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Dos cabezas piensan más que una

Se estima que entre 19% y 27% de las empresas suizas ofrecen empleos compartidos, pero no hay cifras oficiales. imago

¿Fantasea con la posibilidad de compartir su empleo con alguien más? Esta idea comienza a ganar terreno en Suiza dado el creciente número de puestos a tiempo parcial existentes. El esquema atrae fundamentalmente a las mujeres que buscan plazas con mayores desafíos y salarios. Los hombres, a su vez, deben enfrentar la actitud conservadora del mercado laboral.

“Compartir el empleo es la solución perfecta para un puesto complicado como este”, dice Joel Widmer, editor de Blick.

Desde abril del 2014, Widmer comparte con Matthias Halbeis la plaza de editor en jefe de temas políticos en el Blick GroupEnlace externo. Juntos coordinan un equipo de siete reporteros. Un puesto altamente demandante que, para desarrollarse de forma deseable, exige el trabajo de dos personas a tiempo completo.

“Ambos laboramos al 80%. Nuestras esposas también trabajan y los dos tenemos hijos. Queríamos un día libre para estar con los niños. Es la razón fundamental que dio origen a este acuerdo”, refiere Widmer, “la redacción central está en Zúrich, pero la sección política está en Berna. Los requerimientos de este puesto de coordinación son muy altos y no podía cumplir solo con ellos. Es una gran ventaja que alguien más aporte solidez y sustento a las decisiones que se toman”.

Pero el de Widmer y Halbeis es un caso atípico en Suiza, en donde son sobre todo las mujeres quienes utilizan este tipo de esquemas.

La figura del trabajo compartido surgió en Estados Unidos a finales de los 70. En Suiza, todos los modelos de labores flexibles tienen cada vez más adeptos porque son una respuesta a las necesidades del personal, pero también del propio mercado laboral.

Se estima que actualmente entre 19 y 27% de las empresas suizas ofrecen puestos compartidos (ver Infobox), pero no existen cifras oficiales a este respecto.

Mayor flexibilidad

Recientemente se celebró en Friburgo un seminario sobre el tema al que asistieron alrededor de 250 personas, incluidos funcionarios de la Secretaría de Estado de Economía (Seco), sindicales y patronales.

Irenka Krone-Germann, codirectora de la Asociación Optimizadora del Empleo a Tiempo ParcialEnlace externo (PTO en inglés) y organizadora del encuentro, considera que los empleos flexibles tienen cada vez más potencial en todos lados.  

En Europa, añade, Suiza es el segundo país con más trabajadores a tiempo parcial (Enlace externo36,5%), pero en países como Holanda, 59% de las mujeres y 14% de los varones laboran jornadas parciales.

Esto se suma al hecho de que existe cada vez una mayor disposición de las empresas a ofrecer alternativas que se adapten a las necesidades de los empleados. Especialmente después del 9 de febrero del 2014, cuando el voto de los suizos llamó a endurecer las cuotas de entrada de inmigrantes, lo que supone para muchos corporativos enfrentarse a una falta de personal cualificado.

La aseguradora Axa Winterthur, una de las firmas presentes en Friburgo, ofrece plazas compartidas a sus empleados.

“Promovemos, en general, todas las opciones de trabajo flexible porque observamos que responden a las necesidades de nuestros empleados, independientemente de su edad y sexo. Queremos sumar trabajadores a nuestras filas y mantenerlos en la empresa”, dice a este respecto Yvonne Seitz, jefa de personal en Axa WinterthurEnlace externo.

Además de una mayor flexibilidad, los beneficios de dividir una plaza entre dos trabajadores radican también en el intercambio de conocimientos, especialmente cuando interactúan un empleado joven y uno experimentado. Además, se logra un mejor manejo de las ausencias en caso de enfermedad o cuando hay vacaciones.

Elena Folini, directora de recursos humanos del gigante de las telecomunicaciones SwisscomEnlace externo, considera que el reparto laboral frecuentemente permite también a las empresas ganar en materia de innovación y desempeño, y abren la puerta para acceder a los mejores talentos del mercado laboral.

Por su parte, Valérie Bovard, quien comparte con su colega Sophie Binz la tarea de dirigir un equipo de 20 enfermeras en la Asociación Pulmonar de FriburgoEnlace externo, considera que el principal ganador de este tipo de esquema es el empleador por la aportación.

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Los hombres también expresan a menudo su interés por trabajar jornadas parciales para disponer de más tiempo con sus familias. Un estudio realizado por männer.ch –asociación que aglutina grupos de hombres y de padres-, consultó a 1 200 hombres del cantón de San Gall en 2011. Según sus conclusiones, 90% de los entrevistados expresó su interés por trabajar tiempos parciales.

Pero mientras más alto sea el cargo, menos probabilidades existen de que una plaza sea compartida por dos varones.

En Suiza, solo 2% de los puestos directivos se ejercen bajo la fórmula del empleo compartido por hombres. En contrapartida, 90% de los trabajos compartidos –en general, no solo de alto mando- son desempeñados por mujeres.

La percepción que existe con respecto a los roles y la forma en la que deben distribuirse las responsabilidades laborales aún son conservadoras en Suiza.

