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“Suiza quería su propia bomba atómica”

Reactor Würenlingen
Embajadores observan un reactor nuclear en el que es ahora el Instituto Paul Scherrer, en Würenlingen. (Fotografía de 1966). Keystone

Durante cuatro décadas, Suiza efectuó investigaciones para dotarse del arma nuclear. El artista Gilles Rotzetter se interesó en esa historia. Le consternó comprobar “cuántas respuestas faltan todavía”. Entrevista.

swissinfo.ch: Usted presenta una exposición titulada ‘Swiss Atom Love’ (*). ¿De qué se trata?

Gilles Rotzetter: Narro la historia de la bomba atómica suiza. Un mes después de Hiroshima, Suiza decidió fabricar una.

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‘Blinded’, 230×170 cm, óleo sobre tela, 2017 Gilles Rotzetter

swissinfo.ch: ¿Quién lo decidió exactamente? ¿Había un plan secreto?

G.R.: Eso es lo interesante. El asunto está muy bien documentado. Fue parcialmente secreto, pero también parcialmente oficial, porque hay dos historias paralelas. Por una parte, aquella del aprovisionamiento de energía y por debajo, la de la bomba atómica suiza. Incluso hubo una votación al respecto con la iniciativa popularEnlace externo “para la prohibición de armas atómicas”, en 1962. Con el tiempo, aparecieron diversos actores. El programa de armas nucleares de Suiza comenzó en 1945 y se prolongó hasta 1988. Pero los planes de la bomba atómica fueron finalmente abandonados en 1996, cuando Suiza firmó el tratado contra las armas nucleares.

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Gilles Rotzetter comenzó a investigar sobre la pretensión suiza de fabricar una bomba por un hecho meramente anecdótico… Marc Latzel

swissinfo.ch: ¿Cómo trabajó en este tema?

G.R.: Comenzó con una anécdota. Un amigo me preguntó “¿Sabías que Suiza quería una bomba atómica?” ¡Guau! Yo no lo sabía, así que empecé a interesarme. Pensé que, lógicamente, sobre una historia tan vieja, todo estaba dicho. Pero pronto descubrí que todavía quedaba mucho en la sombra. Entre esto, el papel de Paul ScherrerEnlace externo, quien trabajó con los estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial. Es una figura central en esta historia, y hay muchas preguntas sobre él mismo que permanecen sin respuesta. Era el jefe de la Comisión de Estudios para la Energía Atómica, pero al mismo tiempo – según investigaciones periodísticas de los años 90 – dirigía los esfuerzos de Suiza para dotarse de una bomba atómica.

swissinfo.ch: ¿Trabajó Paul Scherrer en la bomba incluso en Suiza?

G.R.: En cualquier caso, es lo que sugiere la investigación de la prensa hasta ahora. Sin embargo, en el informe oficial que el consejero federal (ministro) Adolf Ogi ordenó en 1996, su papel no queda claro. Y el problema es que Paul Scherrer quemó sus archivos personales antes de su muerte.

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‘Good morning Herr Züblin’, 50×60 cm, leo sobre tela, 2016. Gilles Rotzetter

swissinfo.ch: ¿Cuál es el resultado más espectacular de sus investigaciones?

G.R.: Lo que es espectacular, es el número de respuestas que faltan. Memorable es también la cita del antiguo jefe de las fuerzas aéreas. En pleno escándalo financiero sobre la compra de los ‘Mirage’, dijo: “No importa qué avión de combate se adquiera, lo que cuenta es que sea capaz de transportar una bomba atómica hasta Moscú”.

swissinfo.ch: ¿Cómo pudo acceder a esas informaciones?

G.R.: Había un periodista del ‘Tages-Anzeiger’ que se interesó mucho en estos temas hasta los años 90. Transmitió el resultado de todas sus investigaciones a un archivo privado. Soy un artista, pero también un lector. He visitado muchos archivos, en particular el de ABB, y estoy en contacto con muchos historiadores del mundo entero. Pero un historiador difícilmente puede abordar todo este amplio tema porque, además, muchos documentos son inaccesibles hasta el 2050.

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“Réduit national potato blues”, huile sur toile, 170×130 cm, 2017 Gilles Rotzetter

swissinfo.ch: Usted tradujo sus complejas investigaciones en imágenes de colores vivos, crudos y casi infantiles. ¿Funciona esa manera?

G.R.: Por desgracia, no nos es posible pintar como un niño. Pero sí, todas mis obras nacen de la investigación y se alimentan de ella. Pero no solamente están las pinturas. La exposición presenta también un video que narra esta historia. En contraste con las pinturas que son más bien metafóricas, es más realista. La tecnología, la naturaleza y el hombre han sido siempre componentes de mi trabajo. Y este tema hacía converger perfectamente todas estas áreas de interés. Después, se trataba de encontrar una manera de contar la historia. Me pregunté: ¿cómo ha sido narrada esta historia hasta ahora? ¿Qué queda de ella? En un sentido, mido la distancia entre la representación histórica, las informaciones generadas por la investigación y la pintura como medio.

swissinfo.ch: ¿Sabe ahora por qué Suiza quería la bomba?

G.R.: Sí, la idea era que todos los países europeos tendrían la bomba atómica y que, por tanto, Suiza también la necesitaba. El argumento de la neutralidad no contó para nada. Eran los tiempos más álgidos de la Guerra Fría.

(*) Gilles Rotzetter ‘Swiss Atom Love’Enlace externo – Suiza y su bomba atómica’, Museo de Bellas Artes de Lucerna, del 10 de junio al 20 de agosto de 2017.

DeclaraciónEnlace externo del Consejo Federal suizo, 1958

“Fiel a nuestras tradiciones seculares en materia de defensa, el Consejo Federal es, como consecuencia, de la opinión que el ejército debe recibir los medios más eficaces que le permitan mantener nuestra independencia y proteger nuestra neutralidad. Las armas atómicas forman parte de esos medios”.

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