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El legendario San Bernardo encuentra hogar

Detalle de una pintura del Siglo XIX del artista alemán Otto Eerelman. swissinfo

Un museo abrió sus puertas en la ciudad de Martigny, en el cantón Valais, para honrar el pasado y el presente de la especie canina más famosa de Suiza, el San Bernardo.

La institución también dirige su mirada al Hospicio del Gran San Bernardo en los Alpes, donde los perros ganaron su estatuto legendario de salvadores de viajeros perdidos en la nieve.

A finales del 2004, los frailes del hospicio dijeron que por falta de mano de obra tendrían que dejar a sus mundialmente famosos perros de rescate. El mayor temor era que eso significaría el final del programa de cría de los animales.
La raza no está en peligro de extinguirse, pero si la decisión hubiera sido llevada a cabo, habría sido el final de una era. Sólo los perros criados en el hospicio o en Martigny, en la parte de habla francesa de Suiza, son clasificados como procedentes del Gran San Bernardo.

Por suerte, la Fundación Barry intervino y asumió la responsabilidad de las perreras a principios de 2005, asegurando que los caninos sigan velando sobre el Gran Paso de San Bernardo.

En aquel tiempo surgió la idea de un museo sobre la historia de los animales. Aceptada la propuesta el museo fue abierto en un antiguo edificio que servia de arsenal.

“Era un viejo sueño”, comentó la directora del museo, Bernadette Pasquier a swissinfo. “Gracias a una donación de cinco millones de francos suizos (cuatro millones de dólares) de Bernardo y Caroline Watteville, el sueño se ha hecho la realidad”

El programa de cría también ha sido incluido en el museo, con lo que hay una exposición permanente ‘en vivo’.

Aunque los perros sean el centro de interés, también se muestra el papel del hospicio, ubicado en el camino alpino entre Suiza e Italia.

Guía espiritual

Los frailes han vivido en el Gran Pase de San Bernardo, a 2,500 metros de altitud, durante casi 1000 años, y han ofrecido dirección espiritual durante los pasados tres siglos. El hospicio fue construido en la ruta de peregrinaje entre Canterbury, Inglaterra y Roma. Según la leyenda, fue fundado por San Bernardo de Montjou.

Se cree que los perros – al principio de un cruce de razas – aparecieron en el Pase a mediados del siglo XVII. Su presencia fue registrada en pinturas y dibujos que datan de 1695 y documentada en papeles oficiales desde 1703.

El hospicio fue construido en un lugar donde el clima extremo es la norma. Aparte de julio y agosto, los visitantes pueden esperar una bienvenida áspera de los elementos.

Los primeros peregrinos pasaron tiempos duros. Debieron recorrer un escarpado y estrecho camino a través de la montaña. Inquietos ante las amenazas de las avalanchas, las nevadas, las nubes y el viento, buscaban refugio en el hospicio.

Los frailes a menudo sabían cuando alguien venía en camino, y al caer la noche, salían en busca de los viajeros extraviados. Los perros los acompañaban ayudándoles en la busca de los visitantes perdidos.

La versión de que los perros efectuaban las búsquedas por iniciativa propia llevando un barril de ron alrededor del cuello es sumamente improbable, incluso si esto es parte de la leyenda. No hay ninguna mención de los barriles en las crónicas del hospicio.

Barry, el perro de rescate

Pero la leyenda del perro San Bernardo permanece. Una corta película exhibida en el museo da una idea del difícil trabajo de rescate realizado por estos animales.

El más famoso de todos ellos, Barry, aparece en todo su esplendor. Prestado por el Museo de Historia Natural de la capital suiza, Berna, tarde o temprano será substituido por una copia.

Barry, que murió a la edad de 14 años en 1814, habría salvado a 40 personas – con o sin un barril de ron. No murió en el campo de trabajo ni bajo una tormenta de nieve, sino en el entorno relativamente cómodo de la capital suiza.

La reputación del perro de rescate sobrevive. En el museo, libros, pinturas, publicidad, sellos, botellas y chocolate dan testimonio de la imagen duradera del sabueso.

Y como la ballesta, Barry ha venido para simbolizar todas las cosas Suiza.

swissinfo, Urs Maurer, Martigny
(Traducción, Marcela Águila Rubín)

El Hospicio del Gran San Bernardo rinde homenaje al perro Barry.
Barry habría rescatado a unas 40 personas.

El trabajo de los perros del hospicio fue reconocido por todas partes.

Las crónicas, así como los informes verbales de los soldados de Napoleón que cruzaron el Gran Pase de San Bernardo en 1800, dan cuenta del rescate de muchas vidas por estos perros ante “la Muerte Blanca”.

La fama del San Bernardo, conocido entonces como “el Perro Barry”, se extendió por Europa en el siglo XIX, y Barry mismo se convirtió el epítome del perro de rescate.

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