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Cultura y artes

Una fuente, de Jean Tinguely, congelada por las temperaturas del invierno Keystone

Arquitectura

Gracias a la urbanización y al crecimiento industrial Suiza ha sido siempre un terreno fértil para los arquitectos.

Suiza no sólo ha sido cuna de numerosos arquitectos célebres, sino también un polo de atracción para numerosos y reputados creadores.

Ahora bien, las pequeñas dimensiones del país y la falta de grandes proyectos han obligado a muchos arquitectos a buscar trabajo en el extranjero.

Uno de los más famosos fue Charles Edouard Jeanneret (1887 -1965), más conocido como Le Corbusier. Nació en La Chaux-de-Fonds, en el Jura suizo, pero vivió la mayor parte de su vida profesional en Francia.

Le Corbusier fue conocido sobre todo por su arquitectura funcional y por su contribución a la planificación de ciudades. Una de sus obras, en la ciudad suiza donde nació, fue recientemente restaurada, pero muchos otros de sus trabajos pueden verse en Francia o en lugares tan lejanos como India.

Arquitectos contemporáneos

Mucho más recientemente, Mario Botta, originario de la Suiza de expresión italiana, se ha consagrado internacionalmente gracias a sus audaces diseños.

Entre sus trabajos figuran el Museo de Arte Moderno de San Francisco, en Estados Unidos, y la reciente restauración de la Scala de Milán. Mario Botta es profesor de la recién fundada Universidad del Ticino.

Otros arquitectos de renombre son Herzog y de Meuron, establecidos en Basilea, autores del diseño de la Galería de Arte Moderno de Londres, Tate Gallery, y de la sorprendente y enorme Caja de Señales en la estación de trenes de Basilea.

Suiza ha sido igualmente un hogar para muchos arquitectos extranjeros. El alemán Gottfried Semper se refugió en Zúrich durante los levantamientos de 1848 en Alemania.

Semper fue profesor en el Instituto Federal de Tecnología de Zúrich, ETH -entonces acabado de fundar- y diseñó su original edificio así como el edificio del gobierno local de la ciudad de Winterthur

El arquitecto español Santiago Calatrava también ha estudiado en Zúrich donde diseñó los planos de la estación de trenes de Stadelhofen y de una biblioteca en la Universidad. Una gran parte de la nueva ciudad de Valencia, en España, también es obra de Calatrava.

Teatro

Suiza tiene una larga y rica tradición teatral. Basilea, Berna, y Zúrich ofrecen producciones con nombres que van más allá de las fronteras. Lo mismo es válido para Ginebra.

Los grandes teatros, con o sin orquesta, o los conjuntos de ballet, acaparan gran parte de los presupuestos de sus respectivas ciudades. Hay sin embargo numerosos pequeños teatros, a veces especializados en el repertorio clásico, en la comedia o en las producciones marginales.

A pesar del clima inclemente Suiza ofrece también una abundante producción de obras al aire libre.

Hay representaciones al aire libre de producciones como Guillermo Tell, en Interlaken, o del Gran Teatro del Mundo, de Calderón, en Einsiedeln, sin olvidar la Fiesta de los Viñadores, en Vevey, que celebra la vida bucólica de los cultivadores de la vid en los alrededores del lago Lemán.

La mayor parte de las obras y producciones tienen raíces regionales o lingüísticas. No obstante, un escritor como Friedrich Dürrenmatt trascendió estos límites y logró un renombre mundial como dramaturgo.

El payaso Dimitri, de la Suiza de lengua italiana, se hizo un nombre como artista de la escena y ha creado una escuela de artes circenses en Verscio; una escuela a la cual, hace poco, se reconoció el estatuto de nivel universitario.

Escritores

Friedrich Dürrenmatt es quizás más conocido por dramas de teatro como ‘Los Físicos’, a pesar de que también escribió novela policial y guiones.

