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“Necesitaremos al menos 3 o 4 billones de dólares”

El batacazo de los índices bursátiles provocó la desesperación de numerosos inversores y operadores en las últimas semanas. Keystone

Crisis financiera: ¿cómo hay que invertir los ahorros? Para salvar los mercados financieros, los gobiernos tendrán que desembolsar una suma de entre tres y cuatro billones de dólares y nacionalizar los bancos amenazados.

Así lo afirma el economista Mauro Baranzini. En su opinión, esta crisis demuestra la necesidad de una reglamentación severa del sistema financiero mundial. Entrevista.

En estos días, todas las miradas están dirigidas hacia las bolsas, después del huracán que ha sacudido los mercados financieros y que, sólo en la semana pasada, hizo desplomar los principales índices mundiales por más del 20%.

Además, en esta semana se esperan de los gobiernos de los principales países industrializados nuevas medidas para estabilizar los mercados, sobre la base de planes de rescate acordados este fin de semana en Washington y París por los líderes económicos y políticos mundiales.

Según Mauro Baranzini, profesor de Economía en la Universidad de la Suiza Italiana (USI), las potencias económicas mundiales deberán invertir aún muchos fondos de sus reservas financieras para evitar un colapso de la economía global.

swissinfo: Profesor Baranzini, los instrumentos empleados hasta ahora por los gobiernos y los bancos centrales para frenar las grandes pérdidas en los mercados financieros no han tenido éxito. ¿Qué hay que hacer ahora?

Mauro Baranzini: En este momento, el único camino viable para evitar una catástrofe total es que los Estados intervengan y pongan sobre la mesa otros cientos miles de millones de dólares para sostener el sector financiero y salvar los bancos que están en dificultades. Los fondos que se han puesto a disposición hasta ahora no son suficientes en vista de las enormes sumas que gestionan bancos, seguros y otros institutos financieros. Ni siquiera los 700 mil millones concedidos por la administración estadounidense bastan. Necesitaremos probablemente al menos tres o cuatro billones de dólares más.

Con esta recapitalización, los Estados se convertirán, de hecho, en propietarios de diversos grandes bancos. No creo que a largo plazo sea necesario nacionalizar esos institutos bancarios. Algunos permanecerán en manos del Estado durante cinco o diez años, el período que se requiere para sanearlos y limpiarlos de todos los productos tóxicos que tienen.

swissinfo: ¿Cómo se explica la oleada de pánico que se ha desprendido la semana pasada en los mercados financieros?

M.B.: Lo que ha pasado es un reflejo del desorden con el cual muchos bancos fueron dirigidos en los últimos años. Responsables de este desorden son evidentemente los dirigentes de muchos institutos bancarios y parabancarios, pero también lo somos nosotros un poco. Aquellos que fueron a los bancos, pidiendo rentas del 10% o que han invertido sus dineros en bancos islandeses, que ofrecían un 4% de intereses más que otros bancos, han contribuido a crear una especie de cadena de buenos augurios que ahora se hundió.

Hoy estamos, pues, volviendo lamentablemente de manera brusca y en cierto modo atroz a los valores iniciales de este largo período de expansión iniciada en 2003. A fin de cuentas, se trata de una contracción de los valores nominales bastante justificada, si pensamos que las acciones de los grandes bancos internacionales han aumentado por un 300% en los últimos años. Un aumento casi incomprensible, ya que la economía real ha crecido mucho menos.

swissinfo: Según alegan algunos observadores, sería más oportuno un análisis psicológico que económico para explicar lo que ha ocurrido en los mercados.

M. B.: No creo. Pienso más bien que la crisis actual tiene que ver con hechos reales muy concretos. En los EE UU y en Inglaterra por ejemplo, el precio de los bienes inmuebles se ha más que triplicado en los últimos años, mientras muchos otros parámetros económicos no han experimentado un crecimiento correspondiente. Los salarios han permanecido casi iguales y la producción industrial y agraria no ha registrado grandes cambios.

