
El programa suizo de visas doradas enfrenta oposición

Las tensiones geopolíticas y la existencia de regímenes fiscales cada vez más estrictos provocan una migración masiva de personas millonarias a nivel global. Suiza tiene interés en atraer al mayor número posible de esa adinerada comunidad trotamundos, pero sus métodos no obtienen el beneplácito general.
La oposición centra su atención en los acuerdos para las llamadas Golden Visa (visas doradas) de Suiza que solo se conceden a los perfiles más interesantes en materia económica. Un creciente número de personas migrantes acaudaladas se dispone a pagar cientos de miles de francos para entrar en Suiza por esta vía.
De acuerdo con la Secretaría de Estado para las Migraciones (SEM) de Suiza, actualmente hay 496 personas que poseen una visa dorada en Suiza. Un dato superior a las 404 que había en 2022, según el Tages-Anzeiger.
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El coste de estas visas doradas es distinto en función del cantón de residencia. Mientras Obwalden cobra 250.000 francos suizos (unos 300.000 dólares), Zúrich exige un mínimo de un millón de francos suizos, añade el periódico helvético.
Los partidos políticos de izquierda se dicen hartos de esta tendencia de complacer a la población rica. Actualmente, y por segunda vez desde que inició la invasión de Rusia a Ucrania, el Partido Verde realiza un intento por poner fin a este tipo de programa de visados.
El sistema de visas fue introducido por Suiza en 2008 con la finalidad de atraer a personas extranjeras acaudaladas que no eran originarias de la Unión Europea (UE). Pero se puso como requisito que el traslado de estas personas a Suiza fuera de «especial interés» para el país. Al obtener la visa dorada, la población beneficiaria obtiene el derecho a una visa de residencia prolongada, que puede convertirse en una ciudadanía después de 10 años.
«Lo que me molesta es que no todas las personas reciben el mismo trato con respecto a la ley de inmigración. Son las más ricas quienes obtienen las mejores condiciones», declaró a la cadena pública SRF Balthasar Glättli, parlamentario del Partido Verde.
Glättli teme también que este tipo de visados se convierta simplemente en una carta abierta para la llegada de oligarcas y otras personas indeseables que gracias a sus fortunas pueden establecerse fácilmente en Suiza. «Las personas rusas y chinas siguen encabezando la lista de beneficiarios. Y es bien sabido que en estos países no es posible enriquecerse sin complacer al régimen».
Pero la derechista Unión Democrática de Centro (UDC), que se opone en términos generales a la inmigración masiva extranjera, tiene una opinión distinta sobre este método para afincarse en Suiza. «Necesitamos una inmigración que beneficie a la sociedad en su conjunto y a la economía. Y, sin duda, es el caso de estas personas», dijo Barbara Steinemann, diputada de la UDC, a la SRF.
Un asunto global
Suiza no es el único país que concede la residencia a través de visas doradas, que también se conocen como programas de ciudadanía por inversión (CBI, en inglés). Hay naciones europeas como Portugal y Grecia que tienen en marcha programas similares. En los Estados Unidos, el presidente Donald Trump tiene planes de expedir este tipo de visados por un valor de 5 millones de dólares (4,1 millones de francos suizos).
La Unión Europea está presionando a sus países miembros para moderar la práctica de vender el derecho a residir en la UE. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) teme que los programas CBI se estén usando para lavar dinero procedente de actividades delictivas.
El Tribunal de Justicia de la UE dictaminó en abril que el programa de visados que ofrece Malta es ilegal, ya que está socavando la confianza que hay entre los estados miembros en materia de ciudadanía.
En otra latitud, Australia eliminó en 2024 su programa de visas doradas luego de que el gobierno reconociera que estaba «generando malos resultados económicos». Paradójicamente, un programa muy similar está en pleno auge en Nueva Zelanda tras su fortalecimiento en abril.
Durante las últimas semanas, 53 personas han solicitado una golden visa neozelandesa, según el periódico Neue Zürcher Zeitung. Un dato que contrasta con las 115 solicitudes de los tres años anteriores, cuando las características del programa eran menos atractivas.
Las visas doradas están destinadas esencialmente a una comunidad empresarial adinerada interesada en dirigir sus negocios desde Suiza, pero no son el único medio para que las personas millonarias sin ataduras geográficas compren su entrada en el país alpino. Los cantones también ofrecen acuerdos fiscales especiales a personas con fortunas significativas, siempre que sus ingresos no sean obtenidos en Suiza.
Lo anterior hace de Suiza un país atractivo para la población adinerada que busca un nuevo lugar para vivir. Y su ánimo por mudarse puede estar motivado por los conflictos bélicos, un autoritarismo creciente en el país de origen o, como en el caso de la Gran Bretaña, por una reforma radical en el régimen fiscal vigente.
La migración de la comunidad millonaria
Esta combinación de factores está impulsando a un número cada vez mayor de personas adineradas a abandonar sus actuales lugares de residencia, según Henley & Partners, empresa especializada en reubicación global. De acuerdo con la edición 2024 del Informe Henley sobre la migración del patrimonio privado, unas 128.000 personas millonarias se establecieron en un nuevo destino el año pasado.
La prensa británica afirma que más de 10.000 antiguos residentes acaudalados de la Gran Bretaña se mudaron a otros países en 2024. Los cambios fiscales británicos han jugado un rol importante, pero estas personas que ahora ya no están domiciliadas en tierra británica se quejan también de deterioros en el entorno empresarial, el nivel educativo y el respeto a la privacidad, según Ben Rosen, socio del bufete de abogados londinense Quastels.
«Las autoridades han tenido una percepción equivocada de la elasticidad de la economía y del atractivo que tiene la Gran Bretaña para las personas ricas», declaró a SWI swissinfo.ch. «Pero se estiró demasiado la cuerda hasta que terminó por romperse».
Rosen aclara que no toda la gente millonaria que se marcha vende sus propiedades y lleva consigo todos sus activos. Hay quienes simplemente buscan un refugio temporal en otro país «con la esperanza de que su gobierno local entre en razón».
Las personas más jóvenes, por ejemplo, se alegran de pasar un tiempo en Dubái, añade. Este emirato de Oriente Medio no grava los ingresos personales ni las ganancias de capital, lo que lo ha convertido en uno de los principales beneficiarios de la tendencia a la migración de la riqueza.
Otras personas quieren estar más cerca de la Gran Bretaña, así que están encontrando en Italia y Portugal destinos que hoy les despliegan una alfombra roja. Algunas de estas fortunas, no obstante, temen que se trate de una condición ilusoria. «Existe la percepción de que el sistema fiscal y la preservación de la riqueza están mucho más arraigados en la mentalidad de lugares como Suiza y Mónaco», añade Rosen. «Así que las consideran jurisdicciones más estables».
Editado por Marc Leutenegger. Adaptado del inglés por Andrea Ornelas / CW.

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