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Aceite de palma, ¿sostenible?

palm oil plantations
Los indígenas de Dayak Hibun, en Borneo, denunciaron la usurpación de su territorio por parte de una empresa que, sin su consentimiento, ha transformado esa superficie de plantaciones de palma para la producción de aceite. Courtesy Edi Sutrisno

La reciente disputa entre el gigante suizo de la alimentación Nestlé y la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible (RSPO, por sus siglas en inglés) pone de relieve una creciente brecha en la certificación.

Que uno de los productos más conocidos de una multinacional se convierta en objeto de repulsión a través de las redes sociales es, para esta última, la peor publicidad imaginable. Esto es lo que le sucedió a Nestlé en 2010, cuando Greenpeace la acusó de promover la deforestación en los países tropicales mediante el uso de aceite de palma “insustentable” en sus productos. Para transmitir el mensaje, Greenpeace publicó un videoEnlace externo en Youtube en el mostraba que comer tabletas de chocolate de esa empresa significa matar el hábitat de los orangutanes.

Nestlé sigue usando mucho aceite de palma. Según el informe anual de la RSPOEnlace externo, en 2017 Nestlé compró aproximadamente 460 000 toneladas. Esto es más de 15 veces la cantidad importada a Suiza, donde la multinacional tiene su casa matriz.

Alrededor del 20% del aceite de palma de Nestlé ha sido certificado como sustentable por la RSPO, una amplia coalición de productores, procesadores y comerciantes de aceite de palma, fabricantes de bienes de consumo, minoristas, bancos y oenegés, cuyo objetivo es “desarrollar e implementar estándares globales para un aceite de palma sustentable”. Sin embargo, como miembro de la RSPO, Nestlé debe obtener todo su aceite de palma de fuentes sustentables y certificadas como RSPO.

Pero no es la dirección hacia la que apunta la empresa con sede en Vevey, a pesar de haber anunciado que para 2023 solo empleará aceite de palma 100% sustentable.

Estrategias divergentes

Desde el 27 de junio Nestlé quedó suspendidaEnlace externo de la RSPO con efecto inmediato por no presentar su informe obligatorio de 2016 y por no incluir en el de 2017 un calendario para implementar los compromisos para emplear solo aceite de palma sustentable, certificado por la RSPO.

La disputa estaba vinculada a dos enfoques diferentes con respecto a la producción de aceite de palma sostenible. El sistema de certificación de la RSPO prevé la separación: el aceite de palma sostenible debe mantenerse separado del aceite de palma convencional desde la plantación hasta el producto final. Sin embargo, también ofrece una opción de “balance de masa” de menor nivel, donde se permite la mezcla de aceites durante el transporte y el almacenamiento, pero a condición de que se revendan en las proporciones correctas.

Nestlé argumenta que el sistema RSPO es insuficiente y “no conduce a los niveles de transparencia y transformación del sector que se necesitan urgentemente”. La multinacional suiza confía más en ofrecer una mayor transparencia en su propia cadena de suministro que en la etiqueta de calidad RSPO. Nestlé afirma que su estrategia de “”abastecimiento responsableEnlace externo” le permite rastrear el 50% del aceite de palma comprado en las plantaciones y el 92% del adquirido en fábricas. La compañía también argumenta que sus estándares van “más allá de los requisitos actuales de los principios y criterios de la RSPO”. En otras palabras, la multinacional cree que puede lograr un mejor suministro de aceite de palma sostenible por sí sola y no quiere comprometerse a abastecerse de aceite de palma sostenible 100% certificado por la RSPO, tal como lo exige esta última.

¿Podría ser esta divergencia la razón por la que la RSPO golpeó tan duramente a Nestlé? Un portavoz de Nestlé comentó a swissinfo.ch que cuando la compañía declaró que su objetivo no era obtener todo el aceite de palma certificado por la RSPO, ésta pidió que se retirara el plan de acción del informe de 2017 y se volviera a presentar sin él. Dicho de otro modo, la RSPO prefirió suspender a la empresa en lugar de aceptar un desafío oficial contrario a su enfoque de certificación.

“Existe un amplio consenso sobre la necesidad de aplicar normas acordadas a nivel mundial para estimular el crecimiento y la demanda de aceite de palma sostenible, con el fin de lograr la transformación del mercado y establecer que la regla”, responde un portavoz de la RSPO de swissinfo.ch.

