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Godard, “santo patrón” del cine independiente de EEUU

Godard, en una de sus raras apariciones públicas, durante la presentación de uno de sus filmes. AFP

Jean-Luc Godard será distinguido con el Óscar a la carrera en el acto que tendrá lugar este sábado, 13 de noviembre, en Los Ángeles. Pero el director franco-suizo, conocido por su alergia a las alfombras rojas, no viajará a la meca del cine.

Faltan pocas horas para que Jean-Luc Godard sea galardonado con el Oscar a la carrera, que en su día recibieron también Francis Ford Coppola, el actor Eli Walach y el histórico del cine Kevin Brownlow. Si consideramos que Godard no asistirá a la ceremonia, aún falta saber quién recibirá la estatuilla en su nombre.

En realidad, parece que la acusación de antisemitismo lanzada por el ‘Jewis Journal’ y retomada por el ‘New York Times’ ha enfriado un poco a la crema de Hollywood, una industria con alto porcentaje hebreo.

El problema no sería el histórico respaldo de Godard a la causa palestina, sino la declaración que hizo en 1985 al diario suizo ‘Le Matin’ -retomada en la biografía de Richard Brody en 2008-, en el sentido de que la industria cinematográfica está conexa con la usura hebrea. “Lo que me parece interesante del cine es que desde el inicio queda la idea de estar en deuda. El verdadero productor tiene, sin embargo, la imagen del hebreo centroeuropeo”.

El ‘Jewish Journal’ cita además el documental ‘Ici et Ailleurs’, de 1976, que contrapone en un montaje alternado las imágenes de Golda Meir y Adolf Hitler, colocándolas así en el mismo plano.

Alergia a las alfombras rojas

Sin embargo, es probable que la ausencia de Godard en la ceremonia no sea interpretada como una toma de posición antiestadounidense, anticapitalista o antisemita, sino como la confirmación de su alergia a las alfombras rojas, porque el director faltó también al homenaje que la ‘European Film Academy’, de Berlín, rindió a su labor cinematográfica en 2007 y al estreno de su ‘Film Socialisme’ en la última edición del festival de Cannes.

En todo caso esta ‘disputa’ amplifica el nombre de Godard durante estos días en Hollywood y, probablemente, deleita al director conocido como un gran provocador, pero también como un gran fanático del cine hollywoodiano.

Godard nunca ha ocultado su desdén hacia el ‘studio system’, pero ha amado y se ha inspirado en los filmes estadounidenses de serie B, a tal punto de dedicar su obra principal ‘A bout de souffle’ (Sin aliento) a Monogram Pictures, un estudio que desde 1931 hasta 1953 produjo y distribuyó centenares de filmes de bajo coste, especializados en acción y aventura.

El personaje interpretado por Jean-Paul Belmondo en el filme es un claro homenaje a Humprey Bogart, del cual había tomado todos los manierismos.

La influencia en Hollywood

“Con mayor claridad que cualquier otro director de la ‘nouvelle vague’ francesa, Godard ha hecho por el cine estadounidense lo que los Beatles y los Rolling Stones hicieron por el rock estadounidense”, afirma Steven Gaydos, redactor jefe de ‘Variety’, la revista más importante de cine estadounidense.

“Lo hizo replanteando y haciendo que nos demos cuenta de su vitalidad y de las corrientes a menudo subversivas que no solo recorrían sino que representaban las mayores realizaciones de la cultura estadounidense en forma de ‘rock’n’roll’ y de filmes de género. Al igual que François Truffaut con su brillante revalorización de Alfred Hitchcock, Godard ha enseñado a ver de más cerca a nuestros gánsteres y su modo de comportarse, y a no preocuparse demasiado por la inconsistencia de la historia”.

Uno de los mayores admiradores estadounidenses de Godard es Quentin Tarantino, que le ha dedicado ‘Reservoir Dog’s y ha denominado a su compañía productora ‘A Band Apart’, un homenaje a ‘Bande à part’ (Banda aparte). “Sin Godard no se concibe a Tarantino”, añade Gaydos.

“No es una cosa reciente. Pero, extrañamente, entre todos los directores de la ‘nouvelle vague’ francesa, la influencia de Godard en el cine estadounidense es probablemente la menos sustancial. Pero eso no quiere decir que sea insignificante. Pienso que Godard ha fortalecido la aspiración artística de los cineastas estadounidenses de los años 60 y 70, y luego se ha convertido en una especia de santo patrono del movimiento independiente estadounidense de los años 90, en el bien y en el mal”.

Un icono de la moda y la publicidad

Además de Tarantino, Jean-Luc Godard ha influido en directores estadounidenses como Robert Altman, Martin Scoresese, Jim Jarmush, Hal Hartley y Steven Soderbergh, quienes han abrazado el estilo de su visión y su técnica narrativa caracterizada por la fuerza equilibrada, tomas a mano, superposición del diálogo, demudación temporal, autoreferencialidad, citas de la cultura pop y de aquello que se ha dado en llamar ‘guerrilla filmmaking’. Entretanto, Sofia Coppola rendía homenaje a Godard cuando recibió el Oscar por el guión de ‘Lost in Translation’ (Perdidos en Tokio).

Paradójicamente, el anticapitalista y marxista Godard se ha convertido asimismo en un icono de la moda y la publicidad. En la pasada primavera, la marca estadounidense de culto Rodarte diseñó una edición especial de la camiseta ‘New York Herald Tribune’, que vistió Jean Seberg mientras vendía el diario en las calles de París, un homenaje al quincuagésimo aniversario de ‘A bout de souffle’.

Y Diesel ha creado un vídeo interactivo inspirado en ‘Banda aparte’, cuyos personajes se mueven y hablan como en el filme y donde basta un simple clic para adquirir las prendas usadas por los protagonistas. Es el poder del cine y de la cultura pop tan entrañables para Godard y sus seguidores estadounidenses.

Jean-Luc Godard nace en París el 3 de diciembre de 1930. Sus padres, de origen suizo, pertenecían a la alta burguesía (el padre era médico, la madre, hija de un banquero).

En 1949 obtiene su diploma de Etnología en la Sorbona.

Después de trabajar como crítico cinematográfico, empieza a afirmarse en el cortometraje al promediar los años 50. Su primera cinta la realiza en 1955 tomando como tema la construcción del dique de Grande Dixense, en Suiza.

El preámbulo del largometraje llega en 1959 con el filme ‘A bout de souffle’ (Sin aliento)que de inmediato se convierte en la insignia de la ‘nouvelle vague’ francesa.

Entre 1960 y 1967 realiza 22 filmes, entre ellos ‘Agente Lemmy Caution’, ‘Alphaville’, ‘Dos o tres cosas que sé sobre ella’, ‘Banda aparte’, ‘El desprecio’, ‘La China’ y ‘Week-End’.

En 1966 Godard se une definitivamente a la teoría marxista y en 1969 funda con otros cineastas el Grupo Dziga Vertov, experimentando un cine colectivo. Este grupo se disuelve en 1972, año del que data ‘Todo va bien’.

Godard se toma un tiempo de reflexión que termina en 1975, cuando realiza ‘Número dos’. Su atención se concentra mayormente en temáticas privadas, sobre todo familiares, con tono más intimista, como se advierte en ‘Salve quien pueda (la vida)’.

En los filmes siguientes pone más relevancia en la imagen que en la narración, por ejemplo en ‘Pasión’ (1982), ‘Carmen, pasión y muerte’ (1983),’Yo te saludo, María’ (1984). Su obra más reciente –’ Film socialisme’- fue presentada este año en Cannes, tras un silencio de seis años.

Traducción: Juan Espinoza

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