigencias de la industria y las necesidades de la sociedad, y unen la investigación dirigida a la aplicación y la aplicación práctica, la ciencia y la industria, así como la ciencia y la sociedad”.

(Traducción, Rosa Amelia Fierro)

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