El Gobierno de Esuatini rechaza hacer reformas antes del diálogo nacional
Johannesburgo, 27 oct (EFE).- El Gobierno de Esuatini (antigua Suazilandia) reafirmó hoy su propuesta de mantener un diálogo nacional encabezado por el rey Mswati III, pero rechazó las condiciones que exigen para sentarse a conversar los sectores críticos que impulsan la última oleada de protestas prodemocracia en el país.
«La Constitución es aún efectiva y está operativa en el Reino, por tanto no será ni suspendida ni descartada incluso cuando el proceso de diálogo comience. Si hay enmiendas, se harán en cumplimiento total de las provisiones de la Constitución», dijo hoy en una rueda de prensa el primer ministro del país, Cleopas Sipho Dlamini.
«Estamos decepcionados con que algunos sectores de la sociedad están ya expresando recelos sobre este diálogo», agregó.
El primer ministro suazi dejó claro que «bajo ninguna circunstancia» se van a admitir peticiones como el establecimiento de una autoridad de transición -como reclaman los sectores opositores como condición para dar el visto bueno al diálogo propuesto por la Corona- y criticó que se estén planeando ya nuevas protestas y huelgas, como las convocadas para mañana.
«Uno se pregunta cuál es el propósito de las marchas si su majestad ya se ha comprometido al diálogo (…) Esperamos que todos los suazis acaten la llamada al diálogo y permanezcan lejos de las calles, ya que esto ha llevado a violencia e intimidación», afirmó.
La última monarquía absoluta de África se posiciona inflexible frente a las peticiones que transmitieron la oposición y los sectores críticos con el régimen de Mswati III que lideran las movilizaciones sociales prodemocracia que vive actualmente el país.
Según informaciones policiales difundidas por la televisión pública de la vecina Sudáfrica, la represión de estas protestas causó ya al menos 37 muertos.
Dada la intensidad de las movilizaciones, el monarca suazi había confirmado el pasado sábado a través de sus portavoces la aceptación de un diálogo nacional para apaciguar el descontento, pero anunció que se celebraría en forma de consejo nacional tradicional, denominado Sibaya y liderado por el propio Mswati III.
Los sectores críticos rechazaron inmediatamente esta fórmula y transmitieron sus propias condiciones para aceptar participar en un proceso de diálogo, como una mediación imparcial internacional, la legalización de los partidos políticos y el establecimiento de una autoridad de transición.
También exigen el retorno de los exiliados, la liberación de presos políticos y que las conversaciones desemboquen en una nueva Constitución democrática y en la celebración de elecciones libres.
Esta nueva oleada de manifestaciones prodemocracia en Esuatini comenzó hace varias semanas, impulsada sobre todo por los estudiantes, pero se recrudeció especialmente a partir del 18 de octubre, ya abarcando todo tipo de sectores, como el del transporte o la sanidad.
Estas movilizaciones recogen el testigo del estallido social que el país vivió entre junio y julio pasados y que ya se consideró el movimiento de oposición más grave de la historia reciente contra la última monarquía absoluta que queda en el continente africano.
Esuatini, que se encuentra bajo el mando de Mswati III desde 1986, tiene una población de unos 1,2 millones de personas que es eminentemente rural y que en un 60 % vive con recursos por debajo de la línea de la pobreza, según datos del Banco Mundial.
La situación social contrasta con la lujosa vida de la que gozan Mswati III y su extensa familia. EFE
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