De un pequeño taller, a una gran institución
La Escuela Mexicana de Arte Down, cuyas obras presenta el Zentrum Paul Klee, nace en 1994 en el seno de la Fundación John Langdon Down.
La profesora Sylvia García-Escamilla, creadora y directora de esa institución, la primera de su género en el mundo, habla a swissinfo sobre su desarrollo.
Hace 34 años, el 3 de abril de 1972, la maestra Sylvia García-Escamilla fundaba en un barrio del sur de la Ciudad de México, la primera entidad de su género en el mundo, el ‘Instituto John Langdon Down’.
Su objetivo: atender a las personas con síndrome de Down, una alteración cromosómica con la que había nacido Eduardo, el primer de los cinco hijos de la profesora, en 1967.
A finales de 1972, el pequeño Eduardo moría en un trágico accidente. La escuela contaba entonces con sólo 10 alumnos; sin embargo, su fundadora decidió seguir adelante. En un emotivo mensaje, la mentora escribe en el sitio Internet de la Fundación.
“A mi hijo Eduardo:
Que llegó lleno de amor a enseñarme que todos los niños, en distintas circunstancias, son seres humanos que necesitan ser comprendidos, amados y que tienen derecho a ser felices”.
Una respuesta más amplia
La John Langdon Down fue la primera institución en su género a escala internacional y se convirtió en Fundación en 1993. Con el correr de los años y el esfuerzo de su fundadora, la asociación civil fue ampliando su capacidad de respuesta a una problemática que hasta entonces había quedado al margen de la atención social y sanitaria.
La profesora García-Escamilla comenzó a organizar ciclos de conferencias, creó la Escuela para Padres, cuyo seguimiento es ahora obligatorio, toda vez que, como explica a swissinfo, “no se puede trabajar sin involucrar a los padres porque son los primeros educadores y nosotros tenemos que guiarlos”.
Estableció contacto con organizaciones similares de otros países y convocó luego a congresos internacionales.
Más de 500 alumnos
La entidad cuenta ahora con amplias y modernas instalaciones, atiende a una población anual de 500 alumnos y a un promedio de 2.000 beneficiarios y cubre un extenso abanico de actividades.
“La Fundación tiene en su gran mayoría a niños con escasos recursos financieros entonces tiene un problema financiero continuamente que vamos solucionando como podemos”, comenta nuestra interlocutora.
Recuerda que la Langdon Down es una organización no lucrativa y cita entre los servicios que ofrece, atención y educación de niños con Síndrome de Down desde el nacimiento y hasta la edad adulta, un departamento de intervención temprana, una primaria especial, maternal, talleres recreativos, un programa de educación continua, la escuela de padres…
Amplia y moderna infraestructura
Entre sus instalaciones cuenta con ludoteca, biblioteca, instalaciones deportivas, piscina, teatro…
Su equipo está constituido por toda la suerte de especialistas que requiere una institución de su naturaleza: pediatra, pedagogos, coordinadores académicos, psicólogos, psicoterapeutas… La institución organiza visitas guiadas a sus instalaciones y ofrece asesoría a entidades de diversos países de América Latina.
Y en el seno de ese vasto universo de la Fundación John Langdon Down, cuya divisa es “Todo ser humano tiene derecho a ser feliz”, nació la Escuela Mexicana de Arte Down en 1994 aunque se constituyó formalmente en 1997.
Más allá de las expectativas
“Empezó con un pequeño taller pero, con unos buenos maestros y con un programa que hemos desarrollado, propio de la Fundación, ahora es un orgullo a nivel mundial”, apunta la profesora García-Escamilla.
La Escuela cuenta con un acervo de más de 200 obras, además de litografías y grabados que están a la venta.
“Las obras pictóricas no se venden. Queremos hacer exposiciones para mostrar al mundo de qué son capaces los muchachos. Tienen una capacidad inaudita, increíble, una gran sensibilidad, una fuerza de color, inmensa. Es una forma de comunicación que tienen los alumnos, donde plasman todo lo que tienen”.
swissinfo, Marcela Águila Rubín
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