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Doha, fuera de los reflectores en la reunión de la OMC

Diez años después de su adhesión a la OMC, China es el primer exportador y el segundo importador del mundo. Reuters

Desde este jueves, la Organización Mundial del Comercio (OMC) celebra en Ginebra un encuentro ministerial en el que dará la bienvenida a Rusia y buscará nuevas vías para incentivar el comercio multilateral.

La Ronda de Doha -iniciada hace una década para liberalizar el comercio mundial, pero estancada por la incertidumbre que provoca la actual crisis y por la falta de acuerdos entre países desarrolladas y emergentes-, quedará fuera del debate.

La negociación lanzada en 2001 en la capital de Qatar cifró sus esperanzas en los ambiciosos objetivos de reducir las barreras para el comercio internacional (agrícola, de bienes y servicios) y de facilitar el acceso de los países más pobres a los mercados occidentales.

Sin embargo, 10 años después, la negociación está bloqueada debido a que los gigantes emergentes -como China o Brasil- y las potencias desarrolladas -como EEUU- presentan posiciones enfrentadas con respecto a los temas clave.

A las diferencias se suma la conflictiva coyuntura económica que atraviesa el mundo, una combinación de factores que ha hecho que los gobiernos estén más renuentes que nunca a realizar concesiones y asumir nuevos compromisos.

La semana pasada, Keith Rockwell, portavoz de la OMC, declaró a la prensa que si bien se hablaría de Doha durante la cumbre ministerial que se celebra entre el 15 y el 17 de diciembre, esto no significaba “que realizarían negociaciones sobre este tema”.

Pese al estancamiento, nadie está dispuesto por el momento a aceptar públicamente que Doha ha fracasado. Y Pascal Lamy, director general de la OMC, está lejos de rendirse.

“Todos los ministros expresan su voluntad de seguir negociando hasta concluir la Ronda de Doha. Nadie ha expresado hartazgo o deseos de darse por vencido”, declaró Lamy el pasado martes a la radio suiza de expresión francesa.

Y aclaró que tampoco está previsto cerrar de una década con una “Doha-light”. Por el contrario, dijo, algunos miembros avanzan en temas específicos y consiguen resolver dificultades. Aquí nadie está en el espíritu del “todo o nada”, puntualizó.

Sin rumbo fijo

Pese a las declaraciones de Lamy, observadores como Cédric Dupont, profesor del Instituto Internacional de Altos Estudios Internacionales y Desarrollo (IHEID), en Ginebra, se dicen pesimistas con respecto al futuro de esta negociación.

“Hay temas que pueden ser rescatados, como los tratamientos especiales para países menos desarrollados. Pero no sucede lo mismo con temas capitales como los acuerdos vinculados a la agricultura, los servicios, o el comercio de bienes entre las grandes potencias emergentes y países como EEUU, la Unión Europea (UE) o Japón”, explica a swissinfo.ch

“La ronda camina sin rumbo fijo, y actualmente no veo a los países involucrados haciendo nuevas promesas dada la coyuntura económica que se vive el mundo”, agrega el profesor de Relaciones Internacionales.

Lamy comparó la Ronda de Doha con cualquier otra negociación internacional compleja y de envergadura, como el debate climático que acaba de concluir en Durban. Dupont, sin embargo, enfatiza la influencia que la presente coyuntura tiene en el estancamiento de Doha: “El bloqueo actual es un reflejo de lo que sucede en el resto de un sistema internacional frenado por los problemas económicos actuales”.

Falta liderazgo

Para Pascal Lamy, la coyuntura presente requiere “actores políticos” con mayor liderazgo que nunca. Pero acepta que la crisis, por el contrario, ha conducido a los gobiernos a “encerrarse en sí mismos”.

La globalización posee la increíble capacidad de promover el crecimiento y la eficiencia de las economías. En China, por ejemplo, ha permitido a mucha gente abandonar la pobreza a una velocidad sin precedentes. Pero un sistema global también es capaz de provocar una inestabilidad generalizada; y los medios disponibles para controlar un sistema de tal complejidad parecen cada vez menos eficaces, expresó el director general de la OMC.

