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Danza y salud van de la mano

Ejercicios de calentamiento y los estiramientos son fundamentales para evitar lesiones. Los concursantes del Prix de Lausanne nada tienen que envidiar a los deportistas de élite. Reuters

El Prix de Lausanne, que comienza el 26 de febrero en la ciudad suiza homónima, presta especial atención a la salud de los jóvenes bailarines. Puntos frágiles, lesiones, disfunciones, dieta alimentaria… El concurso se deja asesorar por un médico de confianza, el doctor Carlo Bagutti.

Creado en 1973 y considerado el mejor concurso para bailarines no profesionales, el Prix de Lausanne reúne cada año a jóvenes de todas las nacionalidades. Para los concursantes, el Prix constituye un trampolín para una carrera internacional.

Es una competición de alto nivel y muy exigente. Para ser seleccionados, los candidatos deben certificar que están en buena salud. Entrevista con Carlo Bagutti, médico asesor del Prix de Lausanne desde hace tres lustros.

swissinfo.ch: Usted estudia el historial médico de cada candidato(a). ¿Cuáles son los problemas físicos que observa con mayor frecuencia?

Carlo Bagutti: Las patologías derivadas de la sobrecarga que afectan a las articulaciones (pies, tobillos, rodillas, caderas…) y la espalda. Aparecen, por ejemplo, cuando se cometen errores técnicos en la ejecución de una coreografía. O cuando el cuerpo está demasiado cansado debido a los intensos entrenamientos, que a veces no son adecuados para la morfología del bailarín. Nuestro trabajo consiste en detectar a los concursantes que carecen de la capacidad física para ejecutar ciertos movimientos coreográficos.

Para la edición de este año, que se celebra del 26 de enero al 1 de febrero, el Prix ha seleccionado a 73 candidatos de 15 nacionalidades. Los concursantes -45 chicas y 28 chicos- tienen entre 15 y 18 años.

Entre ellos figuran dos españoles, David Navarro Yudes (Académie Princesse Grace, Mónaco) y Daniel Rodríguez Domenech (Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma, Madrid).

Los cuatro ganadores de la preselección en Argentina, a los que el Prix costea el viaje y la estancia en Lausana, son brasileños: Bianca Teixeira, Pedro Maricato de Carvalho, Maria Clara Marinho Coelho, Vinicius Silva.

Ocho de los 20 finalistas recibirán una beca para proseguir su formación durante un año en una de las 65 escuelas y compañías asociadas al Prix.

El bailarín argentino Julio Boca, estrella del American Ballet, es uno de los ocho miembros del jurado, que este año preside Kay Mazzo, estrella del New York City Ballet y vicepresidenta de la School of American Ballet.

Retransmisión en directo de la final, el sábado 1 de febrero, 15 horas: www.prixdelausanne-live.com

swissinfo.ch: Para mantener el cuerpo en forma es fundamental una alimentación saludable. ¿Hay una dieta ideal para los bailarines?

C.B.: Los concursantes del Prix de Lausanne vienen del mundo entero, por lo que su alimentación varía mucho. Una bailarina australiana, por ejemplo, no comerá lo mismo que su contrincante coreana o brasileña. De manera que no hay un régimen ideal. La dieta se establece en función de las costumbres culturales de los candidatos. Cabe recordar que el punto clave en la alimentación de un bailarín consiste en compensar la enorme energía que quema durante el esfuerzo físico.

Obviamente, hay una dieta básica y variada que es válida para todo el mundo -hidratos de carbono, proteínas y lípidos- y es análoga a la de un deportista de élite. En la danza como en el deporte, hay que adaptar la alimentación al gasto energético de cada persona. Dos bailarines que ejecutan el mismo programa no queman la misma cantidad de calorías.

swissinfo.ch: Habla de las diferencias culturales. ¿Es recomendable elegir unos alimentos u otros según el origen del concursante?

C.B.: Para un asiático, por ejemplo, la fuente de hidratos de carbono será principalmente el arroz. En el caso de un sudamericano, el maíz. Lo que cambia es la fuente de los alimentos, su origen. Pero la dieta no se concibe únicamente en función de las costumbres, sino también en función de las tolerancias personales. Hay artistas que no soportan los lácteos. Para compensar el calcio, tenemos que buscar otros productos. No hay una receta universal.