Se ha creado una burbuja especulativa que ahora está explotando ante todos nosotros, puesto que no son sólo los especuladores que están perdiendo su pellejo. Son los pequeños ahorradores, las cajas de pensiones en los que todos nosotros contábamos, y acabará por la economía real, la economía que produce bienes y servicios. Y todo esto tendrá consecuencias para cada uno de nosotros, día tras día.

swissinfo: ¿Nos estamos encaminando hacia a una recesión?

M. B.: Nadie tiene la bola de cristal en sus manos. Hoy en día se oyen demasiadas previsiones precipitadas. En todo caso es muy probable que, dentro de seis meses o un año, pagaremos caro todos nosotros este artilugio financiero que, en términos generales, supone un gran desastre para la humanidad.

swissinfo: Hasta ahora, las bolsas anticipaban las crisis económicas, ahora las especulaciones en el mercado financiero amenazan incluso con provocar una recesión. ¿No deberían los Estados intervenir para reglamentar mejor los mercados en lugar de sanear las pérdidas?

M. B.: La mayoría de los economistas inteligentes están convencidos de que necesitamos un nuevo Bretton Woods, o sea, una nueva reglamentación rigurosa del sector financiero para evitar desastres como éstas. Si el sistema se hundiera cada cinco años y sólo fueran los especuladores que perdiesen sus pellejos, podríamos decir: se arreglarán. Pero el problema es que el sector financiero está desestabilizando la vida económica en todos los países.

En futuro necesitaremos, por lo tanto, un control fuertísimo del sistema financiero por parte de las autoridades nacionales e internacionales. Es necesario, por ejemplo, impedir que se construyan productos financieros no transparentes, que son adquiridos, rediseñados y revendidos para el propio beneficio, engañando a los compradores.

swissinfo: ¿No representa este descalabro de los mercados financieros un poco la crisis de un modelo económico considerado como el único posible, después de la caída del comunismo?



M. B.: Evidentemente, todos los grandes trombones que siempre han decantado el libre mercado como único sistema que garantiza progreso y bienestar a la población, tendrán que cambiar de opinión. Creo que iremos hacia un sistema mixto, es decir, un Estado que reglamenta estrictamente ciertos servicios, que deberán permanecer en manos públicas, y un sector privado que estará en grado de funcionar como fuerza motriz de una economía que expande de manera armoniosa. No serán economías socialistas o comunistas, pero tampoco economías totalmente libres, porque hemos visto adónde nos llevan.

Entrevista swissinfo: Armando Mombelli
(Traducción del italiano: Antonio Suárez Varela)

La semana pasada, los principales índices financieros mundiales han cedido más de un quinto de su valor:

SMI de Zúrich: -22%,

FTSE 100 de Londres: -21,2%

DAX de Francfort: -21,6%

CAC 40 de París: -21,5%

Dow Jones de Nueva York: -19,8%

Nikkei de Tokio: – 24,3%.

En las últimas dos semanas, los Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Rusia, Japón y otros países industrializados han puesto sobre la mesa unos 1.500 mil millones de dólares para sanear los daños producidos por la crisis hipotecaria y fomentar la confianza entre los inversores.

En los próximos días se esperan diversas inyecciones financieras, tras los planes de salvamento acordados el pasado fin de semana en París por el Grupo Euro y en Washington por los miembros del G7 (Grupo de los siete principales países industrializados) y del Fondo Monetario Internacional.

Los responsables de las principales economías mundiales han aprobado planes de acción para estabilizar los mercados financieros, afianzar la solidez de los bancos y prevenir nuevas quiebras.

Los acuerdos adoptados en Washington y París no dan indicaciones acerca de la cantidad exacta de las ayudas previstas, pero delinean un cuadro común para las intervenciones que realizarán los distintos gobiernos para proveer de liquidez a los mercados y proteger a los consumidores.

Nacido el 31 de agosto de 1944 en Bellinzona, Mauro Baranzini hizo el doctorado en economía en 1972 en la Universidad de Friburgo.

De 1976 a 1987 enseñó economía en la Universidad de Oxford. De 1987 a 1997 fue profesor de número en la cátedra de economía política en la Universidad de Verona.

Desde 1997 es decano y profesor de economía en la Universidad de la Suiza Italiana (USI) en Lugano.

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