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El hombre que cura dragones y serpientes

Schneller with a corn snake (Pantherophis guttatus)
© luca Zanetti 2019

Paul Schneller es el primer veterinario en Suiza especializado en animales exóticos. Lo seguimos en su trabajo para saber cómo atiende a serpientes, lagartos, tortugas y otros animales extraños que se encuentran en terrarios privados.

El paciente yace boca arriba en la mesa de operaciones. La anestesia ha surtido efecto y Paul Schneller está listo para la incisión. Sin embargo, duda antes de hundir la hoja en la piel escamosa. “No quiero arriesgarme. Quizás sería mejor dejarle vivir así”, murmura.

El dragón barbudo de cabeza rayada, un reptil de Australia, tiene un tumor cerca del corazón. Después de haber palpado de nuevo la zona afectada, el veterinario decide proceder a la cirugía. “Muchos propietarios acuden a mí y me piden que evite la muerte de sus animales. Hago lo mejor que puedo”, afirma.


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En prisión con la iguana

Serpientes, lagartos, tortugas, camaleones, pájaros y roedores: desde hace casi veinte años, Paul SchnellerEnlace externo trata a toda una serie de animales exóticos criados en Suiza, ante los cuales un veterinario normal se vería en dificultades. “Solamente veo ventajas en trabajar con estos animales: a diferencia de los perros y los gatos, no ladran ni arañan”, exclama divertido.

Un lagarto puede parecer inofensivo. ¿Pero qué hay de las serpientes? “Ya he sido mordido por boas y pitones. No siempre soy muy diligente con las serpientes no venenosas”, comenta. Sin embargo, cuando tiene que manejar una cobra, la atención es máxima. “Siempre soy extremadamente cauteloso. Me concentro como un corredor antes de una carrera”.

Para los que tratan con especies exóticas, la dificultad radica sobre todo en reconocer el problema del animal. “Los reptiles y los pájaros no muestran que están enfermos. Es el instinto de supervivencia, porque al mostrar su debilidad serían aún más vulnerables a los ojos de los depredadores. Sin embargo, el propietario advierte si el animal no está en buena forma. Por ejemplo, si no sale de su guarida o si no tiene apetito”, explica Paul Schneller.

Los problemas más comunes incluyen parásitos e inflamación de los pulmones. Para el veterinario, que también se ocupa de esterilizaciones y partos por cesárea, la enfermedad más común, sin embargo, es otra. “¡Es el ser humano! A menudo el animal se enferma porque es mantenido en condiciones inadecuadas”. Un animal exótico no requiere más atención que un perro, pero sí mayor conocimiento, insiste el experto. “En términos de tamaño, iluminación y humedad del aire, el terrario debe reflejar las condiciones de vida del hábitat natural. El propietario debe saber si su lagarto proviene de un área desértica o de un bosque tropical”.

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Aunque un reptil no recibirá a su amo moviendo la cola, el vínculo que se puede desarrollar entre el hombre y el animal puede ser sorprendente. A veces, es aún más intenso del que se tiene con un perro, señala Paul Schneller. “Uno de mis clientes tenía una iguana verde, a la que trataba muy bien. Luego tuvo que ir a prisión por un par de meses. Solo, el animal dejó de alimentarse. Seguramente habría muerto. Afortunadamente, pudimos obtener una autorización extraordinaria para llevar la iguana a la prisión”.

¿Cómo saber si una serpiente está enferma?

Paul Schneller tenía razón. El tumor del dragón barbudo está casi adherido al miocardio. Es la segunda operación del reptil y el más mínimo error podría ser fatal. “¿Me ayudas con el gas?”, pide el especialista a uno de los asistentes del consultorio veterinario de BinningenEnlace externo, en las afueras de Basilea, que comparte con otros médicos. El animal ha comenzado a moverse y debe ser narcotizado de nuevo.

Como sucede a menudo, Paul Schneller debe improvisar. No tiene ningún medicamento, equipo o herramienta desarrollada específicamente para estos animales. Para entubar al reptil emplea un trozo de catéter uretral utilizado en medicina humana. Es también con mucho ‘bricolaje’ que el veterinario se ha especializado en animales exóticos.