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Prix de Lausanne

Este contenido fue publicado en El Prix de Lausanne es mucho más que un prestigioso concurso de danza. Su principal objetivo es descubrir a las jóvenes promesas, de entre 15 y 18 años, que sueñan con bailar en los grandes escenarios del mundo. Los ganadores reciben una beca para estudiar en una de las escuelas de ballet más renombradas del…

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swissinfo.ch: ¿Hay poblaciones que por su origen son más propensas a sufrir lesiones que otras?

C.B.: No que yo sepa. Pero sí hay una diferencia en la determinación. La voluntad de llegar hasta el final depende de la situación socioeconómica del candidato. Si viene de un medio adinerado o cuenta con el apoyo de unos padres que conocen bien el mundo de la danza, tendrá menos presión que un bailarín abandonado a su suerte. Por tanto, sus probabilidades de hacer una larga carrera son mayores. No debemos olvidar que el objetivo del Prix es también triunfar a largo plazo.

swissinfo.ch: ¿Es verdad que los bailarines suelen lesionarse más a menudo que las bailarinas porque no prestan atención a sus límites físicos?

C.B.: No es correcto. Hay quizás accidentes que son más frecuentes en los hombres. Desde Nureyev sabemos que las técnicas de expresión son diferentes en los hombres. La danza masculina exige un rendimiento atlético (saltos, por ejemplo), al que las mujeres no están sometidas. Entonces pueden sufrir lesiones, como esguinces, que las bailarinas no padecen necesariamente.

El Prix de Lausanne sigue una política general de salud en línea con la de los principales centros de formación del mundo entero.

Según estipula el artículo 6 de su reglamento, el objetivo del Prix es proteger la salud de los jóvenes bailarines, impulsar su talento, aumentar su rendimiento y mejorar su calidad de vida.

Con ese fin, los candidatos antes de inscribirse, deben rellenar un cuestionario en presencia de su médico de cabecera destinado a detectar eventuales problemas de salud.

Si los resultados dejan entrever algún riesgo potencial, el médico asesor del Prix contacta a los candidatos y sus médicos respectivos para informarles y buscar una solución.

Una vez en Lausana, el doctor Bagutti recibe a los jóvenes bailarines antes del concurso y notifica al Comité Ejecutivo del Prix la aptitud de los candidatos para concursar.

Durante el concurso, pasa consulta a los candidatos que necesitan un seguimiento médico adicional. En las consultas, se hace hincapié en la relación que existe entre un buen estado de salud y la carrera a largo plazo de un artista de alto nivel.

swissinfo.ch: Pero las bailarinas estás expuestas a otros riesgos, por ejemplo de amenorrea o anorexia. ¿No tienen más desventajas respecto a los hombres?

C.B.: Sí, por supuesto, pero aquí hablamos de otro tipo de problema que está ligado a las hormonas. En este aspecto las chicas son más vulnerables que los chicos, en los que la intensidad del esfuerzo físico no perturba la producción de testosteronas. Cuando una bailarina está muy agotada o estresada, por ejemplo, disminuye el nivel de estrógenos y, como consecuencia, se le retira la menstruación y se reduce la densidad ósea.

En cuanto a la anorexia, quiero precisar que es el resultado de un miedo patológico a engordar. Hay una idea preconcebida de que las bailarinas son anoréxicas. Es falso. Prefiero decir que a veces prestan una excesiva atención a su alimentación, exagerando así sus hábitos alimentarios. Pero se trata de un comportamiento atípico, de un trastorno que en medicina llamamos EDNOS, y que es dañino para la salud.

swissinfo.ch: El dopaje es un paliativo en el deporte de élite. ¿Existe también en la danza de competición?

C.B.: No que yo sepa. Aun así, no estoy seguro de que podamos utilizar el término dopaje para la danza u otra actividad artística. A mi juicio, la cuestión debe plantearse en otros términos: ¿Uno puede mejorar su rendimiento artístico con la ayuda de anabolizantes? Yo diría que no. Reitero, en este aspecto existe una diferencia entre el deporte y la danza: en el primero se cronometra y mide a los atletas. En el segundo, se pide que el bailarín transmita una emoción, y para ello no se necesitan sustancias dopantes.

swissinfo.ch: ¿Cuál ha sido la decisión más difícil hasta ahora que ha tenido que tomar como médico asesor del Prix?

C.B.: Hay varias, por ejemplo, pedir a un concursante que renunciara a participar o aconsejarle en plena competición que desistiera porque no reunía las condiciones físicas para continuar. Son siempre situaciones muy dolorosas.

Traducción del francés: Belén Couceiro

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