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El franco, estable frente a los embates de Grecia

Corrían tiempos mejores: el primer ministro griego, Georges Papandreou, y la ministra suiza de Exteriores, Micheline Calmy-Rey, en diciembre de 2009. Keystone

Recapitalizar directamente a los bancos helénicos, antes de hablar de quiebras o de expulsión de la zona euro, es un camino que enuncian varios expertos suizos.

Esta vez, la volatilidad surgida desde Atenas no ha golpeado al franco suizo. El tipo de cambio se mantiene en 1,20 francos por euro, tras el ultimátum que lanzó el banco central suizo hace algunos días. El mercado bursátil sí acusa daños.

Sumergida en los rumores de una posible quiebra o de la expulsión de la zona euro, Grecia trabaja con energía para conseguir el respaldo de sus vecinos europeos.

Su mira está puesta en acceder lo más pronto posible a 8.000 millones de euros, que corresponden al sexto tramo del primer paquete de ayudas internacionales que le fueron concedidas en mayo de 2010.

Pero sobre todo, Atenas se afana en lograr luz verde para el segundo paquete de rescate de Europa y el Fondo Monetario Internacional (FMI por 160.000 millones de euros prepactado el pasado 21 de julio.

Esta semana será clave en este proceso. El próximo viernes los ministros de Finanzas de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos se reunirán en Polonia para pronunciarse sobre el tema.

El Gobierno helénico ofrece nuevos esfuerzos de austeridad pese a la inconformidad de la población, pero los mercados siguen nerviosos.

En Suiza, por primera vez en casi dos años, el franco se mantiene estable.

Rescate directo a bancos

En un informe privado elaborado por la División de Investigación Estratégica Global del Credit Suisse para esta coyuntura, el banco destaca la complejidad de la situación griega y la falta de claridad con la que las autoridades europeas manejan sus estrategias.

Enuncia que, a la luz de los hechos, deben evaluarse caminos alternos a la quiebra de Grecia o su expulsión de la zona euro.

Dejar a Atenas fuera de la eurozona ridiculizaría, en opinión de los expertos del Credit Suisse, todo el proceso previo de rescate financiero de este país.

El documento pone sobre la mesa un escenario más: la conveniencia de capitalizar directamente a los bancos griegos en problemas, en lugar de transferir fondos al Estado helénico.

Una recapitalización de la banca permitiría salvarla, sugiere el Credit Suisse. Y esto haría simultáneamente que el Fondo Europeo de Estabilización Financiera (EFSF por sus siglas en inglés) dispusiera de más recursos para ayudar a Portugal e Irlanda, economías que “han demostrado una actitud fiscal mucho más seria y que han puesto en marcha reformas estructurales”.

Costoso y riesgoso

Consultado sobre la conveniencia de capitalizar a los bancos suizos en problemas de forma directa, David Kohl, jefe de la División de Investigación Cambiaria del banco Julius Bär, señala a swissinfo.ch que “sería posible, pero solo si el país garantizará las reformas necesarias para recuperar la solvencia”.

“Pero el riesgo”, continúa el especialista, “es que una estrategia de este tipo sería posiblemente más costosa, y los gobiernos (de la zona euro) terminarían siendo propietarios de posiciones accionarias importantes en los bancos griegos, además de que la dimensión de cualquier efecto de contagio posterior sería difícil de predecir”.

Esto es, recapitalizar directamente a los bancos, sintetiza David Kohl, sería más caro y riesgoso, además de resultar complejo en términos de política regulatoria.

En el reverso de la moneda, el experto de Julius Bär destaca que “la gran ventaja o atractivo de una decisión de este tipo sería que Grecia saldría de la crisis mucho más rápido”.

Apoyar al Estado griego, como se baraja en el presente, implicará que el periodo de crisis e incertidumbre sea más largo.

El franco, estable

Por primera vez en casi dos años, el franco se mantuvo sin cambios mientras Europa pena. La incertidumbre de los vecinos no propulsó la divisa suiza al cielo, en cumplimiento de su ya tradicional papel de receptáculo de capitales en pánico.

Desde el pasado 6 de septiembre, fecha en la que el Banco Nacional Suizo (BNS) fijara un tipo de cambio mínimo de 1,20 francos por euro, la paridad se mantiene muy cerca de esta referencia.

No obstante, esto significa cualquiera de dos cosas: el BNS goza de alta credibilidad y los especuladores han decidido partir en busca de otras divisas, o el banco central ha pagado caro –mediante la inyección de francos- la decisión de mantener un tipo de cambio mínimo.

“No es posible conocer ahora con exactitud si el BNS ha intervenido, o no, y con cuánto. Pero la información que fluye en las mesas de operación anticipa que (el BNS) no ha tenido que gastar mucho dinero. Ha sido el anuncio que hizo lo que ha ayudado (a que la paridad se mantenga estable)”, explica David Kohl.

La bolsa, inquieta

En contrapartida, el mercado bursátil sí reflejó este nerviosismo.

El pasado lunes fue negro para todas las bolsas del mundo. La mayoría de los mercados europeos perdieron entre el 3 y el 6%. Una tendencia que arrastró a la bolsa helvética: el Swiss Market Index (SMI) -que concentra la operación de las 20 empresas más bursátiles de Suiza- cayó un 2,3%.

Algunos de los títulos más afectados fueron Zurich Financial Services, que perdió un 4,3%, mientras Panalpina retrocedió un 5,9% y Adecco retrocedió un 3%, según la Bolsa de Valores Suiza (SIX).

El martes, la bolsa suiza se recuperó ligeramente y acumuló una ganancia del orden del 1,14%, pero este miércoles inicia operaciones con números rojos y una pérdida marginal.

La canciller alemana, Angela Merkel, el presidente francés, Nicholas Sarkozy; y el primer ministro griego, George Papandreou sostendrán hoy (14.09) una teleconferencia para avanzar acuerdos.

Atenas precisa una definición pronto ya que el Gobierno griego ha aceptado que carece de los fondos necesarios para pagar sus nóminas públicas y pensiones en octubre próximo.

La Secretaría de Estado de Economía (Seco), en su más reciente análisis sobre Grecia, estima que los principales desafíos de este país son:

Sanear sus finanzas públicas, que registran un déficit cercano al 10% del PIB con un endeudamiento de 130% del PIB.

Fortalecer a la debilitada banca griega.

Mejorar la eficacia de la administración pública y la competitividad de las empresas.

Acrecentar el atractivo del país como destino de inversiones productivas.

Grecia solicitó a Suiza en julio pasado negociar un impuesto liberatorio como el que Berna ha pactado con Londres y Berlín.

De prosperar la petición, la banca suiza retendría un impuesto sobre las ganancias de sus clientes griegos y los transferiría a Atenas sin revelar el nombre de sus clientes.

Los ministros de Finanzas de la Unión Europea (UE) y el secretario del Tesoro de Estados Unidos se reúnen el próximo viernes en Wroclaw (Polonia) para desbloquear el segundo rescate para Grecia valorado  en 160.000 millones de euros.

El rescate financiero se complica porque hay dudas sobre la capacidad de Atenas para cumplir sus compromisos de austeridad y por los titubeos de Finlandia.

El Gobierno griego estima que obtendrá 78.000 millones de euros entre 2012 y 2015, gracias a un ambicioso programa de privatizaciones.

Grecia acumula cinco trimestres de retrocesos del PIB, el más reciente (marzo-junio) del 7,3%.

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