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Los medios de comunicación públicos internacionales peligran en las democracias

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La retirada de financiación a Radio Free Europe/Radio Liberty amenaza una importante fuente de información fiable en varios idiomas para millones de personas. keystone

Mientras cada vez más países occidentales se desentienden de sus medios públicos internacionales, los regímenes autoritarios los refuerzan. Estos medios de comunicación podrían seguir desempeñando un papel en la guerra de la información, tal y como señalan algunas personas entendidas.

Donald Trump pretende silenciar la voz de Estados Unidos en el mundo. A mediados de marzo, el presidente estadounidense decidió poner fin a la financiación de la Agencia para los medios de comunicación internacionalesEnlace externo [The United States Agency for Global Media], que incluye Voice of America, Radio Free Europe y Radio Free Asia.

Para evitar su desmantelamiento se ha iniciado una batalla legal. No obstante, el final está lejos. El 23 de abril, un juez federal ordenó el restablecimiento de algunos de estos medios públicos internacionales. A finales de marzo, otro juez ya había suspendido la decisión de cerrar varios de ellos.

«Desde un punto de vista geopolítico, se trata de un error enorme. Los Estados Unidos se privan de una importante herramienta de influencia en la defensa de la libertad de expresión», afirma Tristan Mattelart, profesor de comunicación internacional en la Universidad de París Panthéon-Assas. Mattelart recuerda que estos medios desempeñan un papel esencial en aquellos países donde la información está controlada por regímenes autoritarios.

La desinversión de los países occidentales

Esta presión sobre los servicios de noticias internacionales no solo ocurre en Estados Unidos, también se da en otros países occidentales. «En los últimos años, varias democracias liberales han reconsiderado o reducido la financiación de los medios de comunicación de servicio público, los que se dirigen a audiencias extranjeras, sobre todo», dice Colin Porlezza, director del Instituto de Medios de Comunicación y Periodismo de la Università della Svizzera italiana.

En el Reino Unido, el servicio internacional de la BBC, por ejemplo, ha sufrido numerosos recortes en los últimos quince años. Y recientemente ha anunciado la pérdida de 130 puestos de trabajoEnlace externo como parte de un plan de recorte de gastos para reducir su presupuesto en unos 6 millones de libras (6,5 millones de francos suizos). «El Servicio Mundial de la BBC está sometido a una fuerte presión presupuestaria, a pesar de su papel histórico como piedra angular de la influencia diplomática británica», comenta Colin Porlezza.

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El Servicio Mundial de la BBC (BBC World Service) es una de las emisoras de radio más conocidas: emite en todo el mundo en 28 idiomas. keystone

En los últimos años, los recursos asignados a la radiodifusión exterior en Francia también han disminuido en varios millones de eurosEnlace externo. «Los medios públicos internacionales se han enfrentado igualmente a medidas de austeridad en Finlandia, Países Bajos, Bélgica y Eslovenia», explica Colin Porlezza.

Suiza tampoco es inmune a esta tendencia. Como parte de un plan de recorte de gastos que se está estudiando, el Gobierno quiere eliminar su contribución de 19 millones de francosEnlace externo a los servicios de la Compañía Suiza de Radio y Televisión (SRG SSR) en el extranjero. Esto incluye swissinfo.ch, el sitio web en italiano tvsvizzera.it y la cooperación con los canales de televisión internacionales TV5MONDE y 3sat.

Hay un medio, en cambio, Deutsche Welle, que destaca en el mundo occidental. En su presupuesto para 2025, el Gobierno alemán ha asignado 15 millones de francos másEnlace externo a su servicio internacional de radiodifusión. Según Colin Porlezza, «es más una excepción que una regla. En otros lugares, la presión política aumenta».

Los países autoritarios refuerzan sus canales

Mientras, en los países autoritarios se observa la tendencia contraria. «Desde principios de los años 2000, Rusia, China e Irán refuerzan sus sistemas de difusión audiovisual, sobre todo en África y América Latina», observa Tristan Mattelart.

Mattelart cita, en particular, la creación de los canales de propaganda rusos RT y Sputnik, así como los canales de televisión internacionales que, gracias a invertir varios miles de millones de francos, ha establecido China. «Existe un enorme contraste entre las difíciles negociaciones presupuestarias a las que se enfrenta la radiodifusión pública internacional en Estados Unidos y Europa Occidental y la importante financiación que reciben los medios de comunicación estatales internacionales rusos o chinos», afirma.

