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Hacer la compra, cada vez más barato en Suiza

Mejores precios para el consumidor suizo. Keystone

Quesos, sidra y limonada, productos europeos que se comercializan desde esta semana (31.08) en los supermercados suizos gracias a la iniciativa Cassis de Dijon.

Las familias helvéticas se verán beneficiadas en opinión del Señor Precios; y el gobierno aclara que no habrá ni pérdida de calidad ni una avalancha de productos de la UE para los suizos.

Cinco años tomó que la historia terminara de escribirse.

En la primavera del 2005, el gobierno suizo se mostró favorable a la decisión de aplicar el principio de Cassis de Dijon en Suiza, pero el tema era complejo y delicado.

Decidía abrir compuertas a productos de la UE –también producidos en Suiza- para generar competencia y abaratar los precios del mercado local.

Fue sólo hasta el pasado 1 de julio, tras el aval parlamentario, que la iniciativa entró en vigor. Pero es a partir de esta semana que los primeros seis productos autorizados podrán verse en los anaqueles de las tiendas de autoservicio suizas.

Los seis elegidos

La Oficina Federal de Salud Pública (OFSP) de Suiza confirmó a swissinfo.ch que en julio recibió la demanda de 40 productos europeos interesados en acogerse al principio de Cassis de Dijon.

“Tras una minuciosa revisión decidimos aprobar seis en principio. Otros 13 no cumplían con las exigencias helvéticas, por lo que fueron rechazados, y el resto está aún en análisis”, explica la citada oficina.

Los seis productos “elegidos” son: sirope de frutas de origen francés, jamón austríaco, limonada con taurina (aminoácido utilizado en las bebidas energéticas) de origen italiano, sidra danesa, queso rallado alemán y queso francés con cero contenido en grasa.

La OFSP explica el alcance de la decisión: “Se trata de una autorización general, es decir, no aplica a un solo producto concreto, sino a toda la familia de productos similares que satisfagan la descripción legal que fue autorizada por Suiza”.

No es delito comprar fuera

El ombudsman del consumidor, Stefan Meierhans, también conocido como el “Señor Precios”, afirma que la puesta en marcha del principio Cassis de Dijon es una buena noticia para el consumidor helvético.

Eliminar barreras técnicas al comercio facilitará la venta de productos importados (de la UE) en Suiza, particularmente en rubros como alimentos, cosmética y textiles, en donde podemos aguardar una reducción de precios.

Meierhans ha sido un defensor del principio Cassis de Dijon desde que se convirtió en Señor Precios hace un par de años. El euro jamás había sido tan barato como hoy y es tiempo de que la existencia de un franco fuerte se traduzca en beneficios para el presupuesto de las familias suizas, agrega.

En su blog, añade que la población puede esperar que cada vez más productos reduzcan su precio cuando sean de origen importado.

No es un delito comprar productos extranjeros, especialmente cuando la diferencia de precios entre los bienes locales y los foráneos es abismal, puntualiza.

El Señor Precios tampoco aconseja la compra automática de bienes foráneos. El consumidor deberá ser responsable y comparar la oferta que tiene, pero aumentar la oferta de bienes importados generará competencia, dice, una herramienta útil para que el mercado funcione.

Visión en contra

No todo mundo opina igual que el Señor Precios.

Cabe recordar que en la primavera del 2009, la conservadora Unión Democrática de Centro (UDC) y los Verdes de la Cámara Baja de Suiza apoyaron la iniciativa del agricultor genovés, Willy Cretegny, que buscaba echar abajo el principio Cassis de Dijon por “poner en riesgo la calidad de los productos consumidos en Suiza”.

Cretegny intentó lanzar un referéndum en contra de este principio, bajo el argumento de “respetar la diferencia y la calidad, sin privilegiar lo más barato”.

Pero UDC, Verdes y Cretegny fracasaron en el intento, y la Cancillería Federal recibió sólo 49.000 de las 50.000 firmas necesarias para la citada consulta popular.

¿Avalancha de productos?

Los suizos suelen apostar por la calidad antes que por el precio.

¿Qué ganan y qué pierden con la nueva política?, se le consulta a la OFSP.

Lo primero, aclara la autoridad responsable de regular la entrada de bienes europeos a territorio suizo, “no habrá una llegada masiva de productos de la UE”.

Cada bien será autorizado de forma individual y avalado sólo si cumple con las normas de seguridad impuestas por la UE y respaldadas por Suiza.

La calidad, aclara, no se verá comprometida, ya que en materia de alimentos los niveles de seguridad para el consumidor son idénticos en Europa y en Suiza, y con frecuencia las exigencias comunitarias son incluso más elevadas que las helvéticas.

Suiza pide una gran transparencia con el consumidor, explica, por ejemplo, que aclara la graduación alcohólica en este tipo de productos, o declarar si se utilizó algún organismo genéticamente modificado (OMG) en la elaboración del bien.

Y hay bienes que están fuera de todo debate, por ejemplo, la carne de animales (como las aves) criadas en espacios reducidos y cerrados, que está prohibida en Suiza.

¿Cuánto ahorrarán los suizos?

Difícil saberlo aún. La OFSP aclara que la Seco realizará un monitoreo de precios en 2011 para determinar si la introducción unilateral de Cassis de Dijon entrañará la reducción de precios aguardada.

Mientras tanto, la competencia está en marcha.

Andrea Ornelas, swissinfo.ch

Los 13 productos rechazados por Suiza como parte de la iniciativa Cassis Dijon son en todos los casos de origen alemán. Algunos de ellos:

Complemento alimenticio a base de alcachofa

Complemento alimenticio con extracto de Ginko y luteína

Complementos dietéticos a base de ácido fólico

Suplemento con fibra y te verde

Suplemento dietético con magnesio

Suplementos con vitamina D

Algunos productos en análisis por parte de Suiza:

Bacterias probióticas (Francia)

Bebida energética (Reino Unido)

Crema de café (Alemania)

Bebidas fermentadas sin alcohol (Alemania)

Chuletas de cerdo (Alemania)

Una de las principales ventajas de la aplicación del principio de Cassis de Dijon será una obligada reducción de precios, ya que la fortaleza del franco ha “abaratado” entre 10 y 15% los productos de la UE en lo que va del año.

En contrapartida, una de las desventajas del Cassis de Dijon es que es una decisión tomada de forma unilateral por Suiza, lo que implica que abre sus puertas a los productos de la UE –previa autorización de las autoridades sanitarias-, pero sin reciprocidad en dicho beneficio.

En 1979, una cadena de tiendas alemanas prohibió la comercialización del licor francés conocido como cassis de Dijon. La decisión desató un conflicto bilateral que terminó por dirimirse en la Corte de Justicia de las Comunidades Europeas (CJCE) a favor de los galos.

Dicho principio es uno de los pilares fundamentales del mercado interior europeo, que parte de la convicción que debe existir una libre circulación de mercancías y que ésta debe ser restringida sólo en casos excepcionales, motivados por razones de salud pública, protección al consumidor o por motivos de interés general plenamente justificados por el gobierno que la aplique.

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