Milagros Mumenthaler, la presencia de la ausencia
Pardo de Oro en 2011 con ‘Abrir puertas y ventanas’, la realizadora suizo-argentina Milagros Mumenthaler vuelve al Festival de Locarno. Su nuevo filme: ‘La idea de un lago’, sobre los desaparecidos durante la dictadura de Videla.
A los cinco años tomaba cursos de pintura. A los diez iba al cine con su hermana mayor. Las entradas los encontró hace unos meses, en una de esas cajas donde los adolescentes conservan sus recuerdos más importantes. Y se sorprende de cuántas películas vio de niña. “Probablemente interioricé mi pasión por el cine”, narra con una sonrisa Milagros Mumenthaler. Una sonrisa que trasluce cierta timidez y nerviosismo. “No respondí a la pregunta, ¿cierto?”
Vestida de azul de pies a cabeza, impecable, Milagros Mumenthaler prefiere el “no sé, sincero a las grandes teorías construidas para satisfacer a su interlocutora. Nos citamos en un bar de Locarno, la ciudad que en el 2011 la catapultó a la esfera de los artistas emergentes del cine argentino. Su primer largometraje, ‘Abrir puertas y ventanas’, se llevó el Pardo de Oro. Este 2016 llega con ‘La idea de un lago’, pero prefiere mantenerse con los pies en la tierra. “Luego de haber ganado uno, probablemente tengo todas las de perder”.
El exilio, o un retorno a los orígenes
Nacida en Córdoba en 1977, Milagros Mumenthaler creció en Suiza. Cuando tenía tres meses de edad sus padres decidieron dejar Argentina, donde desde hacía un año el general Jorge Rafael Videla había instaurado una sanguinaria dictadura.
La elección de Suiza no es una coincidencia. La familia Mumenthaler tiene un vínculo especial con el país alpino. En el siglo XIX, el bisabuelo de Milagros emigró del cantón de Berna a Argentina en busca de fortuna, como decenas de miles de otros suizos que heredaron a sus descendientes el pasaporte rojiblanco.
La dictadura termina en 1983, pero los padres de Milagros decidieron quedarse en Suiza, donde se habían construido una nueva vida. Argentina, sin embargo, permaneció omnipresente en casa de los Mumenthaler. Desde el español, el idioma que se hablaba en casa. Las vacaciones en Mar del Plata tenían el sabor de los helados con los que los abuelos llenaban el congelador. “Eran un símbolo de la felicidad. Tal vez teníamos todos un poco una visión idealista de Argentina”.
La ausencia, hilo conductor
A pesar de su aspecto tranquilo, que contrasta un poco con el temperamento típico argentino, Mumenthaler tiene aún algo de chica rebelde. Será por los personajes de sus filmes, en perenne conflicto con la familia, o por su decisión de volver sola a Argentina a los 17 años. “A veces uno requiere distanciarse para volver a ser uno mismo”. Ningún trauma, asegura. Solo una crisis de adolescente y una familia numerosa que la agobiaba un poco.
Después de un diploma universitario de cine en Buenos Aires, la joven comienza a explorar el tema de la ausencia, que será el hilo conductor en sus dos largometrajes. En el fondo: la dictadura argentina. Y porqué el tema de la ausencia, no sabe explicárselo.
Para ‘La idea de un lago’ se inspiró en el libro de poesías y fotografías de Guadalupe Gaona, ‘Pozo de aire’, que la impresionó desde el principio. En su producción narra la historia de Inés, una joven fotógrafa marcada por la desaparición de su padre en 1977, y que en pleno embarazo y contra la voluntad de su madre, decide dirigirse al equipo argentino de antropología forense para, quizá, encontrar un día los restos de su progenitor.
Con un enfoque documentalista, la cineasta ha encontrado en varias ocasiones a la escritora y a las Madres de la Plaza de Mayo, que cada jueves reivindican el derecho a la verdad y a la justicia. “Quiero tratar de entender mejor esta temática, que no he conocido”.
La película, evidentemente, no es autobiográfica. Milagros Mumenthaler no hace parte de los familiares de los 30 000 desaparecidos durante los cinco años del régimen de Videla.
Y pese a que sus padres son exiliados políticos, la dictadura “no se tematizó en la familia”. A tal punto que el filme ha hecho nacer en ella muchas preguntas… “Pero esto es algo personal”, se limita a decir.
Exigente, por lo menos con sí misma
¿Qué tipo de realizadora es Milagros Mumenthaler? Exigente, responde en la conferencia de prensa, la actriz argentina Rosario Bléfari, que interpreta a la madre de Inés. Y la interesada directa, ¿qué dice? Alza los ojos al cielo y responde:
“Cuando rodé ‘Abrir puertas y ventanas’, los protagonistas eran tres adolescentes y entonces tuve que explicar cada frase e intención. Fue interesante, pero muy duro. Me sorprendió que debí hacer lo mismo esta vez”.
Los actores y la realizadora ensayaron las escenas durante tres meses antes de la filmación. Para Milagros era importante saber cómo iban a actuar, para cuidar el mínimo detalle de los cuadros fílmicos y los diálogos. “Me moriría si tuviera que comenzar a rodar sin preparación”.
Exigente, sino con los otros, seguro lo es con ella misma.
¿Suiza o argentina?
En el Festival Internacional de Cine de LocarnoEnlace externo Milagros Mumenthaler se siente como en casa. Y no solo porque hace un quinquenio recibió aquí su premio. “Hoy, Locarno está entre los festivales más valientes, con una programación que propone una mirada diversa del cine”. La realizadora ama el cine fuera de los esquemas establecidos, aquel que permite imperfecciones y a través de ellas “busca contar alguna cosa”.
Con una vida desde hace más de 20 años en Argentina, Mumenthaler no tiene un vínculo particular con Suiza, excepto que aquí residen aún su padre y sus tres hermanos.
Sus películas, además, son coproducciones suizo-argentinas. Hecho curioso, el director artístico del Festival, Carlo Chatrian, presentó su nueva producción como suiza. “Me sorprendió que Chatrian la presentara únicamente como helvética”, admite Mumenthaler. Probablemente cada festival debe destacar una cuota de filmes locales, pero no quiero entrar en cuestiones polémicas festivaleras”. El país no cuenta. Lo que cuenta es la historia. Y la de Milagros Mumenthaler apenas comienza.
(Traducción del italiano: Patricia Islas)
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