Pero esta expansión de su huella mediática internacional —según Colin Porlezza— ha «conducido a formas de acaparamiento mediático, en las que los medios públicos internacionales no funcionan de forma independiente, sino que están controlados por intereses estatales».

Una utilidad cuestionada

Para Tristan Mattelart, lo que pesa sobre los medios públicos internacionales de los países occidentales desde hace varias décadas es sobre todo el rigor presupuestario. Señala que en Estados Unidos, Voice of America y Radio Free Europe, desde el final de la Guerra Fría, han tenido que ahorrar. «La conmoción de los atentados del 11 de septiembre de 2001 permitió, sin embargo, financiar nuevos medios de comunicación destinados al mundo árabe», añade el profesor de comunicación internacional.

Más allá de los aspectos financieros, también se cuestiona la utilidad de estas plataformas. «A lo largo del siglo XX, han sido importantes instrumentos de poder blando (influencia diplomática) para los gobiernos, sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría», apunta Andrew Robotham, investigador y profesor de la Academia de Periodismo y Medios de Comunicación de Neuchâtel. 

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Tras la decisión de Donald Trump de recortar las subvenciones a la Agencia para los medios de comunicación internacionales, Radio Free Asia (RFA) ha anunciado que suspende sus programas de onda corta para sus servicios en mandarín, tibetano y laosiano. Copyright 2025 The Associated Press. All Rights Reserved.

La mayoría de los servicios internacionales de noticias nacieron en los años 30 como emisoras de radio de onda corta. En aquella época, la onda corta (el nombre induce a error) era la única tecnología que permitía emitir al otro lado del mundo.

El Servicio Suizo de Onda Corta o SOC (Radio Suiza Internacional más tarde y luego swissinfo.ch) se creó, por ejemplo, en 1938. La idea era responder a la propaganda de la Alemania nazi y de la Italia fascista, como cuenta la historiadora Raphaëlle Ruppen Coutaz en su libro La voix de la Suisse à l’étranger (La voz de Suiza en el extranjero).

Como Suiza no estaba implicada en el conflicto, las noticias del SOC fueron muy seguidas. «Se ganó el respeto internacional por su información neutral y se convirtió en una rara “voz libre” en una Europa dominada por regímenes autoritarios», explica Colin Porlezza.

Los Gobiernos optan por otros canales

La edad de oro de estos servicios internacionales de noticias ha terminado, según Andrew Robotham, que considera que los gobiernos para hacer oír su voz en el extranjero ahora favorecen otros canales. «Los Estados recurren cada vez más a las redes sociales y a la comunicación institucional. Pueden prescindir de los periodistas, que son caros y críticos», señala.

Tomando a Suiza como ejemplo, para promover su imagen en el extranjero, la Confederación confía en Presencia SuizaEnlace externo. «Desde el punto de vista del Gobierno, este tipo de comunicación tiene la ventaja de estar hecha a medida», comenta Andrew Robotham.

Robotham subraya que para estas plataformas de información el contexto es desfavorable. «Por un lado, la financiación de los servicios públicos, en general, está siendo atacada desde todos los frentes. Por otro, existe un clima de desconfianza hacia los medios de comunicación tradicionales y los periodistas», observa.

El investigador de la Universidad de Neuchâtel se muestra preocupado ante el futuro de los medios públicos internacionales en las democracias occidentales. «Ya es difícil mantener la financiación de los medios de comunicación de servicio público, así que no veo cómo van a sobrevivir en su forma actual los servicios dirigidos a audiencias extranjeras, a pesar de su excelente calidad». Andrew Robotham, sin embargo, mantiene todavía un halo de esperanza: «Quizá lo que está ocurriendo en Estados Unidos sirva de llamada de atención sobre la importancia del servicio público y los servicios internacionales».  

Tristan Mattelart es más optimista. «Estos medios están demostrando su utilidad en periodos de alta tensión, para garantizar el pluralismo mediático en ciertos contextos autoritarios». En su opinión, también podrían desempeñar un papel importante en la guerra de la información que enfrenta a los países democráticos con los regímenes autoritarios. «Mientras haya regímenes autoritarios, su misión seguirá existiendo», afirma.

Revisado por Pauline Turuban. Adaptado del francés por Lupe Calvo / CW.

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