Su contemporáneo, Max Frisch, formado como arquitecto en Zúrich, antes de convertirse en escritor, probablemente es más conocido por novelas como ‘No soy Stiller’ que como autor de obras de teatro.

Hay muchos jóvenes escritores de la Suiza de expresión alemana que siguieron los pasos de estos dos grandes autores, pero que están inevitablemente circunscritos en los límites del mundo de lengua alemana.

Los autores suizos que escriben en francés enfrentan el mismo problema.

Con frecuencia, como en el caso de Blaise Cendras, deciden establecerse en una gran ciudad como Ginebra. Cendras incluso combatió como voluntario en el lado francés durante la Primera Guerra Mundial. Sus obras han conseguido sin embargo un lugar dentro de la literatura francesa.

Más tarde, Jacques Chessex también se hizo conocido en Francia donde ganó el Premio Goncourt en 1973.

Cuando son reconocidas, las escritoras suizas de lengua francesa, van más allá que sus compatriotas de la Suiza alemana. Alice Rivaz, Yvette Z’Graggen y Anne Cuneo son nombres bien conocidos en la región suiza de lengua francesa.

Música

Muchos suizos han conquistado un nombre en el mundo de la música clásica. Arthur Honegger y Othmar Schoeck fueron compositores respetados. Honegger pasó una gran parte de su vida en Francia donde formó parte de la vanguardia de su época, en los comienzos del siglo XX.

Ernest Ansermet, gran director de orquesta del siglo XX, estuvo íntimamente ligado a la orquesta de la Suiza de expresión francesa, Orchestre de la Suisse Romande, de la cual fue fundador. Charles Dutoit y Mathias Bamert han continuado la tradición de los directores suizos de orquesta de alcance internacional.

Después de 1930 el jazz se hizo popular en Suiza. Montreux, Willisau y Lugano tienen festivales populares y Berna cuenta con una reconocida escuela de jazz.

Durante los meses del verano Suiza ofrece una amplia variedad de eventos al aire libre de música ‘pop’ y ‘folk’ e igualmente de música clásica.

Pintores y escultores

Varios historiadores del arte consideran a Ferdinand Hodler como la figura embrionaria en la pintura suiza. Sus obras, en los finales del siglo XIX y primera parte del XX, son populares y suelen alcanzar altos precios en las subastas de arte.

Las pinturas de Hodler se relacionan sobre todo con temas o lugares suizos. En su época Hodler fue ampliamente considerado como el pintor nacional de Suiza. En el extranjero nunca tuvo las mismas recompensas que consagraron a otros artistas suizos como Jean Tinguely o Alberto Giacometti.

Durante las dos guerras mundiales Zúrich se convirtió en un paraíso para los artistas de todas las tendencias. En Zúrich, durante la Primera Guerra Mundial, se inició el movimiento Dadaísta. Algunos de sus representantes como Hans Arp y su esposa, Sophie Teuber-Arp, fueron después figuras muy conocidas. El retrato de Sophie Teuber-Arp ilustra los billetes de 50 francos suizos.

Una figura indiscutible del arte moderno es Paul Klee. Creció en Suiza, pasó varios años en Alemania y enseñó en la famosa escuela de la ‘Bauhaus’. Por el antagonismo con el régimen nacionalsocialista tuvo que regresar a Suiza en los años treinta.

Su arte minimalista estaba destinado a “abrir los ojos de la gente”. La ciudad de Berna, con la cual Klee tuvo los mayores vínculos, es ahora la sede del nuevo Centro Paul Klee. El Centro, diseñado por el reputado arquitecto Renzo Piano, abrió sus puertas en 2005.

El nuevo Centro Paul Klee es una “visita obligada” para todos los amantes del arte que visitan la capital federal suiza. Es uno de los 1.000 museos que hay en el país. Las estadísticas más recientes muestran que las galerías de arte siguen atrayendo más visitantes.

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