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El FMI optimista sobre el futuro de Suiza

La economía suiza despega y crecerá por encima de la de sus vecinos, según el FMI. Keystone

La Perspectiva Económica Mundial (PEM) confirma que este año el PIB helvético crecerá por encima del promedio europeo.

Inicia la Asamblea de Primavera del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Una prioridad de la delegación suiza será detallar la estrategia de desendeudamiento para 19 países emergentes.

La perspectiva económica luce cada vez más optimista para Suiza.

Al menos, desde los ojos del Fondo Monetario Internacional (FMI), quien este miércoles (19.04) confirmó que corrige 0,4 puntos al alza su pronóstico de crecimiento del PIB para este año, para ubicarlo en 2,2%.

Las cifras frías expresan poco.

Traducido en hechos, implicará llevar la tasa de desempleo nacional a un nivel equivalente al 3,3% al cierre del 2006, o lo que es lo mismo, la promesa de crear entre 10.000 y 11.500 empleos antes del 31 de diciembre.

De confirmarse las previsiones del FMI, el 2006 se convertiría en el mejor año para Suiza desde que inició el Milenio, ya que su economía crecerá por encima de la de sus vecinos: Francia, Alemania, Italia o Austria.

Este miércoles (19.04.), el FMI presentó en Washington su Perspectiva Económica Mundial (PEM) semestral, en la que augura también a la Confederación Helvética una inflación de 1% para el 2006, y de 1,2% para el 2007.

Advertencias

El PEM, elaborado por los expertos del FMI -actualmente a cargo del indio Raghuram Rajan-, tiene por objeto presentar pronósticos y enviar recomendaciones a cada uno de los países miembros de los gemelos de Bretton Woods (FMI y el Banco Mundial), en el marco de la Asamblea de Primavera que celebran conjuntamente en la capital estadounidense.

Las observaciones sobre Suiza son escuetas, pero contundentes por parte del organismo que dirige el español Rodrigo de Rato.

Por una parte, acusa el buen desempeño de la economía, un entorno propicio para la creación de empleos, y valida el manejo que la banca central ha dado a su política monetaria.

“El BNS ha pasado de una política expansiva a una neutral de forma gradual y apropiada”, cita concretamente.

Con ello, hace alusión a la decisión del BNS de ir aumentando paulatinamente las tasas de interés durante las últimas semanas, señal que incentiva el ahorro, encarece el crédito y, sobre todo, contiene la inflación debido a que las empresas y familias tienden a gastar menos.

Por otro lado, el FMI insiste en tres observaciones que ya le expresó a la Confederación Helvética hace un mes (06.03.), durante la presentación de su Informe Anual sobre Suiza, producto de la visita que recibió por parte de una misión de expertos del FMI la última semana de febrero.

“Urgen ajustes fiscales de gran talla para contrarrestar el crecimiento del gasto público”, cita.

Adicionalmente, la economía suiza requiere aumentar sus niveles de competitividad y productividad para mantener su sitio en un entorno que evoluciona constantemente.

Asimismo, necesita reformas estructurales dentro de los sectores eléctrico, agrícola y pensionario.

La agenda Suiza

Este año la delegación helvética, que asiste a los trabajos previos y a la Asamblea prevista para los días 22 y 23 de abril, estará integrada por el ministro de Finanzas, Hans-Rudolf Merz; el titular de Economía, Joseph Deiss, y el presidente de la dirección general del banco central, Jean-Pierre Roth.

Y los dos temas prioritarios para Suiza durante este encuentro son:
“Las perspectivas de la economía mundial, y la evaluación de los avances en la iniciativa multilateral de desendeudamiento para los países más pobres, asuntos que serán abordados por el Comité Monetario y Financiero Internacional”, afirmó el Ministerio de Finanzas al confirmar la participación de Suiza en este foro.

Y entre los asuntos generales, destaca también la discusión de la propuesta de Rodrigo de Rato, de redefinir la colaboración entre el FMI otros organismos financieros internacionales; así como una nueva división de responsabilidades con el Banco Mundial.

Por su parte, el Comité de Desarrollo abordará los resultados obtenidos en relación con los objetivos de Desarrollo para el Milenio, que buscan reducir la brecha entre los países ricos y los pobres. Y trabajará en un tema que preocupa cada vez más al mundo: la dependencia energética.

Es decir, los países en desarrollo (no productores) demandarán cada vez más energéticos en los años por venir, dada su talla y el crecimiento de sus poblaciones y economías. Y no están claras aún las vías de abastecimiento.

Economías emergentes

Capítulo aparte merece la citada política de desendeudamiento para los países más pobres, ya que fue un objetivo largamente perseguido e incentivado por el gobierno helvético.

Actualmente más de 1.000 millones de personas viven con menos de 1,2 francos suizos al día. Y sólo entre 1970 y el año 2000 –según cifras del FMI- la deuda externa de los países más pobres se multiplicó por 23, para pasar de 96 al equivalente a 2.210 millones de francos suizos, producto de malos gobiernos y de un gasto desmedido.

Suiza lleva 15 años trabajando en transformar este escenario. Y en esta Asamblea de Primavera de las instituciones de Bretton Woods se puntualizarán los detalles del acuerdo, aprobado hace un semestre por los países industrializados más poderosos –Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Japón e Italia, entre otros– para borrar antes de que concluya el 2006 pasivos por el equivalente a 48.000 millones de francos suizos para 19 naciones.

Las economías beneficiadas son: Benin, Bolivia, Burkina Faso, Etiopía, Ghana, Guyana, Honduras, Madagascar, Malí, Mauritania, Mozambique, Nicaragua, Níger, Ruanda, Senegal, Tanzania, Uganda y Zambia.

En esta ocasión, Suiza buscará compartir con el resto de los países desarrollados la estructura de su esquema de ‘desendeudamiento creativo’ –que no se contenta con eliminar pasivos, sino que promueve la creación de fondos que incentiven el desarrollo– con miras a evaluarlo para futuras experiencias.

swissinfo, Andrea Ornelas

El FMI y el Banco Mundial fueron constituidos en 1944 en Bretton Woods, con objeto de garantizar la estabilidad de los sistemas monetarios del mundo, que apenas se recuperaban de la ‘gran depresión’ de los años 1930.

Actualmente, el FMI conserva la función de prevenir crisis financieras y es prestamista de emergencia; mientras el Banco Mundial otorga créditos y asistencia técnica para el desarrollo.

Suiza se adhirió a las dos instituciones en 1992, y forma parte de 3 de los 15 grupos de trabajo que existen: Comité de Desarrollo, G-10 y Comité Monetario Financiero Internacional.

Durante las Asambleas semestrales, Suiza preside, además, al grupo de países encabezados por Polonia, Serbia y Montenegro, Tayikistán, Turkmenistán, Uzbekistán y Azerbaiyán.

El FMI y el Banco Mundial tienen 184 miembros.

Suiza ha realizado aportaciones al FMI por 6.760 millones de francos suizos, equivalentes al 1,7% de las cuotas totales que suman 387.400 millones de francos (213.067 millones de Derechos Especiales de Giro).

Los gemelos de Bretton Woods prevén un crecimiento de 4,3% para el mundo; y 2,2% para Suiza, por encima de la estimación de 2% del banco central, y del 1,8% de Seco.

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