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¿Puede Nestlé abastecerse de aceite de palma sin deforestar?

Área deforestada por la siembra de palmas de aceite cerca del norte de Uchiza
Área recientemente deforestada por la siembra de palmas de aceite cerca del norte de Uchiza, Perú. Paula Dupraz-Dobias

El cultivo de aceite de palma está en auge en Perú, lo que beneficia a los pequeños agricultores que venden este insumo a la multinacional suiza Nestlé. Pero este cultivo es uno de los principales responsables de la deforestación en el país sudamericano. ¿Pueden realmente los agricultores ser ecológicos cuando la demanda de aceite de palma es tan grande?

Como casi todos los propietarios de tierras de la región de San Martín, al norte de Perú, Marilú Bustamante ha cultivado palmas de aceite por más de una década. Era su mejor apuesta tras 20 años de terrorismo y violencia provocados por el tráfico de drogas. Su decisión le ha rendido frutos: ha enviado a sus hijos a la escuela, ha adquirido maquinaria conforme la ha requerido e, incluso, ha conseguido crear cuatro empleos de jornada completa y cuatro de media jornada.

Bustamante es una las proveedoras de Palmas del Espino, un comprador local de aceite de palma que, además, ha concedido créditos y asistencia técnica a la emprendedora. Palmas de Espino, a su vez, es parte del Grupo PalmasEnlace externo, un consorcio especializado en el procesamiento de materias primas que vende aceite de palma a las afiliadas peruanas de Nestlé. El aceite de palma es importante en Perú porque se utiliza tanto para la confección de jabones como para la elaboración de masa para pizzas.

El aceite de palma peruano, aunque representa solo el 0,4% de la producción mundial, genera el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) de San Martín. Y Nestlé es uno de los principales compradores de la región porque comercializa diversas marcas exitosas de alimentos y golosinas que lo requieren, como las barras de chocolate Sublime y los helados Donofrio.

Rodeada de exuberantes plantaciones que van más allá del límite de la mirada, Bustamante recuerda los tiempos en los que sus tierras eran solo selva amazónica. Su granja está en la región llamada “ceja de la jungla”, por la forma descendente que posee esta franja montañosa conforme se acerca a la cuenca del Amazonas. Su esposo fue quien insistió en desbrozar esta superficie forestal que antes simplemente prodigaba sombra al ganado. Necesitaban tierras para destinarlas a cultivos más rentables.

“Debí conservar un poco de selva”, dice Bustamante, quien se mudó de la costa al distrito de Uchiza en los años 80. “No teníamos la más mínima idea del impacto [ambiental] que causaríamos con la deforestación”.

Mapa de la deforestación en la Amazonia peruana
Kai Reusser / swissinfo.ch

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Creciente deforestación

2018 fue uno de los peores años en materia de deforestación mundial, según el Global Forest WatchEnlace externo. Se perdieron alrededor 12 millones de hectáreas; 3,6 millones eran de bosque primario. Perú vio sacrificadas 140 000 hectáreas boscosas en 2018, el séptimo país más afectado del mundo por la deforestación. La agricultura, la tala ilegal y la extracción de oro son las principales causas del problema.

Según la ONU, el 40% de la tierra global es usada para la agricultura. Esta actividad provoca el 70% de la deforestación, que es la principal causa del calentamiento global.

Cuando se tala un árbol, todo el dióxido de carbono que absorbió y almacenó previamente es liberado a la atmósfera. Esto explica por qué la deforestación se ha convertido en la causa de 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

El compromiso de la ‘deforestación cero’

Con una importante deuda a cuestas, pero orgullosa de las 30 hectáreas que tiene a su nombre, Bustamante es uno de los grandes terratenientes de Rurality, una asociación de agricultores comprometidos con un proyecto de sostenibilidad financiado por Nestlé. La iniciativa gestionada por la consultora suiza Earthworm (antes TFT) busca “acrecentar la sostenibilidad y transparencia de los pequeños agricultores, aumentar la productividad y mejorar los ingresos de quienes trabajan en la cadena de suministro del aceite de palma de la empresa”.

El Proyecto Rurality, por tanto, apoya la capacitación en tecnología agrícola sostenible que imparte el Grupo Palmas a los agricultores -a través de un programa llamado “Cadenas Productivas”- para aumentar la productividad y evitar más deforestación.