A pesar de la posición de la RSPO, hay otras empresas que han comenzado a mirar más allá de la Mesa Redonda. La multinacional angloholandesa Unilever, que compra casi tres veces más aceite de palma que Nestlé, también está considerando otras opciones.

“La certificación es uno de los medios para ayudar a transformar la forma en que se produce y comercializa el aceite de palma y la RSPO ha jugado un papel clave en esto. Sin embargo, es bien sabido que la certificación por sí sola no garantiza soluciones a todos los problemas sociales y medioambientales a los que se enfrenta el sector”, escribe Uniliver en su sitio webEnlace externo.

Al igual que Nestlé, esta compañía se esfuerza por garantizar una mayor trazabilidad del aceite de palma que compra a diversos proveedores. Afirma que ahora es capaz de rastrear el 78% del aceite de palma hasta la almazara e incluso ha invertido 130 millones de euros en su refinería de aceite de palma en el norte de Sumatra para controlar mejor su cadena de suministro.

No hay panacea

¿Qué impulsó a Nestlé y Unilever a mirar más allá de la RSPO en busca de aceite de palma sustentable? El sistema de trazabilidadEnlace externo de la RSPO solo garantiza los requisitos ecológicos del aceite, pero no las empresas que lo entregan a los consumidores. Esto significa que un molino en Indonesia podría abastecer de aceite tanto a partir de plantaciones sostenibles como de plantaciones que han llevado a la deforestación y al acaparamiento de tierras.

Este es el caso de la comunidad indígena Dayak Hibun que vive en las aldeas indonesias de Kerunang y Entapang en el distrito de Sanggau, en la provincia occidental de Kalimantan, en la isla de Borneo. La comunidad indígena se queja de que casi 1 500 hectáreas de tierra, sobre las cuales reclama derechos comunitarios, fueron utilizadas en 1996 para plantaciones de palma aceitera, sin su “consentimiento libre, previo e informado”.

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La compañía contra la que la comunidad de Dayak Hibun está luchando es PT Mitra Austral Sejahtera (PT MAS), una subsidiaria de la compañía malaya Sime Darby, que afirma ser el mayor productor mundial de aceite de palma sostenible y es miembro de la RSPO.

¿Sistema disfuncional?

Todo el asunto Dayak Hibun pone de manifiesto las deficiencias del sistema RSPO. En un sistema ideal, Sime Darby habría sido suspendida por la RSPO hasta que su subsidiaria PT MAS hubiera resuelto el conflicto con la comunidad indígena y Nestlé hubiera dejado de abastecerse de aceite de palma de PT MAS. Por otra parte, la RSPO ha suspendido a Nestlé por violar los procedimientos (no ha presentado ciertos documentos), mientras que Sime Darby sigue siendo miembro a pesar de haber violado las principales directrices sobre los derechos a la tierra. Además, Sime Darby sigue suministrando aceite de palma a Nestlé.

Es este tipo de disfunción lo que también ha llevado a grupos de presión ambiental, como Greenpeace, a expresar su desconfianza en el enfoque de la RSPO y a instar a las grandes empresas a revisar sus operaciones con sus propias fuerzas.

“Los comerciantes de aceite de palma (generalmente empresas que también tienen intereses en plantaciones) continúan permitiendo que el aceite de los destructores de la selva tropical entre en sus molinos de aceite, refinerías y sistemas de distribución, y ni los gobiernos ni el principal organismo industrial -la RSPO- pueden actualmente confiar en ellos para evitar que los productores participen en la deforestación. Como resultado, las marcas deben adoptar políticas de NDPE [no deforestación, no drenaje de turba, no explotación de los trabajadores], si no lo han hecho ya, y asumir la responsabilidad de asegurar que los grupos de productores en sus cadenas de suministro de aceite de palma cumplan con estas políticas lo antes posible, y a más tardar en 2020”, dice Greenpeace en su sitio webEnlace externo.

Mientras tanto, el 16 de julio, la RSPO anuncióEnlace externo que había alcanzado un compromiso con Nestlé y la readmitió como miembro, a pesar de las críticas del gigante de la alimentación al enfoque de certificación.

“La RSPO es más que un esquema de certificación, es un esquema de compromiso”, dijo Darrel Webber, director ejecutivo de la RSPO, citado en el comunicado.

Dada la creciente insatisfacción con la RSPO, queda por ver si este compromiso se pondrá nuevamente a prueba.

(Traducción del inglés: Patricia Islas)

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