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Borges, el vidente ciego

Jorge Luis Borges decía que Suiza era un ejemplo para el mundo, y hasta la llamaba su segunda Patria, recordó su esposa, María Kodama. (imagen del escritor en 1979, en Buenos Aires). AFP

Siempre vigente, siempre visionario, universal... Así lo evocan escritores y estudiosos de cualquier destino y de cualquier tiempo a la hora de recordar a Jorge Luis Borges a 30 años de su muerte.

La escritora argentina María Adela Renard, la fotógrafa Amanda Ortega, la profesora venezolana-suiza Yvette Sánchez y la viuda de Borges, María Kodama, trazaron con sus pasajes un retrato íntimo del hombre que sigue dando cátedra con su legado literario.

swissinfo.ch quiso homenajear a Jorge Luis Borges a 30 años de su desaparición a través de la voz de cuatro mujeres que estuvieron cerca de él y de su obra. Trazar un perfil del humano y del genio, del hombre de los cuentos fantásticos, del idealista, del provocador, de su humor agudo, del mismo que eligió morir en Suiza donde tuvo grandes amigos y donde inspiró gran parte de su obra.

Borges desde la academia

“La imagen que tienen mis alumnos de Borges es una de admiración por un vidente, uno que captó la digitalización ‘avant la lettre’ con su literatura fantástica”, asegura Yvette SánchezEnlace externo, profesora del Centro Latinoamericano-Suizo de la Universidad de San Gallen, al tiempo que explica que ella misma descubrió al escritor argentino mientras estudiaba en Basilea.

“Empecé a interesarme por Borges durante mis estudios de filología hispánica en Basilea, a finales de los 70, como lectura imprescindible. Un año después de su muerte, en 1987, conocí personalmente a su segunda esposa, María Kodama. En aquel entonces, ella me escribió un precioso prólogo para mi tesis doctoral, y yo le traduje su cuento ‘Leonor’ sobre una niña autista, al alemán y lo publiqué en la revista ‘Lettre International’”, cuenta y relata:

“Fue uno de los brillantes pensadores y literatos del siglo XX, con un currículum internacional, europeo-argentino, con una admirable formación universal, enciclopédica, también metafísica, de todas las épocas, memorizándolo todo a través del oído. Fue un vidente ciego. Todo literato contemporáneo o posterior, hispánico o internacional, se ha nutrido de sus textos”.

Para la experta, Borges anticipaba varias estéticas posteriores (lo postmoderno), también a través de sus cuentos fantásticos (el mundo digital, virtual), y encaja perfectamente en el Siglo XXI:

Muchos de sus conocimientos y argumentos han previsto la evolución actual, por ejemplo del ciberespacio, del WWW virtual (el Aleph, la biblioteca universal), de modo que muchos estudiosos de los medios de comunicación lo citan constantemente y lo admiran como gran pionero y precursor.

Es precisamente por la digitalización que los alumnos de hoy leen y captan sus cuentos de los años cuarenta con una facilidad mayor que mi generación. Los estudiantes no tienen el menor problema en comprender la figura del Aleph, por ejemplo, como ciberespacio”

“Pero esto es más por la selección de los cuentos que leen, los de ‘Ficciones’ y ‘El Aleph’ que leen con tanta naturalidad por ser digital natives. Fue un escritor univeral”, sentenció.

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María Kodama, memoria viva de Jorge Luis

Lo conoció a los 5 años y fue su alumna a los 12. Se reencontraron cuando ella tenía 16 años y él 60. Eran dos estudiantes en busca de nuevas formas de comunicación y creación. En abril de 1986 se casaron y ella lo acompañó hasta su muerte. Fue primero su secretaria, su amiga, su mujer y, hoy la guardiana de su legado y su memoria viva.

“De usted es este libro, María Kodama. ¿Será preciso que le diga que esta inscripción comprende los crepúsculos, los ciervos de Nara, la noche que está sola y las populosas mañanas, las islas compartidas, los mares, los desiertos y los jardines, lo que pierde el olvido y lo que la memoria transforma, la alta voz del muecín, la muerte de Hawkwood, los libros y las láminas?”

Así dedicó Borges a Kodama el libro ‘Los Conjurados’:

“En Suiza había aprendido la tolerancia. Él vio como recibían a los refugiados de la Primera Guerra Mundial en Ginebra y eso lo marcó para toda la vida. Digamos que su último libro ‘Los Conjurados’ es como su testamento literario para la humanidad, como él mismo decía”, explicó Kodama en una conversación íntima con swissinfo.ch hace unos años, y contó que Borges decía que Suiza era un ejemplo para el Mundo, y hasta la llamaba su segunda Patria.

