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Palestina espera la vacuna mientras críticos piden responsabilidades a Israel

Joan Mas Autonell

Jerusalén, 13 ene (EFE).- Los palestinos de Gaza y Cisjordania siguen a la espera de las vacunas contra el coronavirus, que no llegarán hasta febrero o marzo, mientras su plan de distribución en territorio ocupado es aún incierto y aumentan las voces críticas que piden a Israel hacerse responsable como potencia ocupante.

A diferencia de Israel, en una veloz campaña con dos millones de personas vacunadas en tres semanas, la debilitada Autoridad Nacional Palestina (ANP) intenta conseguir dosis a precios accesibles pero está en duda su capacidad de administrarlas con las precarias infraestructuras y limitaciones por una ocupación de larga duración.

Israel se aseguró el suministro de millones de vacunas y va camino de ser el primer país del mundo en conseguir la inmunidad, pero por ahora no ha entregado remesas a las autoridades palestinas. Esto levantó críticas del liderazgo palestino y ONG, al considerar que elude sus deberes como recoge la legislación internacional.

“Israel todavía tiene claras obligaciones legales con el bienestar de la población palestina bajo su ocupación ilegal”, sostuvo el Ministerio de Exteriores palestino y le acusó de haber intensificado los arrestos masivos, demoliciones de viviendas y desalojos desde el inicio de la pandemia.

PLAN DUDOSO

Solo los 350.000 palestinos de Jerusalén Este tienen acceso a la vacuna ya que esta parte de la ciudad está anexionada por Israel e impone sus leyes civiles. Pero los cinco millones que viven entre Cisjordania, ocupada militarmente, y Gaza, bajo bloqueo desde 2007, desconocen cuándo podrán vacunarse en unos territorios divididos, con sistemas sanitarios frágiles y pocos recursos médicos.

Con poca liquidez para asumir el alto coste de las vacunas, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) espera la llegada de dosis de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al tiempo que intenta negociar precios asequibles con algunos fabricantes.

Aseguró tener un acuerdo con AstraZeneca para dos millones de vacunas que llegarían en febrero, pero la farmacéutica británica no ha confirmado oficialmente el pacto con la ANP.

Este lunes cerró un pacto para obtener la vacuna rusa Sputnik V el próximo mes y aprobó su uso de emergencia. La meta es cubrir las dosis para el 70% de sus habitantes a través de varios proveedores.

Mientras, el plan para repartir la vacuna en hospitales y centros de salud locales avanza “lentamente”, reconoce a Efe Musa Hindiyeh, miembro del Comité Nacional de Vacunación de la ANP. A ello se suma el reto de hacer llegar las dosis a la bloqueada Gaza, separada de Cisjordania y gobernada de facto por el movimiento islamista Hamás.

PENDIENTE DE LA OMS

Las autoridades palestinas recurrieron a la OMS, que trabaja para suministrar vacunas a países en vías de desarrollo de manera gratuita con el programa COVAX, y esperan conseguir suficientes para inmunizar al 20% de población. Pero este mecanismo sigue en preparación: no está claro qué vacunas exactas repartirá ni cuando se entregarán.

Esta semana, el Ministerio de Sanidad aclaró que llegarían más tarde de lo esperado: puso como plazo el primer trimestre de este año, pero la OMS prevé su entrega “a inicios o mediados de 2021”.

LAS RESPONSABILIDADES DE ISRAEL

La ANP no ha pedido oficialmente ayuda a Israel en la vacuación, pero considera que tiene responsabilidades por el control que ejerce en los territorios. Del mismo modo, la Organización para la Liberación (OLP) y diversas ONG locales e internacionales han criticado que Israel no haya dado apoyo activo a los palestinos.

“Israel está obligado a proteger la salud y la seguridad de todas las personas que viven bajo su control”, lo que incluye “cubrir el coste de la vacuna y su distribución” en Cisjordania y Gaza, exigió la ONG israelí Gisha.

Según Gisha, la ANP lidera su propia respuesta sanitaria y se coordina con organismos internacionales como la OMS, pero “esto no reduce ni reemplaza las obligaciones legales y morales de Israel con los palestinos bajo ocupación”, en virtud de la ley internacional.

Amnistía Internacional apuntó el artículo 56 del IV Convenio de Ginebra para señalar el deber de Israel a actuar contra “la propagación de enfermedades contagiosas y epidemias” de manera preventiva en los territorios que controla.

La OMS sondeó informalmente a Israel para compartir suministros con el personal médico palestino pero este, que estaba a la espera de recibir más dosis, dijo no tener capacidad para colaborar por el momento, explicó una portavoz a Efe.

Analistas israelíes creen que la ANP es responsable de gestionar sus atribuciones sanitarias de manera autónoma según los Acuerdos de Oslo (1993-95), que regulan la relación entre ambas partes.

LA BRECHA SE AGRANDA

Pero a medida que los israelíes son inoculados y los palestinos se quedan atrás, la brecha en la región se agranda. En lugares como el Área C de Cisjordania -60% del territorio, bajo administración civil y militar israelí-, los 400.000 colonos judíos tienen acceso a la vacuna, pero no sus vecinos palestinos que esperan las de la ANP.

Los expertos advierten que esta situación dificultará la inmunidad colectiva, si los más de 120.000 palestinos que van a trabajar a diario a las colonias en Cisjordania y a Israel no se vacunan. EFE

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