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Con el intercambio de prisioneros, EEUU y Rusia retoman un rito ya tradicional

El puente Glienicke, que fue utilizado por la Unión Soviética y los Estados Unidos para intercambiar espías capturados durante la Guerra Fría, fotografiado en 1986 afp_tickers

Negociaciones silenciosas en medio de la crisis seguidas por la imagen de prisioneros caminando hacia la libertad. El coreografiado intercambio de prisioneros de este miércoles muestra que Estados Unidos y Rusia están encontrando un nuevo uso para revivir un rito de la Guerra Fría.

Mientras Occidente castiga a Rusia con sanciones por su invasión de Ucrania, Washington insiste en que no estaba teniendo ningún acercamiento con Moscú, pero el acuerdo demostró que las dos potencias rivales todavía tienen al menos una estrecha relación laboral.

Imágenes de la televisión rusa mostraron al antiguo marine estadounidense Trevor Reed, de 30 años, vistiendo un abrigo y siendo sacado en una van por tres hombres rusos en camuflado, aparentemente en la pista del aeropuerto.

El avión se dirigió a Turquía, que no prohíbe los vuelos rusos como la Unión Europea, donde fue intercambiado por Konstantin Yaroshenko, un piloto cuya sentencia por tráfico de drogas fue conmutada por el presidente estadounidense Joe Biden.

“El avión estadounidense se detuvo junto al avión ruso y ambos prisioneros se cruzaron caminando el mismo tiempo, como se ve en las películas”, dijo el padre de Trevor, Joey Reed, a la cadena CNN justo después de que la liberación se anunció simultáneamente por Washington y Moscú.

El trato se logró pese la larga ausencia de la embajada estadounidense en Moscú, que detuvo su actividad tras repetidas quejas desde Washington sobre las restricciones a su personal.

Durante la Guerra Fría, las dos superpotencias intercambiaban prisioneros, a menudo en medio de la niebla de la noche, en el puente Glienicke de la Berlín dividida, un lugar apodado como “El puente de los espías”.

Uno de los más famosos intercambios tuvo lugar en 1986 cuando el líder disidente soviético Natan Sharansky fue liberado por Occidente a cambio de un ‘topo’ de la CIA originario de la antigua Checoslovaquia.

– Manteniendo lazos limitados –

Reed, que fue encarcelado por presuntamente agredir en estado de embriaguez a oficiales de policía, no tiene ni de cerca la relevancia de Sharansky y su liberación representa pocas implicaciones políticas directas

El presidente Vladimir Putin ha hablado varias veces del intercambio de prisioneros, incluso luego de su reunión con Joe Biden en junio de 2021.

El momento en que sucede, en medio de la guerra en Ucrania, mostraría que Putin todavía puede hacer negocios con Estados Unidos, dice Donald Jensen, antiguo miembro del servicio diplomático estadounidense en Moscú.

“Creo que ninguno de los dos bandos realmente quiere cortar lazos del todo”, explica Jensen, director para Rusia y Europa en el Instituto de Paz estadounidense.

“Y seamos honestos, un intercambio de prisioneros es importante para las familias pero en cierta medida es relativamente menor en términos de la relación general”.

Para Rusia, un intercambio al estilo Guerra Fría como ese también es importante “para verse como par de Estados Unidos, y que ambos al ser superpotencias deciden las cosas así”, añade Jensen.

La administración Biden por su parte siente que necesita preservar al menos alguna relación laboral con Rusia y sus áreas clave, especialmente en la diplomacia con Irán, dijo.

La liberación de estadounidenses capturados ha sido un objetivo principal de la política exterior de Estados Unidos en cada administración, pues el destino de los detenidos pesa bastante en las negociaciones para revivir un acuerdo nuclear con Teherán.

En 2019, pese a las fuertes tensiones, altos funcionarios iraníes y estadounidenses volaron a Zurich para supervisar el intercambio de prisioneros de ciudadanos de ambas naciones.

El mes pasado, una delegación de Estados Unidos de alto nivel también ayudó a asegurar la liberación de un estadounidense por parte de Venezuela, otro gobierno adversario.

Al menos otros dos estadounidenses están presos en Rusia: Paul Whelan, un antiguo funcionario de seguridad en una compañía de autopartes; y Brittney Griner, una jugadora de baloncesto acusada de posesión de drogas. Lo que podría indicar que más intercambios podrían venir en camino.

El último intercambio de prisioneros entre Washington y Moscú se dió en 2010 en Viena.

Las liberaciones incluyeron a Anna Chapman, una socialité rusa de Nueva York arrestada por espionaje, y Sergei Skripal, un antiguo oficial de inteligencia ruso que fue doble agente para los británicos.

Skripal se radicó en Inglaterra. Ocho años después, sufrió un intento de asesinato a través de envenenamiento que se atribuyó a efectivos rusos.

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