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De Locarno a Latinoamérica, pasando por el cine suizo…

Andrea Staka, realizadora de 'Das Fräulein', único filme suizo en la competición internacional. swissinfo.ch

Ya en la recta final, el Festival de Cine de Locarno confirma su rol de principal vidriera internacional de la cinematografía helvética y de importante escenario para otras producciones, incluidas las de América Latina.

Y, una importante constatación: “El cine suizo toma conciencia de que realmente existe y que puede y debe superarse”: Thierry Spicher.

42 películas de las 170 que se incluyen en la programación de Locarno llevan el sello suizo. Ocho de las cuales son co-producciones internacionales (con Alemania, Argentina, Canadá, Francia, Gran Bretaña y Rusia). Entre ellas, ‘Das Fräulein’ (La Señorita), de Andrea Staka, el único film helvético – apoyado por Alemania- que concursa por el Leopardo de Oro.

Tres de las mismas fueron proyectadas en una ‘Piazza Grande’ (Plaza Grande) desbordante –más de 8.000 espectadores en cada una de esas presentaciones- constituyendo momentos fuertes del programa de esta edición.

Tanto ‘La Liste de Carla’ (La Lista de Carla) de Marcel Schüpbach, como ‘Mon frère se marie’ (Mi hermano se casa) de Jean-Stéphan Bron y ‘Die Herbstzeitlosen’ (el nombre propio de una flor) de Bettina Oberli, fueron aclamadas por los espectadores. Los comentarios de especialistas de la rama, así como de la prensa, las señalan como aportes significativos a un cine suizo en recuperación.

Punto culminante de esta nueva dinámica, la jornada del martes 8 dedicada fundamentalmente al cine helvético que convocó en Locarno a un centenar de jóvenes realizadores, cineastas y a las principales personalidades del mundo audiovisual del país.

“Locarno revitalizó lo nacional”

Esta edición de Locarno, y la nueva dirección encabezada por Frédéric Maire, “aseguran una mayor visibilidad” a la producción helvética que transita un momento especialmente importante, explica a swissinfo Thierry Spicher.

Spicher es el co-productor de ‘Mi hermano se casa’, una de las tres películas suizas que cautivaron la Plaza Grande.

Detrás de esa nueva dinámica hay una serie de factores que se conjugan, al decir del joven promotor. Entre ellos, “una producción más amplia que comienza a lograr cierta madurez; la mirada abierta de Locarno hacia nosotros, así como los corolarios de la nueva política nacional que se impulsa en nuestra rama desde hace ya algunos años”.

Un elemento esencial de este nuevo despertar “es que el cine suizo toma conciencia de que realmente existe y que puede y debe superarse. Aún en medio de contradicciones, confrontado a las nuevas exigencias del mercado y con el objetivo de conmover al gran público”, puntualiza Spicher.

En su opinión, la consigna oficial de “un cine con calidad y popular”, defendida por las autoridades culturales del país, “corresponde a una realidad”, si bien es completada cada día por otras ideas y proposiciones que le dan un real sentido a esa simple definición.

“Ese eslogan pegó. Y eso pasa como con los rumores. Se cristalizan cuando hay algo de cierto que los fundamentan”, indica el productor helvético…”Lo más significativo es que el cine suizo deja de mirar su propio ombligo. Estamos saliendo de un cierto autismo que nos envolvió años antes”, enfatiza.

Y eso se ve con las nuevas películas que se están produciendo, algunas de las cuales vibraron en Locarno; se constata en una nueva generación de realizadores, cineastas, promotores y autores suizos y se materializa en el convencimiento de que “tenemos algo que decir, también desde nuestra identidad suiza, para afuera”, concluye.

La mirada latinoamericana

Con trece películas programadas, Latinoamérica sigue encontrando en Locarno un espacio abierto y prometedor que proyecta fortalecerse.

La argentina ‘Agua’, de la realizadora Verónica Chen y la cubana (en co-producción con España y Gran Bretaña) ‘El Benny’, de Jorge Luis Sánchez, ambas en la competición internacional, fueron satisfactoriamente recibidas por el público y la prensa.

Esta última recrea la vida de Benny Moré, el más popular de los músicos caribeños hacia mediados de siglo. Cumpliendo el difícil desafío de ser al mismo tiempo un testimonio biográfico, una producción musical y un retazo de la historia cubana de los años cincuenta.

Las producciones brasileras ‘Acidente’ (Accidente) y ‘Silencio’, así como la chilena ‘Rabia’, participan en el concurso ‘Cineastas del Presente’, el segundo en importancia. En tanto, una uruguaya ( ‘Whisky’), otras dos brasileras y otras cinco argentinas, distribuidas en distintas secciones del Festival, complementan la representación de la región.

“El comité de selección evaluó cerca de 150 películas latinoamericanas” explica a swissinfo Paulo Roberto de Carvalho, quien desde hace seis años se desempeña como corresponsal de Locarno para América Latina, España y Portugal, e integra la comisión que define el programa de cada edición.

“Hay una muy buena receptividad del público a las películas latinoamericanas que presentamos”, evalúa Carvalho al subrayar la importancia de que “Locarno tenga una filosofía clara con respecto a qué tipo de producción buscamos en América Latina. “En ese sentido, las diferentes personas que nos ocupamos de esto en el festival hablamos el mismo lenguaje”, precisa.

La clave y el desafío: descubrir películas, preferentemente de jóvenes realizadores, que sean fuertes en contenido y forma, “radicales en su expresión fílmica” y que refuercen “el cine de autor”.

Es decir, insiste Carvalho, la meta es traer a Locarno obras de calidad, que no siempre encuentran otros espacios internacionales para su difusión. “Eso se logra con contactos y redes construidas en mucho tiempo y a partir de la confianza profesional y personal entre las contrapartes”, insiste.

Dentro de algunas horas, el sábado 12 de agosto, Locarno bajará su telón. Junto con los Leopardos y premios vendrá también la hora de la evaluación final. Por el momento, dos conclusiones aparecen como ciertas. El cine suizo salió fortalecido. Y Latinoamérica puede seguir percibiendo a Locarno como un escenario que, aunque parcialmente, le pertenece.

swissinfo, Sergio Ferrari, Locarno

De las 170 películas presentadas, 42 llevan el sello helvético.

La segunda presencia más fuerte le corresponde a Francia, con 42 películas íntegramente galas y 13 co-producciones internacionales.

Le sigue Estados Unidos con una treintena de filmes.

De Asia llegaron a esta 59 edición unas 25 producciones. El país mejor representado de ese continente es Corea, con 13.

Casi 1.000 periodistas y trabajadores de prensa de todo el mundo están acreditados en Locarno.

El único incidente mediático importante: la renuncia al Jurado Internacional de la productora austríaca Bárbara Albert tras la critica por su participación en el filme suizo en competición. La dirección del festival hizo públicas sus excusas.

El Festival Internacional de Locarno, el evento cinematográfico más importante que se realiza en Suiza, reúne a representantes del mundo político, económico y cultural del país.

Cerca de 170 películas son proyectadas durante diez días en una decena de salas.

La Plaza Grande (‘Piazza Grande’) reúne cada noche en el centro histórico de esta ciudad a alrededor de 8.000 espectadores.

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