Este proyecto surgió luego de que The Guardian publicara un artículo (2015) en el que revelaba que Palmas del Espino -firma afiliada al Grupo Palmas- iba a talar 9 300 hectáreas de bosque primario. Nestlé le pidió entonces a Earthworm elaborar un código de prácticas sustentables y un plan acción para normar su relación con su socio peruano.

Grupo Palmas publicó la siguiente declaración: “No deforestación, sin turbas y sin explotación”. La compañía matriz es miembro de la Mesa Redonda para el Aceite de Palma Sostenible (RSPO)Enlace externo, una organización voluntaria que une a siete grupos relacionados con la producción de aceite de palma. En tanto, Palmas de Espino está comprometida con obtener una certificación RSPO, que verifica cada eslabón de la cadena de suministro.

Nestlé se ha comprometido a que el aceite de palma que recibe de sus proveedoresEnlace externo provoque una ‘deforestación cero’ a partir del año próximo. Pero será muy difícil cumplir con esta meta si no consigue que todos los agricultores de Perú y de otros países -que abastecen a Nestlé- se sumen a la causa.

Un lucrativo cultivo

Las palmas de aceite producen frutos entre dos y tres años después de haber sido sembradas. Luego, según la plantación, es posible cosechar cada dos semanas, lo que las convierte en un cultivo muy productivo y lucrativo.

Fruto de aceite de palma
Perú tiene la tasa de deforestación por producción industrial de aceite de palma más alta de América Latina, según un estudio comparativo de diversos países de esta región. Paula Dupraz-Dobias

La producción de cada pequeño agricultor promedia 15 toneladas anuales por hectárea. Cada tonelada de fruto se paga a 88 dólares, y el campesino recibe unos 1 320 dólares por hectárea cada año.

“Cuando criaba ganado, era muy costoso alimentarlo”, dice Manuel Rodríguez, productor de aceite de palma. Y una vez vendido el animal, agrega, el activo se había ido. “Con el aceite de palma, en cambio, cosechamos, cobramos y la planta sigue ahí”.

El sembradío de palmas de Rodríguez está en tierras que fueron abandonadas tras erradicarse la producción de coca, el principal ingrediente de la cocaína. Surgieron nuevos cultivos alternativos como la palma, el café y el cacao que, según los ecologistas, hoy son responsables de la rápida deforestación que vive Perú.

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El agricultor

Para los agricultores, una forma de acrecentar su producción de aceite de palma es desbrozar más tierras para ampliar sus cultivos. Sin embargo, expandir el área de producción no es realmente una alternativa considerando que muchos se han comprometido a no deforestar para obtener una certificación de sostenibilidad. Nestlé y otras empresas de su tipo intentan eliminar los estragos medioambientales en su cadena de suministro trabajando con proveedores que sí dispongan de esta certificación.

Pero swissinfo.ch ha visto áreas de bosque de aguaje (palma moriche o Mauritia flexuosa) recién taladas que flanquean los palmerales aledaños a Uchiza.

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“Somos conscientes del rol que juegan los pequeños productores en la deforestación”, dice Emily Kunen, jefa de responsabilidad global para el aceite de palma de Nestlé. “Es comprensible que, en la búsqueda de una mejor vida, si [los campesinos] pueden obtener un mejor ingreso desbrozando nuevas tierras forestales, esta sea una elección obvia”, refiere.

Por otra parte, ser “verde” es todo un desafío. Agricultores como Fernández se quejan de los costes administrativos adicionales que supone obtener la certificación de sostenibilidad y la producción sustentable. Y se queja de que aún falta mucha más información técnica en Perú (como estudios de suelo o métodos para luchar contra las plagas) para mejorar el rendimiento de sus cosechas.

Fernández coincide con otros productores de palma de aceite en que hay campesinos que ya comenzaron nuevamente a sembrar coca en la región, una revelación que es respaldada por un reciente reporteEnlace externo publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC en inglés).

“Los precios están bajando mucho y [el dinero obtenido] no es suficiente para que la gente sobreviva”, dice Fernández. “Aquellos que trabajamos legalmente enfrentamos el pago de impuestos, costes y gastos que no nos dejan mucho margen de ganancia”.

La asociación entre Nestlé y Earthworm anima a los agricultores a diversificar sus ingresos para eliminar el incentivo de extender sus superficies de cultivo a costa de la deforestación. Bustamante, por ejemplo, complementa sus ingresos del aceite de palma, que promedian 3 300 dólares mensuales, con la venta de cerdos de Guinea, muy consumidos en los Andes. Cada animal se vende en una media de entre 6 y 9 dólares. Y estima que le tomará 10 años más liquidar el crédito por 121 000 dólares que recibió de Grupo Palmas, pero se siente orgullosa de lo que ha logrado en un país donde el salario mínimo mensual es de 261 dólares.