“Porque es un país que se ha formado con gente que conserva la individualidad de su idioma y de su religión, respeta eso, vive en armonía y formó un país, por la inteligencia y por la razón. Y justamente, al final de ‘Los Conjurados’ dice que él sabe que pedir eso para la humanidad es prácticamente imposible, pero que ojalá él sea profético y eso llegue algún día para la humanidad: una convivencia respetando las diferencias.”

Kodama, fue quien más entrañablemente lo conocía, la que guiaba su mano para que firmara los libros, la que fue sus ojos y con quien expresaba ese humor que muchos sospechan pero que solo ella vivió:

“Fue el gran amor de mi vida. Por un lado extraño todo lo que compartíamos juntos y lo que nos divertíamos. Y todo el afecto, la ternura, el cariño y el amor… Pero por otro lado, es como “el milagro secreto” (yo lo llamo así), porque a lo largo y a lo ancho del mundo, toda la gente que nos conoció juntos lo recuerda, y me lo recuerda, con enorme cariño”

“Lo divertido era que él era muy inesperado: a veces quería dictar, otras escribir, otras leer… Estudiábamos siempre y nos divertíamos muchísimo. Por ejemplo, alguien conseguía los textos del islandés, del anglosajón, y disfrutábamos con eso. También íbamos al cine, caminábamos, íbamos a comer… en fin, ¡lo que hace todo el mundo!”

“Pero el matiz está dado no por lo que se hace, sino por la forma en que se hace, en la intensidad que se le pone a las cosas. Creo que eso es lo que hace la diferencia entre vivir con Borges o con cualquier otro señor. Simplemente porque el matiz, la sensibilidad, las palabras que se eligen para decir las cosas son totalmente distintas, aunque la cotidianeidad sea la misma.”

Amanda Ortega: la imagen

“Borges era muy fotogénico, muy suave”, recuerda Amanda Ortega quien desde 1988 colabora con la Fundación Borges documentando el universo borgeano: primeras ediciones de libros, premios, la biblioteca, los objetos que pertenecían a Borges.

No le gusta hablar. Habla con las fotos que le dio a swissinfo.ch para esta nota. Como esa que contiene el silencio de mil palabras donde Borges está retratado con su adorado gato Freyja.

Repite todo el tiempo que recuerda a Borges como el hombre más amable en cada encuentro. Ella lo acompañaba a presentaciones, visitas, paseos, y ha colaborado para la realización de ‘El Atlas de Borges’ y un documental basado en un cuento del autor.

El Borges del Mundo, el Metafísico…

“La vigencia que tiene (Borges) es a partir no solo desde su obra, sino de su pensamiento fundamentado en la ética”, dice la escritora argentina María Adela Renard, y quien, además de conocerlo y de intercambiar con él opiniones, es investigadora de su obra en la Fundación Jorge Luis BorgesEnlace externo.

“Recuerdo que después que murió Borges, ella me llamó cuando regresó y tomamos un café y me contó que iba a armar una Fundación a pedido de Borges y que cuando lo hiciera me iba a llamar. Y así fue. Y organizamos seminarios, muestras…”

“Yo creo que hay una constante en la lectura de Borges. Yo lo leo desde la escuela secundaria, y cada vez que se lo va leyendo se lo va incorporando. Y una vez que se entra en la obra de él, después no se sale porque es un realmente un universo infinito. Muy metafísico y esotérico”

“Es muy interesante conocer ese aspecto de Borges, por ejemplo, era muy amigo del pintor Xul SolarEnlace externo, al punto que Xul le hizo la carta natal que está actualmente en la Fundación”.

“Él era muy simple, muy caballero, muy libre y creativo. Recuerdo cuando presentó su último libro, ‘Los Conjurados’ en el Plaza Hotel. Uno de los textos que más recuerdo de ese libro es “Juan López y John Ward”, sobre la Guerra de Las Islas Malvinas, donde se pueden jugar muy bien ‘los espejos’, uno de los símbolos de Borges”, analiza y concluye:

“Y en ese texto no habla en ningún momento de Malvinas. Al no nombrarlas, el texto trasciende y se torna universal. Y responde a esa condición suya de Ciudadano del Mundo”.

Homenaje en Ginebra

Con ocasión del 30 aniversario de la muerte de Jorge Luis Borges, la Embajada de Argentina en Suiza, la Misión Permanente de Argentina en Ginebra y la Fundación Internacional Borges, con el apoyo del cantón de Ginebra, organizaron un homenaje en la Ciudad de Calvino.

La esposa del escritor, una de las grandes plumas de todos los tiempos y de todas las latitudes, María Kodama, asistió a la ceremonia que incluyó una ofrenda floral en el ‘Cimitière des Rois de Planpalais’, donde reposan los restos mortales de Borges.

Asimismo, las autoridades organizaron un homenaje al escritor que pasó buena parte de su vida en Ginebra y llegó a considerar a Suiza como su segunda patria.

Y a usted, estimado lector, ¿qué emoción le produce la obra de Jorge Luis Borges?

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