Las manos de un hombre con una serpiente
Paul Schneller con un pitón real. Luca Zanetti

“Luego de terminar mis estudios, trabajé en una clínica equina. El ambiente era pésimo, casi elitista. Todos pensaban que eran los mejores veterinarios. Se me vino el mundo encima. Pensé que había hecho los estudios equivocados y decidí cambiar de vía”, narra.

Después de un paréntesis de 13 años en la industria farmacéutica, durante el cual estableció su propia empresa de investigación de medicamentos, redescubrió su antigua pasión por los animales. “No quería ocuparme de perros y gatos. Ya había muchos buenos veterinarios que lo hacían. En ese momento, los animales exóticos estaban de moda y cuando me encontré en un negocio especializado, me di cuenta de que no tenía ni idea sobre su salud. Para mí era más bien una fascinación intelectual, un interés por la vida”, recuerda.

Gracias a su formación en hospitales veterinarios de Zúrich y Leipzig (Alemania), y a la lectura de decenas de libros, Paul Schneller es ahora una referencia para todos los propietarios de animales exóticos en la región de Basilea, en Suiza y en países vecinos. En 2008, también participó en el desarrollo de la nueva Ordenanza para la protección de los animalesEnlace externo. “Los abogados no tenían ni idea sobre los animales exóticos y muchos propietarios de reptiles estaban indignados de que la ley fuera inaplicable. Por ejemplo, una iguana verde debía tener un terrario de 3,2 metros de altura. Pero ¿qué casas en Suiza son tan altas?”, inquiere.

Ardillas voladoras en el ático

“Por fin”, exclama Paul Schneller, al colocar sobre una gasa la masa de unos dos centímetros extraída del tórax del dragón barbudo. La intervención parece exitosa. Parece. A pesar de los tapones, la herida sigue sangrando. “Si no detengo la hemorragia, lo perdemos. Si fuera una persona, le haría una transfusión”.

Paul Schneller no piensa en dejar a un animal a su suerte. Incluso a costa de discutir con sus colegas. “Un día me llamó el veterinario cantonal. Me dijo que tenía que poner a dormir ardillas voladoras Enlace externoaustralianas que un hombre había importado ilegalmente a Suiza. Pero no podía matar a esos animales solamente porque habían tenido la desgracia de ser capturados por un idiota. Después de una acalorada discusión telefónica, el veterinario cantonal me dijo que si podía esterilizarlos y encontrarles alojamiento, haría una excepción.

Afortunadamente, entre los clientes de Paul Schneller se encontraba una australiana con un gran ático, que dijo que estaba dispuesta a alojarlos. “Ahora viven fuera de Basilea y les va muy bien”, dice con orgullo.

El egoísmo humano

Después de casi una hora de operación, el dragón barbudo es colocado en una caja de poliestireno. La hemorragia pudo ser controlada y la herida ha sido suturada con cuatro puntos. “Estuviste muy cerca”, susurra Paul Schneller.

Pero el éxito y la pasión por su trabajo no son suficientes para aliviar el dolor que lo acompaña desde el comienzo de su carrera. Mantener a animales en terrarios o jaulas es un reflejo del egoísmo del ser humano, dice. “Solamente es bueno para la gente, no para los animales. Por lo tanto, hago un llamamiento a todos los entusiastas para que al menos los mantengan de la mejor manera posibleEnlace externo”.

Animales exóticos en Suiza

En Suiza, pueden tenerse en casaEnlace externo todos los animales silvestres no incluidos en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Extinción (CITESEnlace externo). Para determinadas especies, como los camaleones o las serpientes venenosas y de grandes dimensiones, con excepción de las boas y los pitones, se requiere un permiso y un certificado de competencia (artículo 89 de la Ordenanza sobre bienestar animalEnlace externo). Dependiendo del cantón, también se requieren cursos y visitas a domicilio del veterinario cantonal. Si alguien no quiere o ya no puede mantener un animal exótico, no debe liberarlo en la naturaleza, por supuesto, sino ponerse en contacto con los centros especializados, que suelen estar gestionados por asociaciones de entusiastas.

La Oficina Federal de Seguridad Alimentaria y Veterinaria señala que no dispone de estadísticas nacionales sobre el número de reptiles y animales exóticos que se encuentran en casas en Suiza, ya que la expedición de permisos es una responsabilidad cantonal.

Traducido del italiano por Marcela Águila Rubín

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