Demanda de libertad y avance de ultras, causas de asaltos a las instituciones
Madrid, 7 feb (EFE).- Una mayor demanda de libertades y el avance de los grupos ultras en el mundo son algunas de las causas de asaltos a las instituciones como el del pasado 8 de enero en Brasil o el del 6 de enero de 2022 en Estados Unidos, según varios expertos.
En un debate telemático organizado por la fundación española Alternativas, algunos analistas definieron estos asaltos como «intentos de golpes de Estado» y aludieron a la desafección política, pero también a la desigualdad, como otros posibles orígenes.
El moderador del debate, Vicente Palacio, director del Observatorio de Política Exterior de Alternativas, se preguntó sobre «si estamos ante un fenómeno global» y «qué hay detrás de estas expresiones violentas».
La chilena Marta Lagos, directora de Latinobarómetro, apuntó a dos cuestiones: el aumento de las democracias en el mundo en las últimas décadas y, a la vez, la desafección a este sistema político a partir de la crisis de 2010.
«Ha habido una explosión de libertades y, particularmente en América Latina en 2010, se inicia una década de decadencia de la democracia, pasando del 60 % de apoyo a la democracia en ese año y terminando la década con un 48 %», explicó.
MOVIMIENTOS ANTIDEMOCRÁTICOS GRACIAS A LIBERTADES DE LA DEMOCRACIA
Según la especialista, estos actos antidemocráticos «surgen de las libertades» que las democracias han reconocido a los ciudadanos.
«Mirando a largo plazo y con una visión optimista, esto es algo que tiene que ser superado, hay una demanda de libertad que no se puede detener», matizó.
Por su lado, el brasileño Sergio Fausto, director ejecutivo del Instituto Fernando Henrique Cardoso, asumió que «hay causas más profundas y otras más de corto plazo» para explicar estos movimientos.
Una turba de miles de bolsonaristas asaltó hace un mes las sedes de los tres poderes del Estado en la capital de Brasil para intentar anular el resultado electoral.
En el caso brasileño, aseguró, el asalto del 8 de enero «tuvo una clara intención de provocar un golpe de Estado, con desorden público en Brasilia, pero también en otras ciudades con bloqueos de refinerías y carreteras para justificar una intervención federal».
Fausto señaló al expresidente Jair Bolsonaro como un actor «con un papel doble» dentro de los actos.
«Se mantuvo en las bambalinas -precisó- con señales ambiguas, porque tenía consecuencias judiciales, pero nunca reconoció los resultados (de las elecciones que perdió frente a Lula da Silva en 2022); fue lo suficiente para que la insurgencia ganara atención», subrayó.
En esa línea, recordó que en Brasil «no está terminado el juego», ya que «los grupos conservadores están muy bien organizados».
Con todo ello, el analista pidió reflexión, porque cree que, si sucede en Brasil o en Estados Unidos, también puede pasar en Europa.
UNA REACCIÓN A LOS AVANCES DE LA DEMOCRACIA
La española Belén Barreiro, fundadora de la encuestadora 40dB, estimó que estos asaltos son «una reacción» a lo «bueno» que han hecho las democracias, aunque precisó que también existen otras «causas que no solo es la conquista de libertades», sino que más bien están relacionadas con «grupos que reaccionan» a esas conquistas.
La analista se detuvo para hablar del caso español, «con los mayores índices de desafección política de la Unión Europea», aunque reconoció que «el peor momento» de desafección ya se pasó tras la crisis de 2010, «cuando se adoptaron políticas de austeridad» en un contexto de grave crisis económicas «y se sumaron casos de corrupción».
También quiso remarcar que tan solo el «7 u 8 % de la población española confía en los partidos políticos», así como que se ha «perdido la confianza en los gobiernos, parlamentos y en los medios de comunicación».
Jesús Ruiz Huerta, director del Laboratorio de la Fundación Alternativas, compartió que estos movimientos «se están dando en mayor o menor medida en varios países europeos» y asumió que los problemas económicos de la población, como la alta inflación o el aumento de los intereses de las hipotecas, contribuye a la desafección. EFE
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