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Ava, empresa emergente suiza con ideas fértiles

Equipor de jóvenes emprendedores
De izquierda a derecha, Peter Stein, Lea von Bidder, Philipp Tholen y Pascal Koenig, los cuatro jóvenes empresarios de Ava. Ava Women

Muchas parejas que desean tener hijos tienen problemas a la hora de hacer realidad su sueño. La tendencia a retrasar la edad de ser padres agrava la cuestión. Una empresa de Zúrich ha desarrollado una pulsera que determina con precisión los períodos de fertilidad. ¿Cómo surgió este hallazgo de éxito mundial?  


“Todo surgió de intereses personales”, explica Pascal Koenig, director general de la empresa AvaEnlace externo. “Hace cinco años, me encontré en un restaurante de Zúrich con Peter Stein, con quien ya me había relacionado profesionalmente. Quería ser padre, y nos parecía extraño que, todavía hoy, para determinar los días fértiles las mujeres tengan que usar termómetros y mediciones de temperatura basal. Nos parecía un método anticuado, del siglo pasado, y que tenía que existir una solución mejor”.

Pascal y Peter se encuentran unas semanas después con Lea Bidder y Philipp Tholen, antiguos compañeros de estudios. Los cuatro jóvenes (dos licenciados en economía por la Universidad de San Galo y dos ingenieros del Politécnico de Zúrich) ya tienen experiencia (más o menos satisfactoria) en la creación de nuevas empresas. Juntos deciden estudiar este ámbito y desarrollar un método más fiable basado en la amplia investigación fisiológica realizada durante las últimas décadas.

“Hay muchos estudios que ponen de relieve toda una serie de señales que anuncian el período fértil. Hace tiempo que sabemos que aumenta la temperatura corporal, y que hay cambios también en la frecuencia del pulso, la frecuencia respiratoria, la dispersión térmica, las fases del sueño, etc. Algunos estudios muestran, incluso, que durante este período las mujeres utilizan las redes sociales de manera diferente”, dice Pascal Koenig.       

pulsera digital junto a un teléfono inteligente
Los datos que registra la pulsera electrónica se pueden ver en una aplicación del teléfono. Cathrin Schoen, Fokus Produkt Fotografie

Una cuestión de tiempo

Los cuatro socios desarrollan un concepto basado en una decena de parámetros fisiológicos y lo presentan a ginecólogos. “Estábamos entusiasmados, pero en un principio nos miraron de manera bastante escéptica. Nos preguntaron: ¿pero esto funciona? Sin embargo, nos animaron diciéndonos que había un enorme potencial, siempre y cuando el funcionamiento estuviera demostrado por estudios clínicos”.

En Suiza –como en otros muchos países– un tercio de las parejas tienen dificultades para cumplir su sueño de tener hijos. Una de cada siete parejas recurre a la medicina reproductiva. A menudo solo es cuestión de tiempo, explica el director general de Ava. Disponer de indicadores más precisos del período fértil podría evitar un tratamiento médico innecesario en muchos casos. Asimismo, muchas mujeres no quieren utilizar métodos anticonceptivos hormonales y quieren poder determinar con mayor seguridad qué días tienen más probabilidades de quedarse embarazadas.

Durante más de un año, una profesora del Hospital Universitario de Zúrich especializada en modelos matemáticos de los ciclos menstruales realiza estudios clínicos sobre la idea de los cuatro jóvenes inventores. Y encuentra ventajas evidentes respecto al viejo método de la temperatura basal o de los análisis de orina. Nace así la empresa emergente Ava que, con la ayuda del Centro Suizo de Electrónica y Microtecnología de Neuchâtel (CSEM), desarrolla la pulsera (del mismo nombre), que recoge datos relacionados con nueve parámetros naturales durante el sueño y los transmite a una aplicación de teléfono.  

De Estados Unidos a China

La pulsera aparece por primera vez en el mercado americano en 2016. “El mercado suizo nos parecía demasiado pequeño. Así que decidimos probar el producto directamente en los Estados Unidos, donde potencialmente hay más clientes, y también mayor tendencia que en Europa al uso de la tecnología. Tendencia que también puede encontrarse en Japón o China, y que, por supuesto, es útil para una empresa que vende productos tecnológicos”, señala Pascal Koenig.  