Una encuesta hecha por la consultora Robert Half entre 1 200 líderes empresariales concluyó en 2014 que un tercio de los entrevistados considera que compartir un puesto de responsabilidad solo complica la relación con los subordinados y afecta el funcionamiento de un equipo.

“Algunos de mis colegas me miran extraño cuando les digo que trabajo al 50% como amo de casa”, dice Claude HauserEnlace externo, padre de cuatro hijo, quien desde hace 12 años comparte la plaza de profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Friburgo con un colega.

Poder compartido

“La resistencia masculina proviene de la idea de que ni las responsabilidades ni el poder se comparten. Además, en el ámbito académico esto se debe también a la percepción de que una cátedra universitaria solo puede pertenecer a una persona. Pero es un idea desactualizada. Cada vez se trabaja más en equipo y los empleos compartidos son propicios para ello”, dice Hauser.

La motivación para compartir un empleo es distinta en el género femenino.

Las mujeres helvéticas están alcanzado, e incluso superando, a los hombres en materia de formación universitaria. La presencia femenina también es cada vez más importante en ámbitos como la medicina, el derecho o la enseñanza.

Pese a ello, las mujeres tienen aún una baja representación en puestos de alta dirección. En Suiza, solo 6% de los consejeros delegados pertenecen al sexo femenino y se estima que unas 50 000 las mujeres con estudios universitarios no están activas profesionalmente debido en particular a que están criando a sus hijos.

Y mientras más alto sea el nivel de formación de una madre, más factible será que labore jornadas parciales, dice Krone-Germann.

Pero con frecuencia los empleos compartidos también traen desventajas para ellas como un acceso limitado a posiciones directivas, una limitada valoración del potencial profesional de la empleada y menos oportunidades de conseguir ascensos profesionales.

¿El Santo Grial del empleo?

¿Es el empleo compartido el Santo Grial de los trabajadores que buscan flexibilidad y un elevado nivel de responsabilidad al mismo tiempo? ¿Lo es para los empleadores que buscan una mayor productividad de su plantilla?

“(El esquema) solo funciona si conoces bien a la otra persona”, dice Binz.

Hauser reconoce que la tarea de coordinación puede ser un serio dolor de cabeza cuando se trabaja de esta forma. “Uno de los problemas que surgen es que si te falta el tiempo necesario para comunicarte con tu colega resulta fácil perder la secuencia del trabajo que el otro está realizando”, añade.

Los procesos de reclutamiento y monitoreo de resultados también pueden ser más complejos para un empleador, amén de que sus costos se elevan, pues debe gastar en garantizar un espacio de trabajo para cada empleado, duplicar los equipos de cómputo o invertir más en capacitación. Para los subalternos, uno de los riesgos es la confusión que puede generar tener que reportar a dos jefes.

Los sindicatos suizos acogen satisfactoriamente el modelo del reparto laboral, aunque Valérie Borioli Sandoz, directora de Política de Igualdad en el sindicato Travail SuisseEnlace externo, reconoce también que no es una fórmula exenta de peligros: “Si el trabajo compartido solo es realizado por mujeres, crece la segmentación sexista en el ámbito laboral, lo que deriva en una discriminación salarial que debe ser combatida”.

También existe el riesgo de que en un puesto que ha sido dividido al 50% entre dos personas, la carga laboral de cada una de ellas vaya más allá del límite que les corresponde, sin que esto suponga una paga adicional.

“En estos casos, debe charlarse detenidamente con los empleadores. Si un 50% no es suficiente, quizás sea conveniente insistir en una paga equivalente al 60 o 70% del salario que corresponde a ese puesto”, dice Borioli Sandoz.

La líder sindical advierte que Suiza progresa con lentitud y por detrás de otros países de la Europa central, pese a lo cual se dice optimista.

“Estamos claramente por detrás de otros países europeos en lo relativo a las políticas familiares. Pero no perdemos la esperanza. Tengo la impresión de que las empresas se toman cada vez más en serio la idea del trabajo compartido, aunque el nivel actual sea limitado y aún exista un largo camino por andar en la tarea de cambiar las mentalidades”. 

Empleos compartidos en Suiza

 En 2014, la Universidad de Ciencias y Artes Aplicadas del Noroeste de Suiza encuestó a 400 empresas suizas que emplean a unas 180.000 personas. Según sus conclusiones, 27% ofrece puestos de empleo compartido y al menos una cuarta parte de éstos son para cargos directivos.

Ese mismo año, la consultora Robert Half realizó una encuesta entre 1 200 líderes empresariales. Según sus conclusiones, 19% de las empresas suizas ofrecen la posibilidad del reparto laboral.

Pero casi un tercio de encuestados cree que la dividir entre dos personas la responsabilidad de un puesto solo complicaría las relaciones con el resto del equipo de trabajo.

Según la encuesta de Robert Half, Gran Bretaña lidera la oferta empresarial de empleos compartidos (48% de los corporativos ofrecen esta opción), frente al 25% de la media europea.

Alemania es reticente ante este esquema con solo 15%.

No existen cifras oficiales sobre el número de personas que comparten empleo en Suiza. Pero la Oficina Federal de Estadística realizará una encueta a este respecto en 2016.

Traducido del inglés por Andrea Ornelas

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