Lamy considera que si la OMC no logra concluir la Ronda de Doha, el mundo toma el riesgo a largo plazo de acrecentar el proteccionismo.

“Existe el riesgo de que las reglas comiencen a ser aplicadas de forma bilateral, lo que beneficiaría a los gigantes, pero no a los países más pequeños. Cuantos menos estados colaboren, más difícil será abandonar esta crisis”, agregó.

Pese a los males presagios con respecto a Doha, la OMC se mantiene como una institución fundamental para la economía mundial, sostiene Dupont.

“Es un organismo de gran relevancia y tiene mucho por trabajo por hacer. Si sus estados miembros cumplen a cabalidad con las obligaciones asumidas, evitarán que el proteccionismo vuelva a desarrollarse. Una condición importante en un contexto en el que es difícil esperar nuevos compromisos por parte de los gobiernos”, explica.

New members

With Doha not in the limelight this week, the focus will be on expanding the Government Procurement Agreement, a measure overseen by Swiss diplomat Nicholas Niggli, that could add $80-100 billion (SFr85-107 billion) to global trade each year, according to the WTO.

The accession of three new members – Russia, Samoa and Montenegro – will also be a highlight.

Russia, the largest economy still outside the WTO, had been trying to join for 18 years, until a Swiss-brokered deal with Georgia cleared the last major hurdle for Moscow last month.

Trade chiefs see Russia’s membership as a sign of the continued relevance of the WTO.

But Dupont felt it sent the wrong signal. “I don’t really see Russia as a market economy and able or willing to fulfil its WTO obligations. Letting Russia in is a very risky political bet.”

Meanwhile, China has been commemorating its ten-year anniversary of accession to the WTO.

Lamy told a forum in Beijing on Sunday that while China had shown remarkable growth since joining the WTO, the global economy now needed the country to step up as a mature trade partner.

Una docena de organizaciones han confirmado una serie de manifestaciones contra la OMC durante la reunión ministerial en Ginebra. También tienen previstos talleres y debates paralelos.

El 17 de diciembre, el movimiento Occupy Geneva y organizaciones como ATTAC, SolidartéS y los sindicatos Unia, SIT y CGAS tienen previstas varias manifestaciones contra la liberalización del comercio.

Dichas agrupaciones critican los “efectos dañinos” que los acuerdos comerciales han causado a muchos países, y las “magras concesiones” que se hacen a los países en desarrollo.

También se dicen contra la intención de EEUU de imponer una “nueva agenda” que solo favorece a las trasnacionales, y llaman a un “cambio radical de dirección” que considere políticas capaces de proteger a las industrias y los sectores agropecuarios nacionales de una competencia encarnizada.

Fundada en 1995, OMC sustituyó al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT).

Actualmente tiene 153 países miembros y un presupuesto anual de 196 millones de francos suizos.

La OMC regula las relaciones comerciales entre los estados miembros y es piedra angular en la definición y aplicación de las normas legales e institucionales que rigen el comercio multilateral.

Simultáneamente es el foro en el que se debaten ajustes a los acuerdos comerciales existentes y se negocian nuevos pactos legales vinculados al comercio mundial.

Suiza contribuye con solo 2% del comercio mundial, pero genera en el extranjero uno de cada dos francos suizos de su riqueza anual. Por ende, cualquier cambio en las regulaciones comerciales internacionales le afecta directamente.

La Ronda de Doha, iniciada en 2001, contempla cerca de 20 temas relevantes para la economía global, vinculados a la agricultura, el comercio de bienes industriales, el medioambiente o los derechos de propiedad intelectual, entre otros.

La 8ª Conferencia Ministerial de la OMC se celebra del 15 y al 17 de diciembre en Ginebra.

Durante la sesión plenaria los ministros presentarán la posición de su país y avalarán la adhesión de Rusia, Samoa y Montenegro a la OMC.

Están previstas además tres sesiones de trabajo: Importancia del sistema de comercio multilateral y la OMC, Comercio y desarrollo y La Agenda de Doha.

(Traducción: Andrea Ornelas)

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