Detectada y confirmada, por primera vez, una eyección gigante en una estrella cercana
Redacción Ciencia, 12 nov (EFE).- Un equipo internacional de astrónomos ha detectado por primera vez una eyección de material desde una estrella hacia el espacio; la explosión fue tan potente que hubiera arrancado la atmósfera de cualquier planeta situado en su trayectoria, detalla un estudio publicado este miércoles en la revista Nature.
Las eyecciones de masa coronal (CME) son explosiones que a menudo vemos suceden en el Sol y en las que la estrella expulsa enormes cantidades de material al espacio circundante (desde la Tierra se ve como auroras).
Hasta ahora, estas espectaculares expulsiones, que dan forma e impulsan el clima espacial y pueden desgastar las atmósferas de los planetas cercanos, no se habían detectado de forma concluyente en ninguna otra estrella aparte del Sol.
«Los hallazgos anteriores han inferido su existencia o han insinuado su presencia, pero no han confirmado realmente que el material haya escapado definitivamente al espacio. Nosotros lo hemos conseguido», subraya Joe Callingham, del Instituto Neerlandés de Radioastronomía (ASTRON) y autor de la investigación.
El hallazgo ha sido posible gracias al telescopio LOFAR y al observatorio espacial XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea, que desde hace más de veinte años observa las estrellas y los alrededores de los agujeros negros.
Una eyección en una enana roja
Cuando una CME emerge de una estrella al espacio exterior, produce una onda de choque y una ráfaga asociada de ondas de radio.
El equipo de científicos captó esta señal de radio breve e intensa y descubrieron que procedía de una estrella situada a unos 40 años luz de distancia.
«Este tipo de señal de radio no existiría a menos que el material hubiera abandonado por completo la burbuja de potente magnetismo de la estrella», apunta Joe, es decir, «está causada por una CME».
La eyección procedía de una enana roja, una estrella mucho más tenue, fría y pequeña que el Sol, con la mitad de su masa, que gira 20 veces más rápido y con un campo magnético 300 veces más potente que el solar.
La mayoría de los planetas que se sabe que existen en la Vía Láctea orbitan alrededor de este tipo de estrellas.
La señal de radio se detectó utilizando el radiotelescopio Low Frequency Array (LOFAR) en el Observatorio de París-PSL. Después, el equipo usó el XMM-Newton para determinar la temperatura, rotación y brillo de la estrella, lo que fue esencial para interpretar la señal de radio y averiguar qué estaba sucediendo realmente.
Así, descubrieron que la CME se movía a una velocidad supersónica de 2.400 km por segundo, lo que solo se observa en una de cada veinte CME solares. Además, la eyección fue lo suficientemente rápida y densa como para arrasar totalmente la atmósfera de cualquier planeta que orbitara cerca de la estrella.
Un descubrimiento apasionante
La capacidad de la CME para despojar a los planetas de su atmósfera es un descubrimiento apasionante para nuestra búsqueda de vida en torno a otras estrellas.
Un planeta se considera habitable o apto para la vida tal y como la conocemos, según la distancia a la que se encuentre de su estrella madre, es decir, tiene que estar a la distancia necesaria para que haya agua líquida en la superficie del planeta y tener una atmósfera adecuada que lo proteja.
Pero, ¿y si la estrella lanza regularmente peligrosas erupciones de material y provocando violentas tormentas? Un planeta bombardeado regularmente por potentes eyecciones de masa coronal podría perder por completo su atmósfera y convertirse en un mundo inhabitable, pese a tener una órbita adecuada.
«Este trabajo abre una nueva frontera observacional para estudiar y comprender las erupciones y el clima espacial alrededor de otras estrellas», añade Henrik Eklund, investigador de la ESA con sede en el Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espacial (ESTEC) en Noordwijk, Países Bajos.
«Ya no estamos limitados a extrapolar nuestro conocimiento de las CME del Sol a otras estrellas. Parece que el clima espacial intenso puede ser aún más extremo alrededor de estrellas más pequeñas, las principales anfitrionas de exoplanetas potencialmente habitables, lo que tiene importantes implicaciones para la forma en que estos planetas conservan sus atmósferas y posiblemente siguen siendo habitables a lo largo del tiempo». EFE
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