Ava abre una pequeña sucursal de marketing, que dirige Lea von Bidder, en Silicon Valley. El éxito es inmediato. Al año siguiente esta joven ya aparece en la lista de Forbes de los 30 emprendedores más importantes menores de 30 años. Y Ava también acapara la atención en Suiza: en 2017, gana el premio de empresas emergentes suizas (Swiss Startup AwardsEnlace externo); el pasado mes de junio, el premio Swiss Medtech AwardEnlace externo y hace unos días ha sido reconocida como la mejor empresa emergente del año 2018.

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Tras entrar en el mercado estadounidense (donde genera más del 70% de su facturación), el año pasado Ava comienza la conquista del mercado europeo. Hace tan solo unas semanas, ha empezado a operar en Hong Kong, desde donde quiere llegar al mercado chino. “Para nosotros, en los próximos años, China debería convertirse en un mercado muy importante: las autoridades han abolido la política del hijo único, muchas parejas están interesadas en tener un segundo hijo y las mujeres, especialmente en las ciudades, están engendrando a sus hijos a una edad cada vez más avanzada. Todos estos factores juegan a nuestro favor”.

Una empresa trasnacional

En dos años de actividad, la empresa ya ha adquirido la forma de una pequeña multinacional. En la sede administrativa y de desarrollo de Zúrich trabajan más de 50 empleados; unos quince se encargan de la comercialización en San Francisco; otros quince programan las aplicaciones en Belgrado; y unos diez ofrecen soporte al cliente desde Manila, en Filipinas. Una red impresionante, a la que en los próximos meses se sumarán nuevos puestos de trabajo en China. Las pulseras, por su parte, las produce una empresa canadiense en España. 

“Esto es lo bueno de este nuevo mundo digital. Con internet, las videoconferencias y otros medios, cooperar más allá de las fronteras y diferentes husos horarios se ha vuelto mucho más fácil. Nos hemos dado cuenta de que en Manila muchos jóvenes culturalmente están cerca de Estados Unidos, hablan inglés bien y también pueden comunicarse en idiomas asiáticos. En Belgrado, por su parte, hay excelentes universidades que forman a programadores con talento a un coste mucho menor que el de Zúrich o San Francisco”, indica Pascal Koenig.

Sin embargo, Zúrich debería seguir siendo –también en el futuro– el centro neurálgico de la empresa. “La digitalización funciona muy bien, pero para desarrollar nuevas ideas y gestionar rápidamente nuevos proyectos, a menudo somos más eficientes cuando podemos reunirnos todos en un mismo espacio físico. Suiza, con sus centros de investigación y centros politécnicos federales, ofrece grandes conocimientos a una empresa como la nuestra, especializada en datos científicos y tecnología médico-sanitaria”, añade el director general de Ava.

Mensaje de agradecimiento

Los jóvenes emprendedores ya trabajan en nuevos proyectos, y han puesto en marcha siete estudios clínicos para desarrollar nuevas aplicaciones de la pulsera. “Muchas mujeres siguen usando la pulsera, incluso estando embarazadas, porque aprecian poder controlar sus valores fisiológicos. Estamos convencidos de que, en base a estos valores, se pueden identificar a tiempo complicaciones que durante el embarazo afectan a alrededor del 10% de las mujeres, como la diabetes, la preeclampsiaEnlace externo o las infecciones. De esta manera, se podrían evitar muchas hospitalizaciones”.   

En la actualidad decenas de miles de mujeres ya utilizan esta pulsera. Aunque todavía no ha llegado el momento de que Pascal Koenig y sus colegas vendan su exitosa empresa y se vayan a vivir a una isla. “Conozco a gente que ha tomado decisiones de este tipo y se aburren pronto. Todos nosotros estamos entusiasmados de poder trabajar en un entorno tan innovador y de poder preguntarnos cada día qué podemos hacer para crecer 100 veces más. Además, tenemos la suerte de trabajar en un sector muy gratificante, en el que vemos inmediatamente el impacto de nuestro trabajo: todos los días recibimos mensajes de mujeres que nos agradecen porque hemos contribuido a cumplir su deseo de tener hijos”.    

Traducción del francés: Lupe Calvo

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