Los esfuerzos de Nestlé para poner fin a la deforestación en Perú dependen en gran medida de la cooperación de Grupo Palmas, uno de sus proveedores más importantes. Sandra Doig, jefa de sostenibilidad de Grupo Palmas, confirma a swissinfo.ch que en Perú no es difícil obtener una autorización para deforestar, aunque esto es contrario a la ética de la compañía. Doig asistió a la conferencia de LimaEnlace externo organizada por el Programa de Materias Primas Verdes de PNUD, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, otorgó una beca a esta periodista para cubrir el evento.

“No debes plantar palmeras de aceite en áreas selváticas. Los plantíos deben respetar algunos pasos. Cada nueva actividad debe ser evaluada desde una perspectiva sustentable”, dice Doig.

Para tener un registro de la evolución de las selvas y detectar si hay nuevo desbroce auspiciado por el Grupo Palmas o por los agricultores con los que trabaja en Perú, Earthworm realizó un destallado mapeo del área vegetal considerada como  reserva de alto carbonoEnlace externo. Esto le permitirá dar seguimiento e identificar posibles alteraciones al paisaje.

El director del proyecto Earthworm, Jonathan Maerker, considera que se están observando cambios al interior de Grupo Palmas y estos se hacen patentes a todos los niveles porque “parten del director hacia abajo”.

Pero el Grupo Palmas aún tiene mucho camino por andar y mucho por demostrar. “Las cosas no cambian de un día para el otro. Esto es todo un proceso”, añade Maerker.

El comprador

Aunque el Grupo Palmas es el proveedor de aceite de palma de Nestlé, es Palmas del Espino (su filial) la responsable de comprar las plantas de palma a los agricultores, materia prima que será procesada posteriormente por Industrias del Espino (empresa hermana de Palmas del Espino). Para conseguir pues el objetivo de la ‘deforestación cero’, Nestlé necesita que Palmas de Espino coopere.

Un proceso que no ha sido fácil. De acuerdo con la Agencia de Inteligencia Medioambiental (EIA en inglés), Palmas del Espino tendría planes para desbrozar una zona donde hay selva virgen al noreste de la región de Loreto. Consiguió la aprobación para ello por parte del gobierno regional, el 24 de diciembre del 2014. Esto fue posible debido a una laguna que tiene la ley que permite el “cambio de uso” de las tierras, que en este caso pasaron de terreno forestal a explotación agrícola. Y esto sucedió solo unos días después de que asumiera sus funciones una nueva administración.

Este expediente demostró la poca atención de las autoridades centrales sobre las áreas más aisladas de la selva.

Grupo Palmas afirma que está buscando darle otros usos a la tierra de Loreto que no entrañe nuevos procesos de deforestación.

Earthworm declinó confirmar si la tierra recientemente desbrozada que observó swissinfo.ch en el borde de los palmerales cercanos a Uchiza pertenece a productores a pequeña escala de Grupo Palmas.

‘Un sueño imposible’

¿Podrá Nestlé cumplir su objetivo?

Stephen Donofrio, director de las iniciativas de cambio de suministros de la oenegé Forest Trands, dedicada a rastrear el cumplimiento de los compromisos de desarrollo sostenibleEnlace externo de las empresas globales, afirma que la deforestación cero es el objetivo loable, pero puede ser un “sueño imposible” o solo parcialmente viable para muchas empresas.

Pero considera que lo más importante en el presente “es que existan políticas claras en torno al desarrollo social y la producción agrícola; y un buen conocimiento de los proveedores para cerciorarse de que se están respetando las mejores prácticas”, añade.

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¿Quién promueve la producción de aceite de palma en Perú?

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC en inglés) introdujo un controvertido programaEnlace externo en la región para cultivar palmas de aceite, mientras USAID apoya otros proyectos para remplazar la coca por cultivos como la palma, el café o el cacao. Y Devida, la agencia peruana antidrogas, tiene su propio programa para promover la existencia de cultivos alternativos, que incluyen palmas de aceite, cacao y café.

Palmas cultivadas en Santa María, Perú.
Palmas cultivadas en Santa María, Perú. Paula Dupraz-Dobias

Traducción del inglés: Andrea Ornelas

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